Origen de la Lumbalgia
Se origina por distintas
causas y formas, siendo las más comunes el estrés, el sobreesfuerzo
físico y las malas posturas.1 En el caso de las mujeres, se puede
desencadenar o agravar con el ciclo menstrual. Personas que han
nacido con espina bífida son muy vulnerables a poseer una lumbalgia
resistente en alguna etapa de su vida. La lumbalgia puede ser un
síntoma de enfermedades genéticas que afectan al tejido conectivo
como el Síndrome de Ehlers-Danlos y el Síndrome de Hiperlaxitud
articular.
Por otro lado existen fuentes o tipos de dolor lumbar; el dolor
facetario, en el cual existe una inflamación entre 2 articulaciones
cigoapofisiarias (dolor especifico), otro tipo de dolor lumbar es el
discogeno, donde el disco intervertebral posee una lesión que genera
dolor (dolor difuso, en una zona inespecifica), otra fuente de dolor
es la compresión radicular, donde la vertebra comprime la salida de
los nervios que se dirigen hacia las piernas (el dolor irradiado
hacia las piernas) conocido como ciatica, otra causa de dolor puede
ser una contractura muscular, una disfuncion de la articulación
sacro iliaca, o por algún organo que refleje su disfuncion en la
zona lumbar, como los riñones e intestino delgado.
Clasificación de la lumbalgia por su duración
En su presentación clínica puede ser:1
Aguda: si dura menos de 4 semanas.
Subaguda: entre 1 y 3 meses.
Crónica: si dura más de 12 semanas.
Clasificación de la lumbalgia
por sus características
Los procesos lumbares pueden ser de distintas maneras:
Lumbalgia aguda sin radiculitis: Dolor de naturaleza lumbar de
aparición inmediata (aguda), que se puede extender por la extremidad
inferior, muchas veces no más allá de la rodilla, habitualmente sin
radiculitis. Es producida por una torsión del tronco o un esfuerzo
de flexo-extensión.
Compresión radicular aguda: Inflamación de una raíz nerviosa de
forma aguda, en un 90% causada por hernia discal.
Atrapamiento radicular: Irritación de la raíz nerviosa por el
desarrollo de procesos degenerativos (espondilosis).
Claudicación neurógena: debido a un dolor muscular de naturaleza
nerviosa.
Etiología de la lumbalgia
Una lesión aguda de la espalda baja puede ser causada por un evento
traumático, como un accidente automovilístico o una caída. Ocurre de
repente y sus víctimas suelen ser capaces de identificar exactamente
cuándo ocurrió. En los casos agudos, las estructuras que con más
probabilidad resulten lesionadas son los tejidos blandos. En casos
de un accidente grave, osteoporosis o de otras causas del
debilitamiento de los huesos vertebrales, pueden también aparecer
fracturas vertebrales en la columna lumbar. En el extremo inferior
de la columna vertebral, algunos pacientes pueden tener dolor de
coxis (también llamado coccigodinia). En otros casos puede aparecer
dolor sacroilíaco junto con la parte inferior de la columna lumbar,
llamada disfunción sacroilíacas conjunta. El dolor de espalda
crónico generalmente tiene un inicio más insidioso, que se producen
durante un largo período de tiempo. Las causas físicas pueden
incluir la osteoartritis, la artritis reumatoide, la degeneración de
los discos entre las vértebras, de la columna vertebral o una hernia
discal, una fractura vertebral (por ejemplo, de la osteoporosis) o,
raramente, un tumor (incluyendo cáncer) o infección.1 dolor de
espalda baja
Prevención de la lumbalgia
La mejor prevención es evitar los movimientos bruscos, adoptar
buenas posturas, calentar antes de hacer ejercicio, evitar el
sobrepeso y la obesidad. Básicamente hay que tener en cuenta:
Normas de higiene postural y ergonomía
Ejercicio y actividad física
Normas de higiene postural y ergonomía
Muchas lumbalgias son causadas por posturas inadecuadas y
sofreesfuerzos en el trabajo, las actividades domésticas y los
deportes. Se debe tener especial cuidado al mover o levantar pesos y
en general a las inclinaciones forzadas de espaldas que deben
evitarse a toda costa.2
En la postura para el movimiento o levantamiento de pesos debe
evitarse la posición en la que se inclina la espalda y se debe
adoptar la siguiente posición:3
1 - Bajar el cuerpo para poder coger el peso: doblar las rodillas
con la espalda recta con el objeto de que la fuerza se haga con las
piernas y no con la espalda. Nunca se deben tener las piernas rectas.
