El cerebro humano
creció a costa de la mandíbula, según estudio
Un equipo científico reportó el miércoles
que una mutación genética ocurrida hace 2,4 millones de años podría
ser la razón por la que los seres humanos modernos tienen el cerebro
grande y los maxilares débiles.
Los científicos descubrieron que la
mutación en un gen, codificado como MYH16, ocurrió más o menos en la
misma época en que sus cráneos empezaron a cambiar de forma y a
diferenciarse de los de los primates, lo cual permitió el crecimiento
del cerebro.
Sin embargo, a cambio de esto, los
seres humanos desarrollaron mandíbulas más pequeñas y menos poderosas.
"Esta coincidencia en tiempo puede
indicar que la reducción de la fuerza y de los músculos en los
maxilares disminuyó la tensión sobre el cráneo que, a su vez, eliminó
el constreñimiento evolucionario al desarrollo del cerebro", dijo
Nancy Minugh-Purvis, miembro del equipo científico de la Escuela de
Medicina de la Universidad de Pensilvania, que fue el que hizo el
descubrimiento.
Todos los seres humanos portan la
mutación MYH16, pero otros primates, incluidos los chimpancés y los
macacos, también tienen dicho gen. A través de millones de años, desde
que ocurrió la mutación genética, los cráneos humanos han aumentado
tres veces su tamaño original, mientras que los maxilares se han
reducido.
Pete Currie, del Instituto de
Investigación Cardíaca Victor Chang en Sidney, Australia, cree que el
estudio, publicado en la revista científica Nature, podría constituir
la primera diferencia genética funcional entre los seres humanos y los
primates.
"Notablemente, el momento de la
aparición de esta alteración genética, o mutación, coincide
aproximadamente con la aparición de las características 'humanoides'
en los fósiles de homínidos", escribió Currie en la revista.
Minugh-Purvis, junto con Hansell
Stedman y otros expertos de la universidad, armaron el complicado
rompecabezas después de descubrir que el gen aparecía intacto en
primates, pero había mutado en seres humanos.
A menudo se vinculan las alteraciones
genéticas con algún tipo de enfermedad hereditaria, pero los
científicos están confundidos acerca del tipo de trastorno que podría
ser común a todos los seres humanos en el mundo.
Otros estudios revelaron que el MYH16
está vinculado a los músculos que intervienen en la mordida y la
masticación, y que codifica a una proteína en los músculos de las
mandíbulas de los primates. Esto llevó a los investigadores a
sospechar que el trastorno común entre los seres humanos es la mordida
débil.
Stedman y sus colegas consideran que
una mordida más débil pudo haber relajado la tensión sobre el cráneo
para que creciera más y esto concedió mayor espacio al cerebro, por lo
que aumentó de tamaño.
"Sólo podemos esperar que este estudio
sea la vanguardia de una nueva ola de análisis centrados en la
genética de la evolución humana", concluyó Currie.
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