La pasión sexual no se
termina...sólo se esconde
Muchos
años de matrimonio, el cansancio de un día agotador, la rutina...
todas excusas habituales para justificar la falta de deseo sexual
que sufrimos después un tiempo de convivencia y que no hace más que
frustrar ciertos aspectos importantes de la vida de la pareja.
Sin embargo,
existen formas de reiniciar la pasión perdida, y volver a ver al
otro como se lo veía antes.
Pero, fundamentalmente, volver a sentir al otro, como se lo sentía
antes.
El llegar
después de una jornada de trabajo al hogar, debe suponer un momento
placentero y de relajación.
Un buen baño con sales y espuma con agua tibia, puede ser una
excelente ayuda para iniciar un momento erótico, ambientándolo con
esencias y fragancias orientales.
Pero para ello, existe una condición muy importante: disfrutar del
propio cuerpo, conocerlo.
Mas allá de las
condiciones físicas, la mujer debe quererse a si misma y saber que
si lo hace, su pareja lo disfrutará mucho mas.
Antes de entrar al cuarto, siempre es bueno masajearse un poco con
aceites o cremas especiales y estimular todos los sentidos propios.
De los ajenos, se encargarán las fragancias (una vez que se
acostumbre, sabrá cuáles le gustan a su pareja). El único tabú debe
ser la timidez.
El ambiente es fundamental para crear el
clima erótico. Un poco de música romántica. El saxo es sinónimo de
pasión y los acordes de guitarra son romanticismo.
Cada uno conoce su propios gustos y los de su pareja, lo demás son
velas o inciensos, o hasta incluso tules o sedas acomodadas
sutilmente sobre la cama o los muebles.
Parte de la creación de una nueva
sexualidad, es el recuerdo de los momentos inolvidables.
Siempre es apasionante, traer a la memoria, aquellos tiempos de
pasión desenfrenada y relatarlos como si se los estuviera viviendo.
Eso hará revivir el deseo y sentirse como si nada hubiera cambiado.
Al mismo tiempo, comenzar a acariciar al otro en donde uno sabe que
le gusta y hacer todo suavemente, sin prisa, pero sin pausa.
El desvestir al otro es el acto erótico
mas fuerte previo a hacer el amor. Hacerlo con todo el cuidado del
mundo y disfrutar del momento.
Las caricias son el idioma del amor, no hay por qué apurarse ni
estar inseguro al hacerlo. Si no se sabe, mejor es preguntar.
Una vez erotizados, y mientras se hace
el amor, no hay una meta sino un final.
La meta es disfrutar y hacer disfrutar, y cuanto más tiempo dure
este momento, mejor es para la relación y para el recuerdo, que
siempre es un buen inicio de una próxima noche de amor.
No importan las edades, ni las
rutinas...no importa el cansancio ni el acostumbramiento.
No hay excusas si en realidad se quiere volver a sentir la pasión
que parece perdida. Siempre hay forma de recuperarla, porque siempre
está ahí...solo hay que saber encontrarla
Fuente:
http://www.enplenitud.com
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