Dispare como un profesional, pero pague lo que un
aficionado. Ésa es la promesa de las nuevas réflex digitales.
Empiezan a comer terreno a las otras cámaras digitales, las de
"apuntar y disparar", y sus precios son realmente apetecibles. La
Nikon D50 que ilustra esta página, por ejemplo, cuesta menos de 1000
euros, objetivo incluido, y el comprador se lleva a casa una máquina
con la que puede sentirse un maestro de la fotografía. Casi lo mismo
puede decirse de la Canon EOS-350D, de la Fujifilm S3 Pro, de la
Pentax *ist… la lista es interminable.
Hace poco más un año, sin embargo, eran un lujo
asequible sólo a los profesionales de la fotografía. Canon fue la
primera compañía que se atrevió a sacar una réflex digital, la EOS-300D,
a un precio realmente asequible. La apuesta era arriesgada, pero
funcionó. En su primer año, la compañía vendió cerca de 1,2 millones
de unidades.
Nikon no tardó en responder al lanzamiento con
otra réflex digital, la D70, que se ha convertido en el modelo
réflex más vendido en la historia de la empresa. Nikon cerró 2004
con un espectacular aumento de beneficios gracias a la demanda de
cámaras digitales. En total, la compañía vendió 6,61 millones de
máquinas en 2004, un 22% más que el año anterior, pero el
crecimiento en el segmento de las réflex digitales fue superior al
300%. El mercado, sencillamente, se ha triplicado.
POCO BENEFICIO. La situación beneficia a los
aficionados a la fotografía, aquellos que no se conforman sólo con
fotografiar en vacaciones y navidades, pero también a los propios
fabricantes. El pasado año, según datos de la consultora Infotrends,
se vendieron casi 60 millones de cámaras digitales. Son muchas, pero
todo indica que el espectacular crecimiento de la fotografía digital
pronto podría comenzar a frenarse. Las cámaras avanzadas de hoy en
día tienen unos precios que convencen tanto a los compradores como a
los fabricantes, pero las compactas están por los suelos. Para los
que quieren dar el salto al mundo digital éste es el momento
oportuno, pero para las compañías, vender cámaras sencillas a bajo
coste no tiene ningún atractivo y deja muy poco dinero. "Aunque la
guerra de precios de las cámaras digitales compactas seguirá
intensificándose, el mercado de la fotografía digital mantendrá su
tendencia alcista gracias al comportamiento de las réflex
digitales", aseguró la propia Nikon durante la última presentación
de resultados financieros.
Junto a las cámaras réflex digitales, los
fabricantes han encontrado un nuevo filón, el de las cámaras de
diseño y ultracompactas. Seducen a un público totalmente nuevo,
preocupado más por la estética que por las prestaciones, y por sus
dimensiones y peso hacen de la fotografía una acción impulsiva. La
cámara puede ir siempre en el bolsillo y está siempre lista para
disparar, con mucha más calidad que la que ofrece un teléfono móvil.
Kodak es una de las compañías que quiere
aprovechar ese nuevo filón. Acaba de sacar al mercado una línea de
cámaras, la serie V, destinada al público femenino que, en países
como Estados Unidos, compra más de la mitad de los productos
electrónicos vendidos. Con un tamaño inferior al de una baraja de
cartas, las cámaras, de cinco megapíxeles, vienen en varios colores
y caben en cualquier bolso.
Con las réflex, las cámaras de diseño y los
mercados emergentes, como China y Europa del Este, las compañías
confían en seguir haciendo el agosto con el negocio de la imagen
digital, al menos durante tres años más. Si todo marcha según lo
previsto, en el año 2008 se venderán más de 82 millones de cámaras
digitales.