Pérdida
del pudor. Mayor información. Nuevos medicamentos. Estos
factores llevaron a que en los últimos años se dispararan
las consultas sobre sexo. Y aunque los especialistas
digan que el 80 por ciento de los que van a los consultorios
son hombres, cada vez hay más mujeres que buscan su plenitud
sexual y no acallan sus dudas.
"En general, las consultas por disfunciones sexuales pegaron
un salto a partir de la difusión en los medios. Por
ejemplo, cuando se publican notas sobre matrimonios no
consumados, se quintuplica el número de consultas. Cuando
apareció el Viagra, todos preguntaban sobre disfunción
eréctil. Lo mismo pasó con la última droga que salió al
mercado, el Tadalafilo. Y si se hace una campaña de difusión
de eyaculación precoz, seguro crecen las consultas por ese
motivo", explica a Clarín Beatriz Literat, ginecóloga
de Halitus y del Hospital Durand.
Y agrega: "Esto no significa que varíe la prevalencia de la
patología, sino que los pacientes se animan a consultar
cuando aparece su padecimiento como algo socialmente
aceptado, difundido seriamente y cuando se los orienta
adónde concurrir. Ya no tienen que mantener el secreto y
sufrir en soledad sino que se sienten habilitados para
solicitar ayuda".
El psiquiatra Adrián Sapetti, presidente de la Sociedad
Argentina de Sexualidad Humana y director del Centro Médico
de Sexología y Psiquiatría, coincide en el aumento de las
consultas. Habla de un crecimiento del 30 % en los
últimos dos años. Y en algún punto lo relaciona con la
crisis: "Impactó en la autoestima de quienes perdieron su
trabajo o vieron bajar sus sueldos. Sobre todo en varones".
Literat tiene otra teoría con respecto a las mujeres: "Las
mujeres se van sintiendo con mayor derecho a demandar
soluciones para mejorar su plenitud sexual al ver que sus
obligaciones como sostenes del hogar y responsables en
tantas otras áreas aumentan. Asumen que si son capaces
de afrontar tantas obligaciones activamente, también pueden
sentirse activas en el ejercicio de su sexualidad y esto
implica consultar al especialista, no esperar que su pareja
resuelva el problema. Lo cual, por otra parte, casi nunca
sucede, como bien se advierte históricamente".
La sexóloga Isabel Boschi, vicepresidenta de la Federación
Sexológica Argentina, y el sexólogo León Gindín también dan
cuenta del ascenso de consultas. Para el sexólogo Adrián
Helien, de la Sección Disfunciones Sexuales del Hospital
Durand, ocho de cada diez pacientes son hombres.
Los especialistas armaron un ranking que refleja las mayores
preocupaciones sexuales de los argentinos. Pero también
dejaron un mensaje tranquilizador en cuanto a la
efectividad de los tratamientos. Pueden comprender
diversos recursos que incluyen lecturas informativas,
actividad física, ejercicios en pareja, medicamentos,
programación neurolingüística y hasta sugestión hipnótica.
1. Disfunción eréctil
Popularmente llamada "impotencia", es la incapacidad para
lograr o mantener la erección. Según el sexólogo León Gindín,
afecta al 20% de los hombres. Edad promedio de los
que consultan: 55 años. Gindín explica que puede haber otros
factores asociados: diabetes, hipertensión, colesterol
elevado, sobrepeso, alcoholismo. Y remarca que "a veces
es un centinela de una enfermedad cardiovascular". Para
Isabel Boschi, de la Federación Sexológica Argentina, "en
la mayoría de los casos no hay causas orgánicas. Los
hombres llegan a la consulta con un sexólogo tras ser
derivados por el urólogo. Puede que nunca hayan conseguido
una erección o que la pierdan, tanto antes como durante la
penetración. Nuestra tarea es enseñarles técnicas de
relajación y ejercicios para mantener la erección. Los
hombres mayores de 45 años pueden tener dos contras: los
reflejos más lentos y la rutina, porque tal vez no
encuentran el mismo estímulo que si estuvieran con una
pareja novedosa. Se recomienda que la mujer estimule los
genitales del hombre". Beatriz Literat, ginecóloga del
Durand, agrega: "El tratamiento requiere medicación oral
(tipo Viagra) y una terapia sexual de pareja".
2. Eyaculación precoz
Es la imposibilidad voluntaria para decidir el momento de
la eyaculación. Provoca un gran malestar personal. Según
el psiquiatra Adrián Sapetti, la edad de consulta oscila
entre los 18 y los 40 años. El tratamiento propuesto es
con medicamentos, en general antidepresivos, que tienen el
efecto de retardar, bloquear o incluso anular la eyaculación.
