Grandes empresas ya están optando por utilizar
recursos más efectivos y productivos respecto de sus empleados y
gestiones.
Se trata de cinco nuevas tendencias
que revolucionan el mundo laboral y que ya fueron
incorporadas por 6 de cada 10 grandes empresas para mejorar
su rendimiento profesional.
Capacidad de influir en las personas; mejoras en la
productividad personal; articulación de la generación Y con la
generación X; beneficios en las políticas de maternidad:
teletrabajo; y las estrategias para la prevención del estrés “son
los nuevos puntos fuertes que las empresas líderes explotan al
máximo para obtener mejores resultados y aumentar la eficiencia
empresarial entre un 20 y un 30%.”, aseguró Lina De Giglio,
directora de Capacitar Desarrollo Empresario.
1-Capacidad de influir en las personas.
Cada vez son más los empresarios que toman cursos para aprender a
influir en las personas, o bien, que envían a sus empleados a
asistir a esta clase de capacitaciones. Desde pedir un aumento de
sueldo a cerrar un negocio multimillonario, siempre se busca
convencer al otro, sea un jefe, un empleado o un inversor. “La
influencia busca consenso, se propone obtener un resultado que
satisfaga las necesidades legítimas de ambas partes y para eso,
requiere internalizar ciertas técnicas al trabajo diario”, afirmó De
Giglio. Esforzarse por entender al otro –para saber cuál es el
mejor mensaje para influirlo-; utilizar el lenguaje corporal -mirar
a los ojos, inclinarse hacia su interlocutor o dejar sus manos a la
vista son algunos de los recursos más explotados por su fuerte poder
persuasivo-; pedir opiniones y desarrollar alternativas –para
platear más de un escenario para que el interlocutor pueda elegir el
que mejor le parezca- y ser flexibles, para dejar abierta la
posibilidad de revisar la propuesta acordada, son algunas de las
habilidades que se enseñan en estos cursos. “De la capacidad de
influencia que podamos desarrollar dependerá la posibilidad de
concreción de nuestros objetivos”, puntualizó la directora de la
compañía líder en dictado de cursos para personas en situaciones de
trabajo.
2-Mejorar la productividad. Las
grandes empresas han comenzado a advertir que sus empleados mejoran
su productividad laboral si tienen claro el objetivo y si se sienten
cómodos y a gusto en su trabajo diario. A raíz de esto, las empresas
se han volcado, por un lado, a planificar y comunicar eficientemente
qué tareas se esperan de cada persona y con qué parámetros de
calidad, y por otro, a monitorear a sus empleados para detectar
rápidamente los desvíos y ayudarlos a volver al foco. “Si cada uno
se desarrolla en un clima laboral con cierto nivel de certidumbre,
estabilidad, tiene posibilidades de preguntar y equivocarse, su
nivel emocional estará estable y podrá concentrarse en la tarea”,
expresó De Giglio, quien contó que a partir de esto, las compañías
han incorporado “un régimen de consultorías que evalúan al personal
y al funcionamiento grupal”. “La productividad laboral de todas las
personas incrementa sus niveles cuando se sienten consideradas
profesionalmente, en un clima de aprendizaje y respeto”, sostuvo la
licenciada De Giglio.
3-Articular la generación Y con la
generación X. Cada vez son más las empresas que cuentan
con empleados jóvenes, de entre 20 y 30 años, que se distinguen por
una actitud desafiante y retadora. Ellos, constituyen la Generación
Y, que contrasta en varios sentidos con sus jefes o gerentes. Frente
a esto, tiene dos opciones: pelear con ellos o negociar. “En el
último tiempo, las empresas han implementado distintas consultorías
y capacitaciones para que el adulto de Generación X o baby-boomer
(de entre 30 y 50 años) comience a negociar con los Y, ya que esto
es reconocer que ante nosotros tenemos una generación con más
conocimientos, otros valores e ideales e incluso con una creatividad
mucho más desarrollada”, sentenció Lina De Giglio. “Los jóvenes Y
son alegres, seguros de sí mismos y enérgicos; no piden permiso
sino, informan. Lo cuestionan todo, son el recambio profesional y el
catalizador de las últimas transformaciones que vive la empresa.
