El término niños índigo es
utilizado en el contexto de la llamada "Corriente de la
Nueva Era" o New Age para referirse a aquellos niños que
supuestamente representarían un estado superior de la
evolución humana. Quienes defienden esta hipótesis
señalan dicha evolución como un avance espiritual, ético
y mental, sin atender a la definición que diera el
científico Charles Darwin (variación y selección por
supervivencia diferencial).
Fuera de la New Age, este
fenómeno es considerado un mito pseudocientífico, porque carece de
evidencia científica aceptable. La creencia en la existencia de
niños índigo se asocia habitualmente a reacciones paternales que
surgen frente a la pedagogía y psiquiatría modernas. Una de las
causas observadas más frecuentemente, es el pánico moral que surge
en los padres al tener que enfrentar una terapia psiquiátrica
medicada para sus niños. También el detonante podría derivarse del
rechazo a diagnósticos de psicopatologías polémicas o de nuevo cuño,
cuando éstas son adjudicadas a los hijos; especialmente de casos
como la hiperactividad, el autismo y el síndrome de déficit
atencional.
Según sea la corriente a que adhieran los creyentes en la New Age,
así serán los atributos y la naturaleza que se describe de los niños
índigo. Hay quienes sostienen que estos niños poseerían habilidades
paranormales tales como la telepatía o la capacidad de leer la
mente, mientras que los más moderados afirman que lo que diferencia
a un niño índigo de uno que no lo es son rasgos más convencionales,
como una mayor capacidad de empatía o una creatividad incrementada.
El término "índigo" referido cromáticamente, surge de la creencia de
que estos niños tendrían un aura que sería del mencionado tono de
azul.
En el último tercio del siglo XX se crearon escuelas para la
formación de estos niños de aura azulada, que según las teorías
teofísicas debían liderar el cambio a la era espiritual de Acuario,
como dice la canción "Age of Aquarius-Let the sunshine" de The Fifth
Dimension. La novela "Niños rociando gato con gasolina" del escritor
español Alberto Torres Blandina trata el tema de la vida en una de
estas escuelas para niños índigos.
ORIGENES DE LOS NIÑOS INDIGOS
El término compuesto "niños
índigo", se origina en el libro del año 1982 "Understanding Your
Life Through Color" (Comprendiendo tu vida a través del color) de
Nancy Ann Tappe, una autoproclamada psíquica y sinestésica que
afirma poseer la habilidad de percibir el aura de las personas.
Según sus escritos, comenzó a notar que muchos niños estaban
naciendo con auras de color índigo hacia finales de la década de
1970. A principios del siglo XX, Tappe afirma que el 20% de los
niños menores de diez años y el 17% de los que tienen entre 13 y 17
son "índigo". Sin embargo, ningún estudio científico ha conseguido
comprobar sus dichos.
La idea de los niños índigo fue más tarde popularizada por el libro
de 1998 "The Indigo Children: The New Kids Have Arrived (Los niños
índigo: los nuevos chicos han llegado)", escrito por el matrimonio y
equipo formado por Lee Carroll y Jan Tober. Carroll insiste en que
el concepto se obtuvo a través de las conversaciones telepáticas con
un extraterrestre o "energía maestra angelical" a la que él denomina
Kryon.
CARACTERITICAS DE LOS NIÑOS INDIGOS
Según los creyentes del
movimiento "Nueva Era", los niños índigo poseen características1
tales como una mayor intuición, espontaneidad, rechazo a una
moralidad estricta y una gran imaginación, añadiéndose
frecuentemente también a tales capacidades ciertos dones
paranormales, o poderes sobrenaturales como la telequinesis, la
clarividencia, la piroquinesis o la capacidad de sanación.
También afirman sus creyentes que estos niños poseen un fuerte
sentimiento para generar una diferencia significativa en el mundo, y
se encuentran naturalmente inclinados a temas relacionados con la
espiritualidad, el ocultismo y el esoterismo. Sin embargo estas
afirmaciones quedan en el plano de lo hipotético, debido a que no
han sido demostradas científicamente. Aun así existen místicos que
dicen haber trabajado con niños de aura azul (índigos), asegurando
que sus características son reales y existen variaciones de estas
entre un niño y otro.2
La psiquiatría y la psicología han desestimado la existencia de
estos niños, dado que no se ha podido demostrar su existencia.
Expertos psiquiatras afirman que la New Age, debería producir
evidencia empírica acerca de este supuesto tipo de niños.3
El psiquiatra pediátrico Russell Barkley, sostiene que los
diecisiete rasgos más comúnmente atribuidos a los niños índigo, son
tan vagos que "podrían describir a la mayoría de la gente la mayor
parte del tiempo", y refiere además que podríamos estar ante un
fenómeno psicológico conocido como "Efecto Forer". Se ha indicado
también que etiquetar a un niño revoltoso como "índigo" retrasa el
diagnóstico y el tratamiento que pudieran ayudarlo.
Algunos pedagogos y psiquiatras han señalado que la creciente
ineptitud de los sistemas educativos para tratar la agresividad de
algunos niños y niñas, podría haber forzado a algunos padres de
niños diagnosticados como "hiperactivos", a acudir a los proponentes
de estas teorías pseudocientíficas. Los padres de estos niños
recibirían de ellas la atención y escucha que les serían negadas en
las instituciones educativas y sanitarias.
De este modo, pedagogos y profesionales de la mente afirman que la
defensa de la supuesta existencia de los niños índigo es en realidad
una reacción de "rebeldía" de los padres hacia sistemas educativos
autoritarios que restringen las conductas expansivas del infante,
que premian la pasividad y el conformismo, y que fustigan la
creatividad.
Los más escépticos opinan que esta suerte de "superioridad"
atribuida a los niños índigo es nociva para el desarrollo de los
infantes hiperactivos, cuya necesidad más urgente es la de aprender
a convivir con los demás, así como obtener atención y apoyo
parentales y de su entorno. A esta variante de las supuestas
propiedades de los niños índigo, algunos llegan a asimilarle
supuestos componentes segregacionistas o discriminatorios.