¿Te apetece una cita a ciegas? Pues
practica ‘toothing’
ES UNA
NUEVA MODA QUE VA GANANDO ADEPTOS POCO A POCO. CONSISTE EN UTILIZAR
EL BLUETOOTH DEL MÓVIL PARA PROPONER ENCUENTROS CON QUIEN ESTÉ EN SU
RADIO DE ACCIÓN. NUNCA SE SABE QUIÉN RECIBIRÁ EL MENSAJE
Luis M. reconoce que le pierde el sexo.
También se confiesa tecnoadicto. Además de los equipos que tiene en
casa, no sale a la calle sin su teléfono móvil, su PDA y, si va a
trabajar, el portátil. Hace años que practica cibersexo, chatea y ha
quedado en varias ocasiones con chicas para citas ocasionales. El
verano pasado leyó en Internet algo sobre una nueva moda que unía
ambas pasiones, ligar a través del móvil. Los ingleses lo llaman
toothing y Luis quiso practicarlo.
“Desde entonces siempre llevo el Bluetooth de mi móvil activado,
nunca sabes donde puede saltar la liebre, la chica en este caso”,
comenta. Bluetooth es una tecnología para comunicar entre sí varios
equipos por ondas de radio. Con un alcance de unos diez metros, sus
creadores la idearon para permitir la trasferencia de información
entre un ordenador y el teléfono móvil, por ejemplo. Pero algunos le
han descubierto otras posibilidades. “Cuando voy por la calle o en
el metro, mi teléfono puede detectar otros móviles con Bluetooth.
Elijo uno y le envío un mensaje. Antes sólo ponía ‘¿hacemos toothing?’,
ahora lo he españolizado con un ‘¿te apetece algo con un
desconocido?’, voy al grano. Esta parte es la más cachonda, nunca
sabes quién lo va a recibir, si es chica o un tío. Y me pongo a
mirar alrededor para ver si alguien echa mano del teléfono. La
mayoría de las veces no ocurre nada. Muchos no tienen el Bluetooth
puesto”.
“En otras ocasiones reconozco al destinatario de mi mensaje por la
reacción de su cara, mitad sorpresa, mitad cabreo. Sólo los que
saben algo de lo que es el toothing se ponen a buscarme. Una vez me
respondió alguien diciendome ‘¿quién m... eres!’. Tuve que aguantar
la risa para que no me pillara. Pero ya van ocho meses y aún no he
ligado”, se lamenta. Luis ha ido con su Nokia 7610 a las zonas más
concurridas de Madrid: la calle Preciados, la FNAC, al centro
comercial de La Vaguada y nada. “La vez que más cerca estuve fue en
el SIMO. Estaba en el pasillo central y detecté uno con el nombre de
Sara00. Le envié el mensaje y al poco me respondió. La tenía
enfrente, menudo corte. Pero me levanté y me acerqué”.
Pero la historia no acabó todo lo tórrida que Luis deseaba. “¡Qué
va, acabamos comiendo en un bar, riéndonos y hablando de
ordenadores”. La pena de Luis es la pena que muchos otros han
colgado en varios foros sobre el tema. “¿Dónde están las chicas?”,
se puede leer en un mensaje. Otro se lamenta de que las veces que ha
recibido un aviso, era de otro hombre. Ante la sequía de féminas,
los chicos anuncian futuros encuentros de aficionados al toothing:
“Cita en la FNAC este sábado, lleva tu móvil activado”. “Toothing en
la biblioteca de la Carlos III”. Pero no parece que tengan mucho
éxito.
Nacho sí lo tuvo hace dos meses. Buscaba sexo rápido con un
desconocido y lo encontró. “Fue él quien me contactó en el Mercado
de Fuencarral. Yo ya sabía de que iba el toothing así que cuando mi
teléfono vibró y vi el saludo se me puso cara de tonto. Nos
encontramos fácil a pesar de que había mucha gente. Vivo cerca y nos
fuimos a casa, lo demás ya te lo puedes imaginar”. En los foros gays
de bakala.org o chueca.com sí están familiarizados con el fenómeno.
Lo que hace atractivo al toothing está en las palabras de Nacho. La
emoción del encuentro casual, el “aquí te pillo, aquí te mato” o el
morbo de hacerlo con un desconocido. “Aparte de su nombre, no
recuerdo mucho más de él”, confiesa.
NEGOCIO. El toothing tiene un punto débil. Para poder enviar
un mensaje hay que crear un contacto en la agenda y poner el texto
como si fuera el nombre. Esto hace engorroso mandar un segundo
mensaje. Muchos optan por incluir el número de teléfono en el
primero pero eso acaba con el anonimato. Sin embargo, varias
empresas han sabido sacarle partido a una tecnología pensada para la
comunicación entre las máquinas y convertirla en la nueva forma de
ligar.
La francesa Kangourouge presentó el mes pasado un programa que se
aprovecha del Bluetooth para emparejar a los solitarios. Proxidating,
que cuesta tres euros descargarlo, permite crear un perfil del tipo
“soy un hombre, busco...”, el sexo de la persona que se busca, un
texto que aparecerá como mensaje y una fotografía. Ya sea en la
discoteca, un centro comercial o en plena calle, al cruzarse con
otra persona que use Proxidating y cumpla con el perfil deseado, el
teléfono de ambos suena y vibra. En el terminal de cada uno, aparece
el mensaje y la foto del otro, todo de forma automática. Ideal para
tímidos y aventureros. Mobiluck es otra idea gala. Su funcionamiento
es similar al de Proxidating aunque permite más preliminares ya que
se pueden enviar sucesivos mensajes sin tener que revelar la
identidad o el número de teléfono. Además, quieren explotar el
negocio del toothing formalizando este tipo de encuentros. Están
empeñados en crear una red de locales que sirvan de punto de reunión
de los aficionados al toothing. En España, ya se han mostrado
interesados cuatro, entre bares y discotecas. Según sus creadores,
170.00 amigos del sexo o el romance casual de todo el mundo ya se
han bajado el programa.
l perfil del practicante del
‘toothing’ es el de un chico joven, familiarizado con las nuevas
tecnologías y teléfono con Bluetooth —lo lleva la mayoría de
teléfonos de gama alta—. Los ingleses, pioneros, se buscan vía móvil
en centros comerciales y otros lugares concurridos como bares y
discotecas. Tras traer el fenómeno a Baleares, locales como el As de
2 en Palma y el bar de copas Qui de Alcorcón comienzan a ser su
punto de encuentro en España.
https://www.sitiosargentina.com.ar/encuentros&sitesearch=www.sitiosargentina.com.ar&meta=">
mas información sobre encuentros
Fuente:
http://www.elmundo.es
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