Televisores de plasma
Tarde o temprano, reemplazarán a los viejos televisores de tubo.
Calculan que para el 2006 costarán unos 2200 dólares.
Sin
saberlo nos fuimos familiarizando con ellos y, vaya paradoja, desde
la misma televisión, especialmente en los noticieros donde los
conductores hablan delante de esas grandes pantallas donde se
muestran imágenes relacionadas o le pasan el dedo por arriba para
indicar las próximas tormentas en el pronóstico.
Así las cosas, las pantallas de plasma -de eso se trata en
definitiva- se incorporaron al paisaje televisivo cotidiano, luego
en comercios (restaurantes, boliches y más) y lentamente (en nuestro
mercado) se van transformando en una opción de recambio frente al
televisor tradicional.
Las pantallas de plasma se caracterizan por varios detalles,
además del precio: su gran tamaño (y relación ancho/alto diferente a
la de los televidores comunes), poco peso, mínimo espesor y alta
definición.
-En el primer punto hablamos de tamaños de pantalla desde 42
pulgadas (poco más de un metro, siempre en diagonal), dimensiones
que podrían duplicarse para dentro de dos años.
-En cuánto al peso, ronda los 40/45 kilos para este tamaño de
pantalla, lo que los hace perfectamente posibles de ser colgados de
una pared o de apoyar en un atril.
-Su espesor no llega a los 9 centímetros
-Por último su definición está en los 852 x 480 píxeles de
resolución (con un tamaño de píxeles de 1,08 x 1,08 mm) para 16,8
millones de colores.
Pero no todas son rosas. Los especialistas acusan algunas
contras:
-La principal es la escasa vida útil que se calcula en unas 30
mil horas. En un uso intensivo no pasan los ocho años de servicio o
entre 10 y 15 años para 8/10 horas diarias de uso.
-Otra limitación es el tamaño del píxel. El valor mencionado
resulta apto para una pantalla grande, pero sigue siendo alto como
monitores para PC.
Precio alto pero en descenso
Por el momento las pantallas de plasma tienen un precio que las
hacen prohibitivas para nuestro mercado (alrededor de 4500 dólares
para un modelo de 42 pulgadas) pero en el paraíso del consumo y la
televisión que es Estados Unidos, ya acapararon el 7 por ciento de
las ventas de televisores en el año que se va y se espera un boom de
ventas para los próximos años a la par de una baja en sus precios.
De este valor mencionado, podrían caer a los 3100 dólares para el
año que viene (un tercio menos), por lo que se esperan vender 2,5
millones de unidades y a 2200 para el 2006, es decir la mitad del
valor actual y con 5,6 millones de aparatos vendidos.
Para ese mismo año, las ventas de este tipo de aparatos
representarán el 20 por ciento para arribar al 2007 con un estimado
de 13 millones de unidades.
Cómo funcionan los televisores de plasma
El funcionamiento de la pantalla de un televisor de plasma dista
bastante del clásico televisor que nos acompaña desde hace más de 70
años (y no lo hará por mucho tiempo más debido a que las
transmisiones digitales lo harán dejar de lado)
Lo más pesado de un aparato de TV convencional es el tubo, una
ampolla de vidrio al vacío que remata en un parte plana que es la
pantalla desde un extremo finito donde se alojan los cañones de
electrones. De esos cañones parten haces de luz que impactan contra
la parte interna de la pantalla barriendo una capa de fósforo que
aloja a las unidades mínimas de imagen (algo así como los píxeles)
que reúnen los tres colores básicos: Rojo, Verde y Azul.
Con la combinación de estos tres colores se logra toda la gama
que necesitan las imágenes que se deben reproducir, pero cada uno de
esos puntos no se ilumina individualmente sino de a uno en ese
barrido. Según las indicaciones de la señal, cada elemento se
ilumina más o menos formando el color.
La pantalla de plasma tiene una gran diferencia: cada píxel o
unidad de imagen se excita individualmente (se utiliza una grilla
X/Y de electrodos para acceder a los elementos individuales de la
imagen), por lo tanto no hay barrido, no hay cañón y no hay tubo,
con lo que se reduce peso y tamaño.
Cómo se logra esto, implicaría nuevamente una larga explicación,
pero en otro trazo grueso podemos decir que lo que vemos es una
enorme plancha de vidrio que tiene detrás otra igual separada apenas
a una distancia de 0.1mm. En ese pequeño espacio acumula una
combinación de gases neón y xenón.
Cada plancha de vidrio cuenta con electrodos que no son visibles
por el ojo humano y con celdas o píxeles a su vez compuestos de tres
elementos: nuevamente rojo, verde y azul. Al igual que en el TV
común, según la señal de video que reciban, estos electrodos excitan
en mayor o menor medida a cada una de estas unidades de color para
que el píxel emita una luz ultravioleta que forma la imagen al pasar
por el gas
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Fuente: terra.com.ar
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