Se trata del film "Al fin, el mar," una coproducción
argentino-cubana dirigida por Jorge Dyszel.
Lo peculiar de esta película es que cuenta con una pista sonora
adicional, que describe las imágenes.
"Los no videntes también utilizan el verbo ver. Ellos ven igual
que nosotros, sólo que no lo hacen con los ojos," señala Dyszel, y
agrega: "El proyecto tiene dos objetivos: hacer llegar el cine al no
vidente, y en segundo lugar, integrarlo socialmente."
La iniciativa es prácticamente única en la historia del cine
sudamericano.
¿Cómo funciona?
"En la etapa inicial, vamos a tener la audio-descripción en vivo.
Eso significa que la voz del narrador ya está mezclada con la
película. Uno se sienta y escucha la descripciones de las imágenes,"
cuenta Dyszel.
El desafío, señala, es que el relato sea bien descriptivo pero al
mismo tiempo no interprete la imagen, ya que esto último debe correr
por cuenta del espectador.
La descripción también debe ser lo suficientemente breve como
para no interrumpir los diálogos, los efectos y la música de la
película.
La idea de Dyszel es que, en una etapa posterior, los no videntes
escuchen la descripción de las imágenes por medio de auriculares,
pero para ello precisa financiamiento.
De esta manera, los videntes y no videntes podrán compartir un
mismo cine sin problemas.
"Ver para creer"
Los comienzos del Dyszel fueron en la radio, donde el arte de
transmitir imágenes por medio de sonidos es la regla, y tal vez eso
haya influido en su proyecto actual.
La difusión del film en Argentina ha recibido el apoyo de la
Federación de Ciegos y Ambliopes.
Según Dyszel, el nivel de alegría entre los no videntes a los que
les presentó el proyecto ha sido muy grande.
Pero también ha sido grande el nivel de escepticismo, ya que se
trata de un proyecto con ningún antecedente en el país.
"Es ver para creer," sostiene