Para Literat, las últimas estadísticas indican que afecta
del 15% al 20% de la población masculina. Y que la mitad
de los hombres, en algún momento de su vida, sufrió este
trastorno y más de una vez. "Antes, cuando las mujeres
no demandaban placer sexual, la eyaculación precoz pasaba
inadvertida. Hoy en día, en que hay más experiencia sexual
en mujeres, el problema se hace más evidente y las causas se
acentúan, es la famosa ansiedad por el desempeño. La
eyaculación precoz es un trastorno de aprendizaje sexual, lo
que indica que incluso hoy, que todos parecen estar ''de
vuelta'' con el tema, no hay un buen aprendizaje. Un
tratamiento dura como máximo dos meses. Y sin embargo
los pacientes consultan después de dos, tres o cinco años de
padecimiento y muchas veces porque su pareja les dio el
ultimátum", asegura Literat.
3. Falta de deseo en varones
Sapetti enumera causas: "Estrés, depresión, trastornos de
ansiedad y caída hormonal". Para Boschi, "la gente está
pasada de cansancio por el trabajo mal pago y con gran
exigencia profesional. Si a esto se le suma el clima social
y la inseguridad, la gente cuando llega a su casa sólo
quiere descansar. El deseo se puede recuperar, pero hay
que trabajar para lograrlo. El primer paso es charlar
con la pareja para ver qué esta pasando. El segundo es
imponerse un horario sagrado para estar a solas y, ese
día, mandar a los chicos a dormir a otro lado. Así, y de
a poco, la pareja puede generar una buena intimidad
emocional, psicológica y sexual".
4. Falta de deseo en mujeres
Para Gindín, "se da en el 30 % de las mujeres. Puede
deberse a conflictos de relación. Influyen negativamente las
fantasías sobre lo que debería ser el sexo, una imagen
corporal pobre, baja autoestima, falta de intimidad y
confianza en la pareja". Según Literat, también puede
deberse a "la disminución de hormonas, al hipotiroidismo,
diabetes, insuficiencia hepática o renal, o estrés. El
tratamiento es combinado, farmacológico y sexológico".
5. Anorgasmia en mujeres
Para Adrián Helien, sexólogo del Hospital Durand, "puede ser
primaria (nunca se tuvo) o situacional (se sufre a veces).
Depende del funcionamiento de los nervios y arterias que
van al clítoris y la pelvis. El diagnóstico se hace con
una ecografía que permite ver el funcionamiento de las
estructuras vasculares y medir su competencia. También
puede deberse a la disfunción eréctil o eyaculatoria de la
pareja, o a una inadecuada técnica sexual. El
tratamiento es con remedios y terapia sexológica
específica". Según Boschi, "la mayoría consulta porque logra
el orgasmo a través de sexo oral o caricias en sus genitales
pero no con penetración".
6. Tamaño del pene
"Casi siempre la consulta es por otro tema y surge la
inquietud por el tamaño. Lo normal es que el que consulta ya
se haya medido en su casa. En el 99,9% de los casos es de
tamaño normal (entre 10 y 20 centímetros). El problema
es que en el imaginario masculino una mayor dimensión da más
placer al poseedor y la pareja", dice Helien. Para Sapetti,
"la media es 14 centímetros. Un micropene es cuando en
erección no llega a 4 centímetros".
7. Falta de información
"Hay hombres y mujeres que son casi analfabetos en lo
sexual, ya que desconocen lo que necesitan para
excitarse, que los toquen o acaricien. Muchos no saben que
la respuesta sexual cambia con el tiempo y que se necesitan
más estímulos. Un varón de 60 años no debe alarmarse si no
logra una erección fácil. Tampoco debe preocuparse una mujer
a esa edad que no logra lubricarse como cuando era más
joven. Se recomiendan más caricias y más prolongadas",
dice Helien.
8. Fobias
"El rasgo de una fobia sexual es el temor persistente,
asociado al deseo compulsivo de evitar sensaciones o
experiencias sexuales, y que el individuo reconoce como
irracional. Los fóbicos pueden no soportar los genitales,
las secreciones y olores genitales, penetrar o ser
penetrados, el orgasmo, ser vistos desnudos, el beso, la
masturbación, el embarazo, el sexo oral. Hay quienes lo
evitan por completo y son vírgenes toda la vida. El
tratamiento es en etapas: puede ser psicoterapéutico,
sexológico o con psicofármacos", dice Sapetti.
9. Dispareumia: dolor coital
"La dispareumia es el dolor coital. Por lo general, y cuando
no se trata de cuestiones orgánicas, se la asocia con el
vaginismo, que es la contracción involuntaria de los
músculos que rodean la entrada de la vagina y que impiden la
entrada del pene o incluso de un dedo. En la consulta, a las
pacientes se les enseña a relajar sus músculos. También, y
con la ayuda de sus dedos y de unos tutores plásticos, se
les enseña a lograr una distensión progresiva de esa zona",
explica Boschi.
10. Matrimonio no consumado
"Son parejas que no logran tener relaciones coitales.
Generalmente, en los hombres es por eyaculación precoz,
disfunción eréctil o fobias. Esto a veces no impide que
aunque no haya coito disfruten de una vida sexual rica",
dice Helien. Para Literat, la causa más frecuente en mujeres
es el vaginismo (contracción involuntaria de los músculos
vaginales al momento de la penetración) y es por una fobia,
una secuela de abuso o conflicto de identidad".