Joseph Ratzinger es Benedicto XVI
Que el prelado de 78 años se haya
convertido en el conductor de la Iglesia Católica, probablemente
causará sorpresa en su nativa Alemania, un país donde dicha
institución no despierta la misma pasión que en Italia o Polonia.
Ratzinger nació en 1927 en el seno de
una familia bávara tradicional. Su padre era policía y muy
religioso.
Ratzinger debió interrumpir sus estudios al estallar la Segunda
Guerra Mundial, durante la cual fue asignado a una unidad antiaérea
en Munich siendo miembro de las juventudes hitleristas, algo a lo
que -según él- fue forzado.
Sus simpatizantes dicen que su experiencia bajo el régimen nazi lo
convenció de que el Vaticano debía tener una fuerte posición
respecto de la verdad y la libertad.
Tras ser ordenado sacerdote, Ratzinger apoyó el Concilio Vaticano II
en la década de los 60 y su espíritu de convertir a la iglesia en
una institución más abierta.
Más tarde, siendo profesor en la ciudad alemana de Tubinga,
Ratzinger vivió de cerca las protestas estudiantiles y hay quienes
dicen que allí se definieron muchas de sus posturas ulteriores.
Por ejemplo, durante una de sus disertaciones ocurrió un incidente
que lo marcó, según un testigo: los alumnos se levantaron y tomaron
el micrófono en violación de las normas universitarias, algo que
irritó a Ratzinger.
Intelecto vs. corazón
El sacerdote bávaro fue nombrado arzobispo de Munich en 1977. Pocos
meses después se convirtió en cardenal.
Para sus seguidores, Ratzinger es una persona dotada de un gran
intelecto y de un generoso espíritu cristiano.
Pero sus críticos afirman que es un hombre de temer, porque más bien
ha suprimido la discusión y silenciado a los disidentes dentro de la
iglesia.
Wolfgang Cooper, un especialista alemán en temas religiosos, afirma
que, de ser elegido Papa, Ratzinger podría convertirse en una figura
que generará divisiones.
"Posiblemente se abra una gran distancia entre el liderazgo
eclesiástico y la fe", comenta.
Ratzinger es un "científico" que "prefiere discusiones
intelectuales", según Cooper, mientras que muchos católicos quieren
sacerdotes y obispos "que toquen sus corazones".
Frente a la ex Inquisición
En 1981, Juan Pablo II optó por Ratzinger para dirigir la
Congregación para la Doctrina de la Fe, el organismo del Vaticano
conocido en alguna ocasión como la Santa Inquisición.
Desde allí, este cardenal ha actuado como guardián de la ortodoxia y
sus pensamientos han sido muy influyentes.
Una de sus primeras campañas fue contra la teología de la liberación
y la figura de sacerdote-político que se perfilaba en América
Latina.
También ha calificado la homosexualidad como un mal moral
intrínseco, y se ha manifestado en contra del aborto y la
contracepción.
Durante la campaña para las últimas elecciones presidenciales en
Estados Unidos, instó a que no se les dé el sacramento de la
comunión a los políticos pro aborto.
Además de su pensamiento ultraconservador, Ratzinger ha sostenido la
idea de que la iglesia debe mantener una estructura centralizada,
según los observadores.
"Ejecutor del Papa"
Por su trabajo, este teólogo alemán ha sido reconocido con el apodo
de "ejecutor del Papa". Karol Wojtyla se refería a él como su "amigo
de confianza".
Fue precisamente Ratzinger el elegido para presidir la misa durante
el funeral de Juan Pablo II.
Los analistas creen que, como pontífice, le dará al Vaticano una voz
clara pero al mismo tiempo radical.
En algún momento Ratzinger confesó que quería volver a Baviera para
dedicarse plenamente a la vida intelectual y escribir libros.
Pero más recientemente dijo que estaría dispuesto a asumir la misión
que Dios le pusiera en el camino.
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