2 - Coger el peso: el peso a levantar debe colocarse pegando al
cuerpo (tronco).
3 - Levantar el peso: estirar las piernas (que estaban flexionadas)
manteniendo la espalda recta con el peso pegado al cuerpo.
4 - Dejar el peso:
4.1 - Si el lugar a dejar el peso está a la misma altura que el
tronco: dejar el peso sin separarlo del tronco.
4.2 - Si el lugar a dejar el peso está a una altura inferior al
tronco: bajar el tronco doblando las piernas por las rodillas y
manteniendo la espalda recta.
4.3 - Si el lugar a dejar el peso está a una altura superior al
tronco: utilizar una escalera y subir por ella, con la espalda
recta, hasta que la altura del tronco alcance el lugar donde dejar
el peso. No dejar nunca el peso a una altura superior a la que se
encuentre pegado al tronco ya que obligaría a forzar la espalda.
Ejercicio y actividad física
El ejercicio físico y la actividad física de manera regular
disminuye el riesgo de padecer lumbalgia. El sedentarismo aumenta el
riesgo de padecer dolor de espalda y el reposo en cama el riesgo de
que este dolor se prolongue por más tiempo y reaparezca más
fácilmente.
La práctica continua y no intensiva de deportes (se recomienda la
natación) se considera útil siempre y cuando no esté contraindicada
por el médico -especialmente en quienes padecen o han padecido
lumbalgia-.
El ejercicio físico está contraindicado durante la crisis aguda de
dolor pero no ocurre así en el dolor crónico ya que mejora la
incapacidad y el grado de movilidad y autonomía del paciente.
Los ejercicios para prevenir la lumbalgia suelen incluir aquellos
que movilizan abdominales, dorsolumbares, cérvico-dorsales, glúteos
y cuádriceps; estiramientos dorsolumbares, movilizaciones,
estiramientos isquiotibiales, estiramiento del psoas ilíaco,
estiramiento del cuadriceps, estiramiento de glúteos y piramidal,
estiramiento del trapecio y del esternocleidomastoideo.4
Tratamientos
Artículo principal: Tratamiento para el dolor de lumbago.
El tratamiento para el dolor de lumbago o tratamiento para la
lumbalgia inespecífica' (aquel dolor lumbar no derivado de una
enfermedad como infección, cáncer, osteoporosis o aquel que requiere
cirugía) consiste en la aplicación de medidas que hagan desaparecer
el dolor y sus posibles causas. Su eficacia puede ser inmediata o a
más largo plazo. La lumbalgia es una patología multicausal por lo
que se debe buscar la causa inicial del problema con objeto de
prevenir nuevos ataques de lumbalgias agudas o paliar las lumbalgias
crónicas.1
Tratamientos recomendados para la lumbalgia inespecífica
Es necesario consultar al especialista cuando las recomendaciones
básicas (evitar el reposo en cama, intentar mantenerse activo y
evitar sobrecargas en la espalda) no mejoran la lumbalgia.1 5 .
Evitar reposo en cama - Las recomendaciones basadas en la evidencia
científica disponible coinciden en desaconsejar el reposo en cama
como tratamiento del dolor de espalda. En algunos pacientes, la
intensidad del dolor puede obligarles a quedarse en cama durante
unos días, habitualmente no más de 2, especialmente cuando hay dolor
irradiado. Pero eso debe ser considerado una consecuencia del dolor,
y evitado cuando es posible. No es por tanto un tratamiento, puesto
que no tiene ningún efecto benéfico sobre la duración del episodio.
