Replicas de bebes de carne y hueso están de moda en Estados Unidos
Los bebés de juguete o "muñecos
renacidos", tan reales que cuesta distinguirlos de los de verdad,
están de moda en Estados Unidos, donde los coleccionistas están
dispuestos a pagar cientos de dólares por cada pieza.
De la misma manera que todos los bebés son diferentes, salvo que
sean gemelos, tampoco hay dos idénticos "muñecos renacidos", como se
llama a estas extrañas creaciones, destacó Efe.
Se
parecen tanto a las criaturas de carne y hueso que incluso se
fabrican con cabello humano, se venden acompañados de sus propias
partidas de nacimiento y se anuncia su llegada a este mundo como si
de un retoño "normal" se tratase.
No es de extrañar, por tanto, que estos muñecos, de todas las razas
y colores de pelo, y nombres comunes en EEUU, como Pat o Tommy,
pasen a formar parte de la vida de muchos compradores que los cuidan
cual mascotas.
Se trata de un hobby un tanto morboso que, sin embargo, disfruta de
un gran crecimiento gracias a los foros de Internet y algunas ferias
de artesanía donde los artistas muestran sus creaciones.
Katie Laing, una maestra de escuela, dedica su tiempo libre a esta
actividad.
En su página web,
Laing
detalla el laborioso proceso para "dar a luz" a cada uno de
sus muñecos, "tan naturales que no podrás resistirte a cogerlos
en brazos", asegura.
Para fabricar uno de estos
"muñecos renacidos" los artistas consiguen primero uno normal y
corriente de vinilo, un tipo de plástico.
Posteriormente lo despiezan, lo
despojan de la pintura que viene de fábrica y lo recubren de varias
capas de color, una de ellas un tono azul claro para simular el
efecto de pequeñas venas.
"A cada bebé se le da el tono cuidadosamente, poniendo especial
atención a cada pliegue de la piel", explica Laing.
El cabello de plástico -el que viene de serie- se reemplaza
manualmente con un tejido especial de angora y, en ocasiones, con
cabello humano, que ha de ser reimplantado manualmente.
"Este es un proceso lento y lleno de amor", señala Laing, al
explicar que también han de crearse las cejas y pestañas, una
filigrana que consume mucho tiempo.
En cuanto a las "tripas", al muñeco se le rellena de un material
especial para obtener un peso equivalente al de un bebé real de ese
tamaño.
La nariz y la boca se esculpen abiertas para que los muñecos "puedan
respirar", de acuerdo con el argot que se emplea en estos círculos.
En cuanto a los ojos, los de plástico se reemplazan con "brillantes
ojos de cristal que mirarán directamente a tu corazón", dice Laing.
Tiendas especializadas
Numerosas tiendas cibernéticas se especializan en vender estos
componentes, desde brazos y piernas hasta bolas de cristal o las
lacas con las que se consiguen unas uñitas que simulan las de
verdad.
Laing vende los bebés "de su guardería" en una pequeña cesta
junto con una manta a juego, un chupete o un biberón, conjuntos de
ropa, un certificado de nacimiento e instrucciones para su cuidado.
Según asegura la californiana, los muñecos son tan reales que los
viandantes a menudo le han regañado por haber dejado a las criaturas
solas en el asiento de atrás del coche.
Sus muñecos se venden por unos 250 dólares, baratos en comparación
con los de Mandy Gernand, una de las artistas más conocidas y cuyas
obras habitualmente sobrepasan los 500 dólares.
Mientras tanto, las creaciones de Dawn Garma, fundadora de la "meca"
de los muñecos Angelic Reborns (www.angelicreborns.com), un foro con
más de mil miembros que discuten sobre los pormenores del hobby, se
venden por más de 700 dólares
Fuente:
http://www.noticiasdot.com/
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