Como se forman las
canas
"Los
cabellos grises son una corona de honor", dice la Biblia. Sí, en
otros tiempos, peinar canas era un privilegio. Sin embargo, hoy día
la imagen de la primera cana en el espejo puede aterrorizar hasta al
poseedor del ego más incólume.
Pero,
¿por qué y cómo encanecemos? Un equipo de investigadores de la
compañía francesa L´Oréal está comenzando a contestar esta pregunta.
En un trabajo recientemente publicado en el British Journal of
Dermatology muestran que el proceso de encanecimiento que sufrimos
los seres humanos no es instantáneo, sino que se produce por la
desaparición progresiva y selectiva de melanocitos (células que
confieren el color a los cabellos); en otro, con fecha de
publicación para octubre en Pigment Cell Research, demuestran que su
desaparición está asociada con la falta de expresión de una proteína
específica, la TRP-2.
"La
aparición de canas se debe a una disminución progresiva del número
de melanocitos de la unidad de pigmentación; es decir, de los
melanocitos del bulbo, que son los activos y los responsables de dar
color a la fibra del pelo, y de los que se encuentran en el
reservorio, inactivos, a partir de los cuales la unidad de
pigmentación se regenera en cada ciclo piloso", explica Bruno
Bernard, doctor en biología y jefe del grupo de L´Oréal que integran
también los doctores Olivier Gaillard y Stéphane Commo, desde sus
oficinas en París.
Según
el científico, uno de los descubrimientos más sugestivos que
realizaron es que, cuando esta pérdida sobrepasa un cierto umbral,
la fibra del cabello se ve blanca, pero sin embargo sigue habiendo
melanocitos presentes. Por otro lado, a pesar de que la proteína
vinculada con la producción de la melanina, TRP-2, puede no
expresarse en los melanocitos del folículo piloso de la cana, sí lo
hace en los melanocitos de la piel, que no desaparecen a lo largo
del tiempo ni pierden su color.
Los
científicos se entusiasmaron al constatar que la desaparición
progresiva de los melanocitos sólo concierne a los que no expresan
esta proteína, y formularon la hipótesis de que el gen que codifica
la proteína TRP-2 juega un papel crucial en el encanecimiento.
Un
órgano complejo
En
todo el cuerpo, una persona tiene, en promedio, unos cinco millones
de pelos. Entre 100.000 y 150.000 se encuentran, solos o agrupados,
en el cuero cabelludo.
Las
primeras trazas de folículos pilosos aparecen muy temprano: en la
octava semana de vida intrauterina -sobre las cejas, la barbilla y
el labio superior- y, desde el comienzo del cuarto mes del embarazo,
en el cuero cabelludo. Una actividad metabólica intensa da lugar
luego al crecimiento y la coloración.
Cada
cabello crece de 0,3 a 0,5 milímetros por día, lo que significa que
en total producimos alrededor de 1,3 kilómetros de pelo por mes, o
16 kilómetros por año. Este proceso es resultado de una maquinaria
biológica altamente efectiva, cuyos secretos sólo en las últimas dos
décadas están empezando a develarse. Hoy se sabe que el pelo es un
órgano con una estructura altamente desarrollada, autónoma y capaz
de autorrenovarse.
Según
explican Marie-Christine Auzou y Sabine Melchor-Bonnet en "Las vidas
del cabello" (Editorial Gallimard, 2001), el pelo consta de dos
partes principales, el tallo y la raíz (o folículo piloso),
insertada profundamente en el cuero cabelludo (4 mm). La papila
dérmica, masa ovoide de células conjuntivas que se inserta en la
base del folículo, rige los ciclos de crecimiento. En el bulbo se
encuentran dos tipos de células, los queratinocitos y los
melanocitos. Es en la zona profunda del bulbo donde éstos últimos
(uno cada 30 queratinocitos) sintetizan el pigmento que da color al
pelo, la melanina.
Los
melanocitos la transmiten -en sus dos versiones: la feomelanina
(amarilla/roja) y la eumelanina (marrón/ negra), cuya mezcla resulta
en todos los colores del pelo humano- a los queratinocitos del tallo
piloso en formación. "Así, al mismo tiempo que es producido
-escriben Auzou y Melchor-Bonnet-, el cabello se pigmenta y adquiere
color."
Proceso multifactorial
Cuando
los melanocitos disminuyen críticamente, el pelo se vuelve blanco a
la vista. Como los folículos pilosos viven independientemente unos
de otros, el encanecimiento de la cabellera se va dando por la suma
de cabellos individuales que van quedando sin su color habitual.
Las
canas aparecen, en promedio, a partir de los 34 años (con una
oscilación de nueve años más o menos) en los caucásicos, y a los 43
(con una oscilación de 10 años más o menos) en los africanos. Entre
los primeros, la literatura científica establece que, en promedio,
el 50% de las personas tiene por lo menos el 50% de su cabello gris
a los 50 años. Esta incidencia parece independiente del sexo y el
color inicial del pelo.
"El
encanecimiento es un fenómeno multifactorial y multigénico -dice
Bernard-. Hay varios genes que lo controlan. El TRP-2 es uno de
ellos y buscamos otros."
Para
Bernard, el hecho de que este proceso sea progresivo autoriza a
suponer que, en el futuro, podrían ensayarse dos estrategias en
materia de canas: una preventiva, para impedir la disminución del
número de melanocitos, y otra curativa, que permitiría reactivar y
volver a multiplicar el reservorio de melanocitos hasta que alcance
un tamaño suficiente como para que el pelo vuelva a percibirse
pigmentado.
¿Llegará un día en que podamos prescindir de las tinturas?
"Es probable que será más fácil prevenir el
encanecimiento que revertirlo -reflexiona el científico-, pero aún
no se puede predecir el tipo de sustancias activas ni qué modos de
tratamiento serán los finalmente elegidos. Sin embargo, dado que el
reservorio de melanocitos está ubicado cerca de la epidermis, es
probable que nuestro primer enfoque sea el de intentar obtener un
tratamiento tópico (de superficie)."
Fuente: lanacion.com.ar
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