Como evitar
tener la casilla de correos llena al volver de vacaciones
Por duro que sea volver de vacaciones, aún
más duro es volver a una carpeta de entrada de e-mail llena de
cientos o incluso miles de mensajes que se han acumulado en su
ausencia. Brian McLendon, un editor de Random House, se está
preparando. Estará de vacaciones la semana entrante. "Tengo mi
estrategia", dijo McLendon. "Sé lo que se viene, por lo que me
preparo. No contesto el teléfono hasta la hora del almuerzo."
Se concentra en su escritorio, eliminando spam en masa, ordenando
por remitente y fecha, y separando mensajes de e-mail informativos
de aquellos que requieren actuar. De los 1000 mensajes de e-mail que
recibe comúnmente, después de una semana de ausencia, 200 son spam.
Otros 150 son lo que realmente odia: e-mails de salutación, con
copia a varias personas, cada una de las cuales contesta con
agradecimiento, comentario o aviso de recepción.
Para aquellos que se sienten infelices de tener que dedicar las
primeras horas del regreso al trabajo a la tediosa tarea de
desagotar una carpeta de entrada desbordada, hay otras estrategias.
Una obvia es ir vaciando la carpeta de entrada durante las
vacaciones, usando una notebook, una computadora de mano o yendo a
un ciber. "La dependencia actual del e-mail ha cambiado la
naturaleza de las vacaciones", dijo James E. Katz, director del
Center for Mobile Communication Studies de la Universidad Rutgers.
Si uno vacía la carpeta de entrada -dijo-, "va en contra del
objetivo de las vacaciones, que es alejarse de la oficina y hacer
algo diferente." Si no se hace, "tiene que trabajar el doble al
regreso. Y mientras responde a los acumulados, hay nuevos e-mail
llegando en masa". En algún sentido -expresó-, "se lo castiga por
tomarse vacaciones con los e-mail fuera de control".
Diane Danielson de Brookline, Massachussets, perdió el control el
año pasado cuando decidió evitar la acumulación durante unas
vacaciones que se tomó en el sur de Francia, donde tenía acceso a
Internet tentadoramente a mano. Pensaba sólo eliminar el correo
basura, pero mientras lo hacía, inocentemente contestó un mensaje
respecto de un cambio de fecha para una conferencia en la que sería
oradora. "Creó un enredo enorme y con gran tensión: cuatro días de
negociaciones de un lado para otro", acerca de los horarios de dos
personas a seis zonas horarias de distancia, dijo Danielson,
fundadora del Downtown Women´s Club, una organización creadora de
redes.
"Hubiese sido mejor no mirar el correo electrónico hasta mi vuelta.
¿Y qué importa si perdía una oportunidad?" Al verano siguiente,
también en Francia, ignoró su e-mail hasta la vuelta. "Fue
extraordinario", dijo. "Para mí las vacaciones significan no llevar
reloj y no tener a nadie controlándome."
Pero muchos sienten lo opuesto. Para estas personas no estar al día
con su correo electrónico causa estrés. "Uno se pone muy nervioso si
no está en contacto", dijo Ira Schacter, abogado de Cadwalader,
Wickersham & Taft, un estudio de Manhattan. En tiempos pasados
llegó a paralizar el servidor de su compañía cuando se le acumularon
8000 mensajes estando de vacaciones. Aún hoy en día no todas las
bandejas de entrada tienen capacidad infinita. Alguna gente vacía
las carpetas de entrada porque están obligadas a hacerlo. Las
carpetas de entrada llenas al límite, a menudo con archivos grandes
que contienen imágenes, pueden paralizar una computadora, hacerla
más lenta o provocar el rechazo de nuevos mensajes.
Este mes, Jeff Abraham, de Pittsburgh, trató de encontrar una salida
intermedia al tomarse un fin de semana largo en Montreal con su
esposa, Heloise. Pensó en llevar su notebook porque le produce gran
molestia encontrarse con su carpeta de entrada desbordada. "Es más
fácil dedicarle unas horas que enfrentarse a la acumulación que uno
encuentra al regreso", dijo Abraham, vicepresidente de marketing de
la Education Management Corporation.
Pero finalmente decidió dejar la notebook porque "se suponía que
sería un fin de semana romántico, sin los chicos y el e-mail no va
bien con los fines de semana románticos". En vez de ello verificó su
correo tres veces con la computadora del hotel. Su esposa tuvo que
llamarlo varias veces. "Uno se sienta por 15 minutos y pasan 90",
dijo. "Uno se hipnotiza." Aunque logró borrar 500 mensajes de
e-mail, se encontró con otros 600 al regreso. "Respiro hondo, me
siento con una gran taza de café y comienzo a eliminar correo."
No todas las personas se sienten molestas por tener que dedicarse a
una carpeta de correo desbordada. Amy Drescher, escritora técnica,
obtiene satisfacción de ello. Lo equipara a limpiar el ropero o
lavar la ropa. "Cuando me voy por un tiempo, me entusiasma la
vuelta", dijo Drescher, que trabaja desde su casa en Cheshire,
Connecticut.
Pero, luego de las últimas vacaciones en Florida, donde tuvo un
ataque de pánico pensando en el tamaño que tendría la casilla al
llegar, su nueva actitud es dejar que se acumule el correo.
"Me gusta estar en el centro de las cosas y me creo tan importante
que tengo que controlar siempre mi correo", dijo. "Pero si no estoy
disponible, los problemas se solucionan igual. La empresa no se va a
hundir sin mí."
Desde otro punto de vista, no es malo ser una persona ocupada,
importante y requerida, que se ve bombardeada con mensajes. "Es como
una marca de distinción", dijo McLendon, de Random House. En su
lugar de trabajo, el volumen de e-mail es el primer tema de
conversación cuando alguien vuelve de sus vacaciones.
"Cuanto más alto uno se encuentra en la jerarquía, tanto más correo
se recibe", señaló Candace Sidner, investigadora de los Mitsubishi
Electric Research Laboratories de Cambridge, Massachussets, coautora
de un estudio sobre uso del correo electrónico. "Algunos jefes
tienen parte de su personal dedicado sólo a su correo."
Uno de los motivos por el que una pila puede resultar abrumadora,
dijo, es que llegan tareas por e-mail. Si no puede ser eliminado
inmediatamente, el mensaje cae potencialmente en la categoría de
cosas "por hacer" o "por leer" que consumen tiempo o en la categoría
aún más pesada de "status indeterminado", que incluye aquello con lo
que uno no sabe qué hacer. Mientras tanto, "es parte de irse de
vacaciones y volver al trabajo", dijo. "Es un fenómeno que se da y
yo lo acepto así."
Fuente: lanacion.com.ar
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