Boca es el campeón de la Copa
Sudamericana
Arrancó muy
decidido y se llevó por delante al Bolívar, al que superó 2 a 0. Los
goles, ambos en el primer tiempo, fueron de Palermo y Tevez. El
equipo de Benítez tuvo un primer tiempo arrollador y después se
dedicó a regular la victoria. La Bombonera se mostró como en sus
mejores tiempos
Todo, pero
todo en serio, fue de Boca en los primeros minutos. Se sabe que
La Bombonera intimida y hoy más que nunca parecía que se venía
abajo, con la gente entusiasmada y al grito pelado. Los
jugadores de Bolívar sintieron el efecto y pagaron muy el haber
salido a jugar con la única consigna de defenderse. Eso y poner la
cabeza en la guillotina era más o menos lo mismo.
Carlitos Tevez, en la noche de su despedida con la camiseta de Boca,
tuvo su chance a los treinta segundos, apenas. Entró muy decidido,
sus marcadores temerosos se le iban alejando y cuando encontró un
huequito sacó un derechazo cruzado que de casualidad no terminó
adentro.
Siguió presionando Boca y terminó por ahogar al Bolívar.
Cagna de un lado y Cascini del otro, se hicieron amos y señores
de la mitad de la cancha. No perdían una sola pelota y le dieron al
equipo mucha presencia. Los laterales, además, iban siempre, muy
decididos y se las ingeniaron, una y otra vez, para ganarle las
espaldas a los marcadores rivales. Pero la carta de triunfo estaba
arriba. Tevez, enchufadísimo, se tiró unos metros atrás y no
había manera de frenarlo. Se mostraba en uno y otro sector,
abastecía a sus compañeros y en los piques cortos se lo veía
letal. Guglielminpietro, aunque sin tanta explosión, también
aportaba claridad y buenos pases tanto para el mellizo Guillermo
como para Palermo.
Pero claro, hacía falta que entrara una, la primera que abriera
el camino. Y llegó, de manera previsible. Centro al corazón del
área, las múltiples dudas de los bolivianos y de la nada apareció
Palermo para de cabeza marcar el primer grito de la noche.
Siguió la presión de Boca y también siguió la desorientación
absoluta del Bolívar, que no sabía si salir o quedarse. Optó por
algo intermedio y terminó pagando muy caro. Cuando parecía
que se decidía a salir, Boca lastimó otra vez. Tevez, muy
solo, entró al área y definió con clase a un palo. A lo grande. Dio
media vuelta y enfiló decidió al palco donde estaba Maradona. “Para
vos, para vos...” le gritaba El Apache. Y Diego saltaba en una pata.
Quedaba mucho partido por delante pero la verdad es que en la media
hora de juego ya daba la sensación de que no había más partido.
Porque iba y entraba por donde quería. Se cansó de generar peligro y
el tercero no llegó antes del entretiempo por esas cosas que tiene
el fútbol. Ya en el descuento, otro error grande de la defensa
boliviana dejó a Tevez mano a mano con el arquero. El delantero
inicialmente dudó, dejó atrás al arquero y desde un ángulo cerrado
no pudo meterla.
El segundo tiempo se planteó bien abierto. Iba uno, respondía el
otro. Bolívar sabía que no le quedaba otra que arriesgar y se
fue con los ojos cerrados hacia arriba. Obvio, se descuidó aún más
atrás y Boca tenía servida en bandeja la goleada. En un
ratito, apenas, tuvo tres situaciones netas. La primera, con una
entrada a mil de Palermo, quien metió el zurdazo cruzado y el
arquero detuvo como pudo. La otra fue un derechazo de media
distancia de Cagna y otra vez respondió el Uno. La tercera estuvo en
los pies de Tevez, pero se volvió a demorar en la definición y se
perdió el tercero.
De tan fácil que le era todo, Boca se relajó. El cansancio de
algunos de sus jugadores fue un estímulo para el Bolívar, que
lentamente se fue acercando al área rival, aunque se le venía el
mundo encima cada vez que tenía que resolver en los metros finales.
De ahí hasta el final el partido entró en un pozo. Porque Bolívar no
tenía ideas y porque Boca, ya muy cansado, se dedicó a cuidar el
triunfo que lo condujo sin escalas al título .
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boca
Fuente: clarin.com
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