Creatividad, flexibilidad y conciliación son sus valores
principales”, definió la directora de Capacitar. Los baby-boomers y
los X se basan en la lógica y para ellos era importante defender sus
ideales hasta el final y lo que valoraban era el grupo, no el
individuo. Sin embargo, para los Y los ideales no son importantes,
son más individualistas y se preocupan más por el dinero. Estos
jóvenes tienen las ideas muy claras y no están dispuestos a hacer
del trabajo su vida. Buscan un salario que recompense el enorme
esfuerzo académico que han hecho. “Ahí es donde viene el choque y
hay que aprender a negociar con ellos. Las acciones concretas que
deben desarrollar los jefes y gerentes respecto de la Generación Y
son – fundamentalmente- reconocerlos como diferentes y aceptarlos”,
aconsejó Di Giglio. Superar las diferencias generacionales es
imprescindible para la organización, de hecho, ya hay jefaturas
intermedias a cargo de la generación Y.
4-Mejoras en las políticas de maternidad.
En los últimos años, las grandes empresas han empezado a ofrecer a
sus empleadas -embarazadas o en período de posparto- realizar el
trabajo desde casa o con horario flexible. El teletrabajo se ha
vuelto una herramienta muy útil para incrementar la productividad de
la reciente madre, quien siente que puede dar respuesta a la demanda
laboral, pero acomodándola a su nueva realidad: “no sólo porque se
organiza para realizar sus tareas según su nueva agenda
laboral-familiar sino porque la presión emocional de estar dividida
o la sensación de estar en el lugar incorrecto en el momento
presente desaparece, fortaleciendo su emocionalidad, permitiéndole
hacer foco a lo que la convoca y a la vez, cumplir con todas sus
obligaciones”, afirmó De Giglio, que es madre de trillizos y una
mujer profesional sumamente exitosa. Las organizaciones, aún
aquellas que tienen mujeres como CEO o en puestos de toma de
decisión, siguen transitando una cultura masculina. “No debemos
confundir el hecho de que haya mujeres en puestos importantes con el
hecho de que se esté ejerciendo un liderazgo femenino. Esto no tiene
necesariamente un correlato.”, aclaró la directora de Capacitar. Si
bien los paradigmas laborales están tornando hacia un respeto por la
calidad de vida del empleado, cuando aprieta el zapato se vuelve
rápidamente al modelo de gestión por resultados dejando de lado lo
vincular. Una mujer que desea volver a trabajar luego de su
maternidad, aunque esté altamente comprometida con su trabajo y
disfrute de su profesión, no es la misma mujer que antes de dar a
luz, sea su primer, segundo o tercer hijo, por eso hay que tener en
cuenta que su reinserción en la trama organizacional está
condicionada por esta nueva situación, pues ella no es la misma.
5-Estrategias para la prevención del estrés.
El estrés es uno de los principales problemas del siglo XXI. Atentas
a esta nueva enfermedad, las empresas implementan estrategias para
prevenirla y con miras a aumentar la productividad laboral. Desde
yoga, pases free para ir al gimnasio, entradas a centros recreativos
y hasta espacios de reflexión sobre la felicidad o el sentido de la
vida, organizados a través de la Gerencia de Capacitación o de la
Gerencia de Desarrollo son algunos de los recursos más utilizados.
Además, como el estrés está ligado al manejo de la urgencia al
imponderable, cuanto más planificada esté la tarea y cuanto más
eficientemente sea comunicada, los colaboradores sabrán a qué
atenerse, pudiendo organizar sus tareas y evitando picos de estrés
ante lo impostergable . Fuente