Boca se quedó afuera en medio de un escándalo

El partido contra Chivas se suspendió a los 34 minutos del segundo tiempo por la reacción de los hinchas. Uno de ellos agredió adentro de la cancha al mexicano Bautista, quien fue expulsado junto a Palermo. Los locales no supieron dar vuelta el resultado de ida. Todo indica que el técnico Benítez se irá, aunque no lo confirmó.

Final lamentable. La realidad, fría de pies a cabeza, dirá que el árbitro suspendió el partido a los 34 minutos del segundo tiempo porque "no había garantías" para seguir jugando. Los hinchas, con la eliminación a cuestas, sacaron a la luz su impotencia y reaccionaron de la peor manera. Uno de ellos, incluso, agredió adentro de la cancha al mexicano Baustita, quien había sido expulsado junto a Palermo. Hubo un tiempo de espera, consultas varias y la decisión de no seguir. Así, de esa manera desdibujada, se fue Boca de la Libertadores.

Antes hubo un partido. Y era previsible cómo se iba a dar todo: Boca, jugado, no tenía otra que atacar. Frontalmente, sin freno, a la carga barraca y exponiéndose a lo peor. ¿Qué otra cosa podía hacer después de la goleada de ida? Por eso planteó un partido con tres delanteros bien definidos. Delgado, un poquito más atrás; Palermo como nueve de área; y Guillermo Barros Schelotto yendo de un lado al otro, sin posición fija y con la idea fija de habilitar a un compañero.

Por momentos iban todos. No había espacio para la especulación y quedó demostrado desde el primer minuto. Claro que la sorpresa estuvo del lado del Chivas. Porque, aunque salió con la premisa de cuidar su arco, de a ratos se trató de defender con la pelota en su poder, haciéndola circular hacia los laterales para complicar tanto a los defensores como a los volantes de Boca.

Boca inclinó la cancha y tuvo las situaciones más claras del primer tiempo. En casi todas fue protagonista excluyente Palermo, quien aprovechó su altura para desequilibrar. Primero metió un cabezazo forzado, con el marcador encima, que tenía destino de gol, pero el buen arquero Corona voló de palo a palo y la manoteó al corner. Enseguida, otro cabezazo de Palermo se estrelló en el travesaño y dejó a los hinchas con el grito en la punta de la lengua.

Para colmo, Chivas manejó bien la pelota de contra. Bautista, aquel pelado que se divirtió de lo lindo en la ida, no se achicó nunca y siempre la pidió, pese a que lo venían a buscar a los talones una y otra vez. También sirvió lo de Palencia, quien aprovechó su experiencia para enfriar el partido y, sobre todo, para tranquilizar a sus compañeros.

Fueron pasando los minutos y Boca entró en un estado de nerviosismo que le quitó precisión. Barros Schelotto se fue desdibujando de a poco y esto le terminó quitando protagonismo a Palermo, porque no le llegaba juego y entonces se vio obligado a salir del área a buscar la pelota. Conclusión: se perdió peso en los metros finales.

Nada cambió en el segundo tiempo. O sí, Boca profundizó su impotencia. Guglielminpietro entró en lugar de Vargas y nada cambió. Delgado, muy solo, abrió algunos espacios por el sector derecho que tampoco fueron suficiente. ¿La gente? Muda. De tanto en tanto hubo amagues de aliento, pero la sensación general fue desconcierto.

Chivas no perdió la calma nunca. Jugó, claro, con la diferencia de ida a su favor. Y hasta de contra pudo encontrar la diferencia.

Pasaron los minutos y nada. Boca acumuló delanteros: Guillermo, Delgado, Palermo, Palacios y los demás que también acompañaban. Pero era todo a los empujones. Lo tuvo, sí, Guglielminpietro, pero a metros del área chica sacó un bombazo y el arquero Corona, al igual que en toda la noche, reaccionó fenómeno.

Llegó la expulsión de Palermo y su posterior reacción. ¿Cómo se entiende? Se dejó llevar por su calentura y agredió con un cabezazo en la nuca a Bautista, quien también vio la roja. A partir de ahí se desató todo. La gente explotó mal y, luego de un rato de espera, el árbitro dijo basta. Final para el partido, final para Boca en la Copa

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Fuente: clarin.com

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