¿Como evitar ser
estafado en Internet?
Ya
no se trata de ser prevenido a la salida del banco, de cuidarse de
que nadie espíe la clave del cajero, o de desarrrollar un tercer ojo
para detectar carteristas en el subte. En forma creciente, y al
mismo tiempo que aumenta el número de usuarios de la Red, hay una
amplia gama de delitos informáticos que se difunden por
Internet, al amparo del anonimato y bajo el beneficio de la falta de
una ley específica.
El tema no es menor si se tiene en cuenta que, en cuatro años, se
quintuplicó el número de usuarios de Internet en el país: ahora
son 5.328.000, según la consultora D'Alessio-Irol. Y un millón
accede a su cuenta bancaria a través de la Red.
Pornografía infantil, estafas, fraudes, amenazas, "delivery" para la
venta de drogas, robo de claves de acceso, piratería de software y
daños a sistemas de datos son algunos de los delitos que circulan
por la Red.
Una prueba de que estos delitos están cada vez más presentes es la
reciente detención de un oficial del Ejército, a raíz de una serie
de amenazas vía e-mail recibidas por el diputado kirchnerista Miguel
Bonasso. Por el mismo caso había estado detenido unas horas un
sobrino de la ex funcionaria María Julia Alsogaray. El hecho sigue
siendo investigado.
Pero lo cierto es que, aunque los jueces pongan buena voluntad para
"adaptar" las viejas figuras penales, Argentina tiene un atraso
de cinco años en su legislación. Hubo un proyecto de ley para
delitos informáticos que nunca fue sancionado, y en estos días se
conformó un grupo de especialistas, oficiales y privados, para
elaborar uno nuevo.
Para el fiscal de la Cámara del Crimen porteña, Ricardo Sáenz, la
pornografía infantil, junto a las estafas en transacciones bancarias
(ver Doce claves...), son los principales delitos
informáticos que se denuncian. "Tratamos de iniciar cada
investigación, pero es difícil llegar a juicio. Muchas veces se
reciben pedidos de colaboración internacional para detener a quienes
producen el material pornográfico con chicos, pero a los jueces se
les complica esa colaboración porque el delito no está previsto en
nuestras leyes".
El comisario Ricardo Sánchez, jefe de la División Análisis Criminal
de la Policía Federal, prefiere hablar de "delitos de alta
tecnología" o "cometidos a través de Internet" más que de delitos
informáticos, y explica las consecuencias que la falta de leyes
tiene sobre su trabajo: "Nosotros sólo podemos intervenir cuando se
cometió o se detecta que se va a cometer un delito. Si una acción no
está tipificada, aunque sospechemos un posible daño la Policía no
puede intervenir. El envío de correo basura es irregular pero no
ilegal, por ejemplo".
Las persecuciones del comisario Sánchez y los 70 empleados de su
división son largas y sinuosas. "Los sitios desde los cuales se
cometen delitos están alojados en paraísos virtuales —Irán,
Filipinas o Tailandia son los más usados— donde nadie averigua mucho
qué circula por las páginas Web ni investiga posibles delitos. Por
eso es vital la colaboración de todos los países y sus policías:
Internet —un espacio en el que se trafica de todo, desde drogas y
pornografía infantil hasta armas y bombas— acabó con la
territorialidad de algunas leyes".
El trabajo de estos policías consiste en "vigilar" la Web en busca
de delitos y atender las denuncias que les llegan desde las
comisarías o los juzgados, ya que no hay ninguna dependencia
específica para estas denuncias.
Cada mes, la división comandada por Sánchez lleva adelante unas 70
investigaciones simultáneas. "Nuestras técnicas son las mismas que
las que usan en Estados Unidos o Europa, pero trabajamos con
muchísimos menos recursos, humanos y tecnológicos", se lamenta.
¿Cómo "hacer hablar" a una computadora utilizada para cometer
delitos? Cuando los caminos usuales empiezan a agotarse, es el
momento de convocar a los "peritos forenses informáticos",
especialistas en rastrear información en discos rígidos que hayan
sido formateados hasta siete veces. En la Federal hay unos
diez.
Enviar un virus a través del correo electrónico y provocar, por
ejemplo, que se caiga toda una red informática no es delito. Lo
estableció en un fallo reciente la Cámara Federal, al sobreseer a un
ex creativo de una agencia de publicidad que, enojado por un despido
que consideró injusto, hizo colapsar deliberadamente los sistemas de
su ex empleador.
En los últimos años, muchos países fueron adecuando su legislación,
pero en Argentina —excepto en la protección de datos— sigue sin
existir una ley contra delitos informáticos. Esta semana se
realizó en el auditorio de Clarín el Primer Seminario
Internacional sobre delitos relacionados con la Tecnología 2004, con
el auspicio del Ministerio de Justicia, y organizado por la
Asociación de Magistrados, el ministerio público fiscal, el
Ministerio de Relaciones Exteriores, Ciudad Internet y AOL.
Sus organizadores, junto a la abogada especialista en el tema Rosa
Oller López, acordaron trabajar en la elaboración de un proyecto
de ley que esté a tono con la legislación mundial.
El anonimato de los materiales que circulan en la Red también
contribuyó al incremento de la pornografía infantil. Y como
en el país no está legislado este delito cuando se difunde por
Internet —aunque ya hay un proyecto de ley—, Argentina se está
convirtiendo en uno de los principales proveedores para un
mercado en crecimiento, que se alimenta de imágenes de menores
abusados o violados sexualmente.
Para la jueza Silvia Ramond es fundamental "adoptar en las leyes
medidas que incriminen la producción, distribución, comunicación y
posesión de pornografía infantil".
Rodolfo Orjales, el fiscal del Departamento de Justicia de los
Estados Unidos que participó del seminario, apuntó a otro aspecto:
el perjuicio en materia de inversiones económicas que puede
acarrear la falta de legislación. Y aconsejó, en base a la
experiencia de su país, que las leyes que se promulguen sean
"claras, concretas y amplias". "No limiten las leyes a las
computadoras. La tecnología avanza más rápido que los
legisladores, y puede aparecer otro elemento tecnológico, y la
ley puede quedar vieja", señaló.
La jueza en lo Criminal y especialista en lavado de dinero, Patricia
Llerena, tiene datos que confirman que en el campo del delito
informático actúan "organizaciones que encaran su actividad
delictiva con un perfil de empresa". Consideró que algunas
diferencias son: que trabajan en organización celular, en un lugar
donde el jefe no está, y a veces entregan a uno de sus miembros a la
Justicia para evitar que peligre la organización. "El crimen
organizado prescinde de elementos normales en las transacciones",
como ser papel moneda o cheques, "actúa sin intermediarios y usa
dinero virtual".
Las idas y vueltas en la necesidad de legislar los delitos
informáticos fueron resumidas por la embajadora Ileana Di Giovan:
"El espíritu de los primeros usuarios de Internet la hicieron nacer
refractaria a toda intromisión". Pero el crecimiento de
delitos en la Red provocó un vuelco, y "hoy nadie duda sobre la
necesidad de regulaciones".
Fuente: clarin.com
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