Tercer turista
espacial se apresta para su vuelo de 20 millones de dólares
La próxima persona en ser enviada al
espacio como turista no sólo disfrutará de la experiencia: Gregory
Olsen, un científico que ha hecho una fortuna con inventos ópticos,
también planea hacer algunas investigaciones durante su viaje de 20
millones de dólares a la Estación Espacial.
Olsen, fundador de Sensors Unlimited en
Princeton, Nueva Jersey, contrató a la compañía que envió al primer
turista espacial, el millonario Dennis Tito, a bordo de una nave
espacial rusa el año 2001.
El viajero, de 58 años, dijo que planea
llevar sensores infrarrojos, capaces de detectar variaciones de
temperatura, para analizar la contaminación en la atmósfera de la
Tierra y el estado de los sistemas agrícolas.
"De alguna manera siento que esta es
una forma de retribución", dijo. Olsen describió el experimento como
"lo mejor que me podría pasar", dijo, "como también la posibilidad
única de estar en el espacio por una semana". Olsen también espera que
la ingravidez del espacio le ayude a elaborar nuevas versiones de
cristales especiales usados en sensores infrarrojos así como también
en otras aplicaciones de alta tecnología, aunque aún no ha concretado
estos planes.
Olsen planea publicar sus
descubrimientos en publicaciones científicas.
Agregó que no teme por su seguridad,
aunque tiene presente el desastre del transbordador espacial Columbia
en 2003.
"Todos los días uno lee el periódico y
se entera de accidentes automovilísticos o accidentes aéreos y no por
ello deja de usarlos", dijo. "Yo no suelo pensar en eso cuando me subo
a un avión".
Olsen dijo que sus dos hijas mayores le
han brindado bastante apoyo para que realice esta misión.
Esta semana se dirigirá a Rusia para
comenzar con un entrenamiento de seis meses que lo preparará para su
vuelo a bordo de la nave espacial Soyuz rumbo a la Estación Espacial
Internacional.
El viaje, de ocho días de duración, se
realizará en abril de 2005, pero hay posibilidades que se adelante
para octubre de este año.
El viaje tiene un costo de 20 millones
de dólares, la misma cantidad de dinero que pagó Tito el año 2001 y el
sudafricano Mark Shuttleworth en el 2002.
Eric Anderson, presidente ejecutivo de
Space Adventures de Arlington, no quiso hacer comentarios acerca de
los acuerdos financieros a los que llegó su empresa con el gobierno de
Rusia.
En el futuro, Space Adventures espera
poder mandar a dos turistas a bordo de la nave espacial Soyuz
piloteada por un cosmonauta ruso. Ello implicaría que la nave no
tuviera capacidad para traer de vuelta a la Tierra al cosmonauta o
astronauta que se encuentra en la Estación Espacial, por lo que alguna
de las misiones se deberá alargar de seis meses a un año.
A diferencia de Lance Bass, el cantante
de música pop que quiso viajar en una nave espacial rusa, pero que no
pudo conseguir los fondos necesarios para hacerlo, Olsen dijo que
tenía los medios suficientes para costearse el viaje.
Sus investigaciones respecto a
cristales, parte de ellas financiadas por la NASA, hen permitido la
creación de artefactos que ayudan a un funcionamiento más eficiente de
las redes de fibra óptica.
Vendió su compañía Sensors Unlimited a
la empresa Finisar en 700 millones de dólares en el año 2000.
"Tendrán que confirmar con mis
consejeros financieros de Merry Lynch para una cifra exacta", bromeó.
"Fui muy afortunado con ese negocio", dijo.
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