Doce pasos para
capturar una idea
Partiendo de la base de que la
publicidad involucra energía que puede afluir hacia el creativo,
pero también perderse o “transformarse en algo distinto” y no
deseado, Ralf Langwost enumeró una serie de rituales propiciatorios
para llegar a buen resultado. Entre sus recomendaciones, figura la
de atrevérsele a la pregunta “¿no sería muy tonto si...?”.
A continuación, los doce pasos que
Langwost prescribió para atrapar las ideas y no permitir que la
energía se desperdicie... ni se transforme en algo diferente,
indeseado.
1) Visión. “Es una idea
del futuro. Debe haber tres prioridades: el trabajo, la relación
cliente-agencia, y ustedes mismos, los creativos. Si no tienen una
visión clara, no sabrán a dónde ir; y la gente no los seguirá porque
los verá con cara de asustados, porque se perdieron”.
2) Un buen cliente. “Hay
que preguntarse ‘este gerente de publicidad, ¿podría ser director
creativo de mi agencia?’ Si la respuesta es ‘no’, están en
problemas, porque de hecho él es el director general
creativo: es la persona que va a aprobar o rechazar el aviso”.
3) Misión. “Hay que darle
vueltas al problema, exprimirlo, mirarlo desde diferentes
perspectivas, darle vueltas hasta sacarle la energía y volverlo
interesante”.
4) Información. “Nunca hay
que pensar que algo es aburrido. A lo sumo, será uno el que está
aburrido. Hay que romper el problema, y así muchas veces se nota que
en realidad lo que pasa es que no hay suficiente información. Para
apropiarse de información, una buena táctica es ir al departamento
de quejas de la empresa cliente; esos empleados son los que más
información tienen sobre el producto o servicio. Y una vez que uno
tiene información, es como en la cocina: incluso un cocinero
mediocre puede preparar un plato más o menos bueno con buenos
ingredientes, mientras que un chef consumado no podría hacerlo con
ingredientes malos”.
5) Estrategia. “Aquí ya
estamos en el proceso creativo. La mejor estrategia es la verdad.
Que cuando el público vea el aviso, diga ‘sí, es así’. Se dice que,
en una guerra, 50 por ciento del trabajo es estrategia; pero además,
el ‘planeamiento estratégico’ podría definirse como sentido común.
En síntesis: es pensamiento creativo basado en información”.
6) Brief creativo. “Hay
que reducir todo eso que uno estuvo acopiando en un solo punto,
concentrar la energía, transformar la luz de la antorcha en un rayo
laser. Tener un único punto es muy importante, aunque a menudo los
clientes pidan cinco o seis. Si los piden, désenlos, pero que los
otros puntos sean como ‘vagones’ de la locomotora que es el más
importante. Todos tienen que ir detrás de una gran idea”.
7) Encontrar una gran
idea. “Es fácil si se hizo bien todo lo anterior, que es donde
se concentran los grandes creativos. Si se hicieron bien los
primeros seis pasos, entonces el problema es definir la idea,
que suele surgir en la forma de una respuesta. Cuando no sale, es
porque no se está preguntando bien. Y preguntar es algo que abre la
energía, porque uno asume que no sabe, y se relaja. Muy a menudo la
pregunta que surge es ‘¿no sería realmente tonto hacer algo
como....?’ Sí, muchas veces parece tonto, pero se le puede dar una
forma tal que al final no lo sea en absoluto”.
8) Describir la idea.
“Para eso, lo que hay que hacer es mantenerla, no dejarla escapar.
Luego, ser capaz de expresarla en una o dos oraciones solamente,
como si se le estuviera hablando a un amigo por teléfono. Puede ser
difícil, porque es como bailar con una burbuja de jabón: si uno la
toca, se rompe, y si no la toca, se va. Pero hay muchas maneras de
describirla; la presentación de la idea al cliente no tiene que ser
necesariamente un documento, se puede bailar o hacer una
representación teatral. Lo importante es captar la idea”.
9) Evaluación. “Ésta es la
parte más importante. Hay que tener las expectativas muy altas y
tirar todo lo que ‘esté bueno’ hasta que aparezca lo mejor. El mejor
indicio de que una idea es valiosa es que uno no puede contener las
ganas de contársela a alguien, no puede parar, se siente impulsado a
producirla. Si no se experimenta eso, hay que tirar la idea ‘buena’
y trabajar para que aparezca otra que sea excelente”.
10) Presentación. “Si es
débil, eso es un síntoma de cosas que no han ocurrido antes.
La reacción de los clientes es clave, porque ellos no compran la
idea: compran al creativo porque dicen ‘si está tan convencido, debe
de tener razón’. Compran la convicción. Piensen acerca de cómo
sienten esa energía. Piensen en la presentación como en un síntoma.
Y protejan la idea. Si no llegan a tiempo para elaborar una buena
presentación, pídanle al cliente que la posponga. Generalmente ellos
acceden, porque lo ven como una señal de que están preocupándose por
darles lo mejor".
11) Producción de la idea.
“No hay que ver solamente la parte de uno, no hay que mirar sólo
hacia adelante sino también hacia los costados, y tener una buena
conexión con el equipo. Si uno dice ‘yo soy creativo, así que a mí
no me concierne la producción, o el planeamiento estratégico’, lo
más probable es que el resultado sea deficiente, que se produzcan
muchos ‘agujeros’ por donde la energía se escape”.
12) Resultado, en el cual se
manifiesta la energía. “Ahora estamos en la etapa peligrosa,
porque hasta aquí todo fueron conceptos. De acá en más, habrá que
invertir tiempo y dinero. Contrariamente a lo que se cree a veces en
Europa, el dinero no reemplaza a la gran idea que no vino, pero en
alguna medida se lo necesita. La mejor manera de reducir tiempos y
costos es trabajando con las personas adecuadas y manteniéndolas
capacitadas”.
Fuente:
http://www.laflecha.net/
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