Recomendaciones posturales:
Evitar sobrecargas en la espalda - No agacharse doblando la espalda,
debe hacerse flexionando las piernas.
No sentarse en superficies blandas y bajas - Como sofás y sillones.
Mantener actividad física normal - Debe mantenerse el mayor grado
posible de actividad física. La ausencia de actividad física retrasa
la recuperación.
Fármacos de primera línea - Analgésicos, opiaceos menores,
antiinflamatorios y miorrelajantes siempre que no exista
contraindicación.
Intervención neuroreflejoterápica - estimulación de fibras nerviosas
de la piel mediante "grapas quirúrgicas" que se dejan colocadas
durantes 3 meses.
Ejercicio - En general no debe hacerse durante las crisis agudas. Se
recomienda la asistencia a las escuelas de espalda donde se realizan
ejercicios dirigidos o recomendados por profesionales.
Fármacos de segunda línea - Antidepresivos que inhiban la
recaptación de noradrenalina.
Tratamiento psicológico (cognitivo-conductual) - En pacientes con
lumbalgia de larga duración o crónica intensa.
Parches de capsaicina - En pacientes en los que hayan fracasado
otros tratamientos y con un grado intenso de dolor.
Fármacos de tercera línea - Opiaceos mayores (tramadol, morfina,
oxicodona). En pacientes con exarcebaciones intensas de lumbalgia
crónica que no respondan a otros tratamientos.
Rehabilitación multidisciplinar - Cuando han fallado otros
tratamientos y la salud está muy alterada. Los equipos están
formados por médicos, psicólogos y fisioterapeutas.
Toxína botulínica - El uso de la toxina botulínica tipo A en las
algias vertebrales (cervicalgias, lumbalgias, ciatalgias) es cada
vez más extendido por sus buenos resultados clínicos, sin embargo no
hay suficiente evidencia para su indicación generalizada.
Fundamentalmente se utiliza en algias vertebrales secundarias a
contracturas musculares cronificadas y que no responden a otros
tratamientos conservadores.6 7
Neuroestimulación eléctrica percutánea (PENS) - Última opción cuando
han fracasado los tratamientos anteriores en pacientes con lumbalgia
crónica muy intensa. Se realiza por especialistas de unidades de
dolor ya que sus efectos secundarios son numerosos.
Bloqueo selectivo de la raíz nerviosa - En casos con lumbociatalgia
se puede realizar un bloque selectivo de la raíz irritada.
Especialmente indicado en casos de hernia discal con compromiso
radicular. Generalmente se le añada Terapia Física tras la
realización del bloqueo.
Intervención quirúrgica - En casos estrictamente necesarios. No se
recomienda a aquellos pacientes diagnosticados con lumbalgia
inespecífico. Puede ser necesaria en pacientes que padecen lumbalgia
derivada de una enfermedad (infección, cáncer, osteoporosis) o en
aquellos que pudieran requirir cirugía cuando el dolor sea intenso e
invalidante, haya persistido durante más de 2 años y no haya
respondido a todos los tratamientos anteriores.1 En una revisión
reciente (septiembre 2010) se concluye lo siguiente: La intervención
quirúrgica no fue superior a la intervención cognitiva y ejercicios
para aliviar los síntomas, mejorar la función y volver a trabajar a
los 4 años. El número de reintervenciones en los pacientes asignados
al "grupo quirúrgico" fueron similares a los pacientes que
posteriormente fueron operados en el grupo no quirúrgico.8
Nuevos tratamientos con células madre
Células madre mesenquimales autólogas - La inyección de células
madre mesenquimales del propio paciente constatan la mejoría en
pacientes con lumbalgia crónica.9
Tratamiento en discusión: aplicación de calor
Hipertermia de contacto - La aplicación de calor seco en la zona
lumbar se sigue recomendado aunque no está evaluada su eficacia
final parece calmar el dolor aunque se desconoce si mejora la
lumbalgia. En todo caso no debe hacerse de forma excesiva ni
reiterada (máximo dos veces al día -20 minutos- o tres veces -15
minutos-).
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