Nuevo fenómeno informativo: el movimiento de la docu-democracy

2004 es el Año de los Documentales. Michael Moore, con Fahrentheit 9/11, ha demostrado que hay un gigantesco mercado, cifrado en 500.000 millones de dólares, según los expertos, para este género de cine de oposición al sistema. (En España esta semana el cineasta navarro Arturo Cisneros obtuvo, con Bagdad Rap, el premio al Mejor Documental en el Festival de Cine Independiente de Nueva York, según anticipó él mismo a IBLNEWS) La explosión de documentales, o docu-explosion, es parte de la cultura de protesta emergente, que es, a su vez, consecuencia del declinar del media system y de su creciente falta de credibilidad, de acuerdo con los expertos consultados por este periódico digital. Hay algunos estudiosos que ven aquí, y así lo mencionan, un emerging docu-democracy movement. Títulos como The Corporation, Control Room, Hijacking Catastrophe, The World According to Bush, Bush Family Fortunes, Out Foxed y el inminente estreno WMD (Wepons of Mass Deception, wmdthefilm.com) son ejemplos de trabajos bien producidos que llegan a millones de espectadores; no hablamos, por tanto, de un cine residual.

Esta nueva cultura política pop tiene, obviamente, mucha relación con el modo de informar de los grandes conglomerados mediáticos y con la estancia en el gobierno de los neoconservadores de Bush. Luego, la promoción espontánea a través de Internet y el boca-oído consigue atención pública. En el International Documentary Festival de Amsterdam se mostraron 250 filmes de los 2.500 remitidos. No hay duda que estamos ante un nuevo fenómeno mediático y cinematográfico. ¿Quién dijo que toda la información estaba controlada y no había ya esperanza?

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