Tragedia en la montaña chilena: cinco soldados muertos
y 65 desaparecidos
Eran conscriptos que realizaban un entrenamiento militar en la
Cordillera, 550 kilómetros al sur de Santiago. Fueron sorprendidos
por una violenta tormenta de viento y nieve. El país está
conmocionado.
Sorprendidos
por una violenta tormenta de viento y nieve durante un entrenamiento
de montaña en los Andes, cinco soldados chilenos murieron y 65
estaban desaparecidos en lo que puede convertirse en una de las
peores tragedias de este tipo en el vecino país.
La situación causó una oleada de protestas de los familiares de los
chicos, todos conscriptos de entre 18 y 19 años que no tenían
experiencia para afrontar esa situación. El comando militar lanzó
una urgente operación de búsqueda que se dificultaba por el mal
tiempo.
El jefe del Ejército, general Juan Emilio Cheyre, y el ministro de
Defensa, Jaime Ravinet, viajaron al mediodía, por orden del
presidente Ricardo Lagos, hasta la zona cordillerana de Antuco, 550
kilómetros al sur de Santiago, para coordinar las labores de
rescate. Hasta las 18 eran 95 los desaparecidos. Luego, a
última hora de la tarde, esa cifra se redujo, al aparecer con vida
decenas de soldados, pero la angustia seguía en el país debido a que
nada se sabía de otros 65. Se temía que los muchachos estuvieran
dispersos en medio del frío y con un viento que puede causar
rápidamente graves daños por congelamiento y aún la muerte.
La mayoría de los jóvenes perdidos son conscriptos que cumplen el
servicio militar y llevan poco más de un mes en el ejército,
según fuentes castrenses.
El feroz temporal se desató el miércoles a la tarde, cuando 433
efectivos de cinco compañías de un batallón de infantería habían
terminado el entrenamiento y recorrían a pie un trayecto de 25
kilómetros desde el refugio de alta montaña Los Barros hasta donde
los esperaban los vehículos que los llevarían de vuelta al
regimiento de Los Angeles, en la VIII Región de Chile.
Los jóvenes estaban a unos 1.700 metros de altura, con temperaturas
de entre 5 y 15 grados bajo cero y una sensación térmica de 25
bajo cero. La nevada y el persistente "viento blanco", con
ráfagas de hasta 60 kilómetros por hora, impidieron la comunicación
radial y telefónica y dificultaron las tareas de rescate.
Cheyre confirmó al mediodía que 331 integrantes del batallón estaban
localizados y fuera de peligro, pero cinco habían muerto por
hipotermia, es decir por congelamiento. Entre los sobrevivientes que
pudieron ser rescatados, había cuadros también de congelamiento de
extremidades o dedos y lesiones en la vista.
La angustia y protestas de las familias crecía anoche en medio de
una confusión incesante de cifras, un cuadro que se agravó luego de
que el comandante Carlos Mezzano, de Comunicaciones del Ejército,
aclaró que no hay datos definitivos de desaparecidos y
sobrevivientes.
Cheyre indicó que las 25 soldados mujeres que integraban el
contingente se encontraban a salvo. Y que los militares que
estaban en los refugios tenían alimentación, electricidad y agua.
Cheyre fue cauteloso y no quiso utilizar el término "desaparecidos".
Dijo en cambio que los conscriptos estaban "aislados y sin
comunicación" y manifestó su esperanza de que aparecieran con vida.
"No sabemos nada de ellos. Lo que sabemos es que una unidad de estas
características, que es sorprendida por un verdadero 'tsunami' de
nieve lo que debe hacer por doctrina es detenerse. Es posible
que estén acampando juntos", declaró.
El ministro Ravinet, por su parte, informó por la tarde que
helicópteros del ejército sobrevolaban el sector donde estaban
perdidos los soldados. Un avión, con cinco médicos y 15
enfermeros, realizaba al mismo tiempo trabajos de reconocimiento
en el lugar, y por tierra avanzaban 75 patrulleros y 71 personas de
apoyo, informó el diario La Tercera, en su edición por
Internet.
El regimiento de Los Angeles debió abrir sus puertas desde la noche
del miércoles al centenar de familiares que querían conocer la
suerte de sus hijos o sobrinos conscriptos. Indignados, increparon
al jefe de la tercera división del Ejército, Rodolfo González, por
enviar a un grupo de jóvenes con poco más de un mes de instrucción a
hacer campaña a un entorno tan adverso.
González respondió que la unidad afectada estaba al mando de los
instructores en montaña más destacados del país, pero que el clima
inusual para la época provocó que se perdiera todo contacto por la
nula visibilidad. El militar descartó ignorancia del mando o una
acción temeraria
Sin embargo, fuentes vinculadas al ejército admitieron al diario
El Mercurio que "no existía certeza" de que todos los
militares que participaron de los ejercicios de alta montaña hayan
vestido la indumentaria adecuada.
Al mediodía, el presidente Lagos afirmó que "hay posibilidades de
que (los desaparecidos) estén bajo un tipo de refugio que ellos
mismos son capaces de construir, pues se entrenan para enfrentarse a
estas situaciones".
En cuanto a las responsabilidades de los oficiales instructores,
Lagos enfatizó que "primero tenemos que ver exactamente lo que ha
ocurrido. Primero preocupémosnos de lo que tenemos por delante,
después podemos debatir otro tipo de temas".
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Fuente:
clarin.com
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