Se presenta hoy en la
Argentina la cuarta generación del SUV, uno de los más
vendidos del mundo. Hay 4x2 y 4x4, y cuesta desde 34.300
dólares
El espacio de un 4x4, con el confort
de un sedan. Con esa premisa nacieron, a mediados de los 90, muchos
de los denominados SUV compactos, modelos que en este siglo, y por
cosas del marketing y la modernidad, reciben el calificativo de
crossover.
A diferencia de los todoterrreno, que suelen tener
chasis o compartir plataforma con las pickups, los crossover son
derivados de automóviles, con buen espacio interior, mayor despeje
del suelo, con tracción simple o doble, y con una posición de manejo
más elevada que la de un auto normal.
Ese es el segmento donde Honda tiene, desde 1997, un
modelo ganador como el CR-V. Líder en su segmento en varios países
del mundo, entre ellos un mercado como el de Estados Unidos (donde
está entre los vehículos más vendidos) y la Argentina, donde es el
gran referente del mercado.
Con esos antecedentes, el desafío para los
ingenieros y diseñadores de Honda no fue menor a la hora de imaginar
la cuarta generación, que desde hoy está en venta en nuestro país.
La nueva CR-V debía ser totalmente distinta o, por
el contrario, había que mejorarla sin demasiados cambios.
Este último fue el camino elegido por la marca
japonesa. Por eso, la cuarta generación es más una evolución que una
revolución, con retoques estéticos -más notorios en la parte trasera
de la carrocería-, pero que en general ha mejorado en todos los
aspectos. También hay que ser claros en este punto; es más eficiente
y confortable, pero el cambio no es sustancial. Por el contrario, y
fiel a la filosofía de la marca, quienes se bajen de una CR-V para
subirse a la nueva se sentirán como en casa, pero más confortables.
El trabajo de los diseñadores ha sido muy bueno. La
estética es más moderna y a pesar de mantener casi el mismo largo
que la anterior (apenas 5 mm de más) se la percibe como más grande.
En esto ayudan los volúmenes bien marcados y un diseño de la parte
posterior que me gustó mucho. La distancia entre ejes es de 2,62
metros (un centímetro más corta que la anterior), mantiene el ancho
de 1,82 metros y bajó su altura a 1,655 metros, por lo que esos dos
centímetros menos ayudan a darle un aspecto mucho más deportivo.
El motor cuatro cilindros de 2354 CC entrega más
potencia: 185 CV a 7000 vueltas y a la hora de elegir la caja de
cambios optaron por una automática de 5 marchas, pero debemos
reconocer que después de haber manejado modelos de seis, la sexta se
extraña, especialmente porque en esta CR-V se han alargado las
relaciones para buscar un menor consumo, lo que le quita respuesta a
la hora de los sobrepasos.
Las mejoras más notables que se aprecian de
inmediato las encontramos en la insonorización (ya de por sí muy
buena en todos los modelos de Honda); en el espacio interior, más
grande y confortable, y en la suavidad de marcha y mejor respuesta
de las suspensiones, que ganó docilidad sin perder apoyo en curvas y
aceleraciones.
Lo que no ven los ojos, pero nota el bolsillo, es un
consumo más contenido. Esta versión tiene un consumo de algo más de
10 litros cada 100 kilómetros en ciudad y 7,7 litros cada 100 en
ruta a 90 km/h. Aclaramos que en ciudad usamos la función Econ, que
se conecta desde la cabina, lo que ajusta las funciones de caja y
motor para obtener el menor consumo posible, ayudados por el
indicador luminoso del tablero, que se pone verde cuando hacemos las
cosas bien, y blanco cuando aceleramos de más.
Nos hubiese gustado disponer de sensores de
estacionamiento (tiene pantalla para la marcha atrás) y navegador
incorporado, como se vende en Estados Unidos.
Múltiples airbags, ABS, controles de tracción y
estabilidad, audio de alta calidad, son algunos de los otros
elementos de confort y seguridad. La versión 4x2 cuesta 34.300
dólares, la 4x4 EX 43.200 y la 4x4 EXL 46.800 dólares. Atractiva,
confiable, segura, versátil y moderna; aspectos destacables de este
modelo que ratifica los valores de la marca .
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