El engaño es un hecho que se
acrecienta vía internet. La Lic. Diana Resnicoff,
sexóloga, nos explica cuáles son las causas y
consecuencias de estar implicado en este tipo de
relaciones
Las personas se pueden enamorar por Internet. La
imaginación genera fantasías que llenan de ilusión y de sexualidad a
ambas partes, a la vez que pueden convertirse en un amor ideal que
en innumerables casos llena el vacío de la soledad. Al mismo tiempo
y, dado que se está interactuando a través de una computadora, ello
elimina las inhibiciones y permite que afloren los fines más bellos
o más perversos.
Existen parejas que realmente conocieron el amor de su vida en la
red y luego se casaron. Pero también son muchas las personas que
sufrieron espantosos desengaños. Internet permite conocer numerosas
personas y establecer nexos y relaciones muy íntimas amparadas
esencialmente en personajes anónimos, explica la sexóloga Diana
Resnicoff.
Algunos cónyuges usan las redes para contactarse con otros y
"engañar virtualmente" a sus parejas con palabras, pensamientos,
fantasías y hasta "relaciones sexuales" a distancia, oyéndose y
viéndose a través de la cámara web de las computadoras. La seducción
comienza en la red y puede continuar en la realidad.
Cuando una pareja se ve afectada por la presencia de un tercero
produce mucha pena y tristeza. La persona engañada se pregunta qué
ha pasado, qué ha hecho o dejado de hacer y son cuantiosos los
sentimientos encontrados y de rabia que se presentan. Por otra
parte, la persona infiel siente angustia, culpa y temor. Cuando se
trata del engaño por Internet, quien está siendo infiel cree que
mientras no sea real no hay infidelidad y piensa que como no existe
algo concreto no está haciendo nada ilegal con su pareja. Mientras
que la persona objeto de la infidelidad se siente igual de
traicionada sea o no real, aunque con la duda de si lo perdona o no
porque "solo fue un engaño virtual".
Lo cierto, es que una infidelidad real, exclusivamente sexual, sería
menos grave que una infidelidad "virtual" llena de intimidad,
sentimientos, pensamiento y de relación amorosa que puede llegar a
provocar amantes auténticos y permanentes, añade Resnicoff.
Fuente: Lic. Diana M. Resnicoff - Psicóloga clínica.
Sexóloga clínica / dresni@gmail.com