Argentina se clasificó
finalista en los penales
El partido contra México había
terminado 1-1, con goles de Salcido y Figueroa. En la definición,
Lux le atajó un penal decisivo a Osorio. Fueron expulsados Saviola y
Márquez. El próximo miércoles de jugará el título frente a Brasil.
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La versión que
se vio en el arranque de Argentina se pareció y mucho a esa que
quedó en el final ante Alemania. Con Riquelme, una vez más, amo y
señor de la pelota. Hacía y deshacía a su antojo. Pelota al
piso, pases precisos, cambios de frente y llegadas por los costados,
fueron la constante en esos primeros minutos en los que la Selección
dominó claramente. Eso sí, le costaba acelerar en los metros
finales, donde Saviola y Figueroa no encontraban el hueco para
ganarle la posición a los defensores rivales.
Pero de a poco todo se fue desinflando. Sorin dejó de ser salida por
la derecha y Zantti se preocupó más por la marca que por la
proyección. A Riquelme empezaron a encimarlo y ahí el partido
cambió de manos.
México se empezó a soltar y planteó el juego lejos de su campo.
Aunque tampoco llegó. Insinuó más de lo que concretó. Lo suyo
era muy bueno hasta tres cuartos de cancha y después se desinflaba
con centros inofensivos. Borgetti complicó moviéndose por todo el
frente de ataque, pero tanto Coloccini como Milito se las arreglaron
para no dejarlo recibir cómodo.
Situaciones de gol casi no hubo en esa primera parte. Apenas una
entrada de Sorin, quien la picó por sobre la salida del arquero y
justo en la línea llegó el despeje que impidió la apertura del
marcador.
Otra fue la actitud de Argentina en el inicio del segundo tiempo.
Agarró la pelota y jugó decididamente en campo contrario. Saviola se
movió mucho más, Figueroa acompañó por el medio y ahora sí los
laterales se sumaron en ataque. También Román entregó esos pases
marca registrada que lo distinguen y hasta los centrales, como por
ejemplo Coloccini, se sumaron en ataque para sorprender.
A México no le quedó otra que replegarse y aguantar el
sofocón. Pero casi a los 10 minutos se soltó en ataque Zinha, quien
hizo la personal y casi dentro de la medialuna del área grande sacó
un zurdazo tremendo que le sacó astillas al palo.
A medida que se fue acercando el final, los dos extremaron
los cuidados. Casi no asumieron riesgos y esto, lógicamente,
perjudicó al partido. Hubo menos ataques y los intentos pasaban por
alguien que rompiera el molde, como Riquelme o Zinha.
Además, también empezó a jugar el cansancio de algunos jugadores,
quienes ya no corrían como al principio.
Casi llegó el gol de los mexicanos, cuando se jugaban 32 minutos del
segundo tiempo. Borgetti entró por atrás muy solo y metió un
cabezazo demoledor, abajo, que tenía destino de red. Lux reaccionó
fenómeno y la tapa, aunque justo en el ese momento el línea cobró
posición adelantada del delantero. Respondió la Selección. Aimar
recibió solo, levantó la cabeza y metió un derechazo frontal que
terminó en la tribuna.
Estaba escrito que los dos esperaban el final para ir al alargue.
Pero antes del pitazo hubo dos expulsiones. Primero cuando Saviola
dio una patada sin pelota y enseguida Márquez recibió la segunda
tarjeta amarilla. Los dos equipos, entonces, quedaron con diez.
Lo mejor se vio en el alargue. Salcido inició una larga corrida,
enganchó justo y remató decidido. La pelota, en el camino al arco,
se desvió en Coloccini y terminó adentro. Ahí fue Argentina para
adelante y encontró rápido la igualdad, a través de Figueroa. Fue el
mejor momento de la Selección, que tuvo un par de chances para
aumentar.
Fueron a los penales y ahí hubo ejecuciones realmente buenos. Pero
Osorio dudó, Lux adivinó la intención y Argentina cobró.
Ahora todo se define con Brasil, nada menos
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Fuente:
clarin.com
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