Claves y recomendaciones para prevenir la muerte súbita
Los
deportistas suelen ser el paradigma de la salud y la aptitud física
hasta que se difunden las imágenes de uno de ellos desplomándose, de
golpe, en el campo de juego. La secuencia sigue con el equipo médico
que corre, realiza maniobras rápidas, aparece la ambulancia y luego,
la noticia con el trágico diagnóstico: muerte súbita.
Esta forma de morir impacta por la inmediatez y la sorpresa. Para los
especialistas es un tema de investigación desde hace años ya que la
primera causa de muerte, en el mundo, es la enfermedad cardíaca.
Se considera muerte súbita a la que sucede de manera no traumática,
abrupta e inesperada, en general por causas cardiovasculares, dentro
de las primeras horas del comienzo de los síntomas. Los datos del
Consejo Nacional de Resucitación, según explica su ex director, Saúl
Frajer, indican que una de cada mil personas muere por muerte
súbita, en la población en general. Y este es el porcentaje que se
aplica para la Argentina.
Del total, menos del 15% ocurre mientras se practica ejercicio físico.
El 85% restante corresponde a personas que sufren muerte súbita en su
vida cotidiana. Pese a ser el mayor porcentaje, este grupo es el menos
estudiado.
"Entre un 80 y un 90% de los casos de muerte súbita se debe a causas
cardíacas", confirma el cardiólogo Héctor Kunik, presidente de
la Asociación Metropolitana de Medicina del Deporte (AMMDEP). Los
demás casos se deben, básicamente, a causas neurológicas o a
golpe de calor.
El principal grupo de riesgo son los hombres mayores de 30 años
con antecedentes familiares de enfermedades coronarias, o con alguno
de los factores de riesgo mayores: hipertensión arterial, tabaquismo,
hipercolesterolemia y sedentarismo. Otra característica de la muerte
súbita es la infrecuencia en mujeres. La relación es de 10 hombres
contra 1 mujer. No hay una explicación clara al respecto.
"El grupo de riesgo debe hacerse, al menos, un electrocardiograma.
Según los resultados, el médico evaluará cómo seguir", recomienda
Kunik.
Si bien el ejercicio intenso genera un impacto importante en la
actividad cardíaca, y esto en personas predispuestas puede
desencadenar arritmia o muerte súbita, los especialistas coinciden, y
recalcan, que la actividad física ayuda a prevenir las patologías
cardiovasculares. "El efecto protector del ejercicio excede
largamente el pequeño aumento de riesgo que ocurre durante la
actividad física vigorosa", remarca Kunik.
"Para llegar a la arritmia del corazón debe haber una anormalidad
previa", explica el cardiólogo Roberto Peidro, secretario científico
del Consejo de la Sociedad Argentina de Cardiología y jefe de
rehabilitación cardiovascular de la Fundación Favaloro.
"Las causas más frecuentes de la muerte súbita están relacionadas, en
los deportistas jóvenes, con enfermedades congénitas y, en los
mayores de 35 años, con patologías coronarias", agrega.
A la vez, hay drogas que pueden favorecer la aparición de la muerte
súbita, como anabólicos esteroides, anfetaminas y cocaína. Por
último, otro desencadenante puede ser un traumatismo fuerte sobre
el pecho.
Ante el temor que provoca escuchar hablar sobre muerte súbita, la
pregunta que surge es ¿se puede prevenir o evitar? La respuesta no es
simple.
"Si toda la población se hiciera todos los estudios cardíacos
posibles, el porcentaje bajaría. Pero esto no es posible en la
práctica. La mayoría de estas patologías son asintomáticas y para
detectarlas se requieren estudios muy específicos. Sólo se buscan
cuando hay dudas, síntomas o antecedentes. En los deportistas de alto
rendimiento se hacen exámenes más específicos pero, de todas maneras,
algunas patologías no se detectan", opina Peidro.
El especialista ejemplifica con un estudio realizado en Italia, a
principios de los 90, sobre 16 deportistas que sobrevivieron a la
muerte súbita gracias a las técnicas de reanimación. "Del total, 13
tenían alguna patología coronaria que podría haberse detectado pero
hubo 3 a los que no se les detectó nada", detalla. Si bien algunas de
las patologías cardíacas son difíciles de detectar, lo que sí se
puede evitar es la muerte súbita por golpe de calor, que produce
un alto índice de mortalidad.
A los controles periódicos y la consulta al especialista antes de
realizar ejercicio, Kunik y su colega Guillermo Díaz Colodrero, de la
AMMDEP, suman dos consejos que podrían ayudar a evitar la muerte
súbita: "Concienciar a la población para evitar la aparición de
factores desencadenantes y ampliar el uso de los desfibriladores
automáticos externos en todos los espacios públicos".
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