El mejor simulador de carreras para Xbox y un juego
esencial para los fanáticos de los fierros.
Sencillamente el mejor simulador
de carreras para Xbox y un juego esencial para los fanáticos de los
fierros.
A
pesar de que la Xbox es la consola con más y mejores juegos
de carreras, ha tenido una interesante falta en su arsenal
automovilístico: un buen simulador. Project Gotham Racing es
bastante realista y entretenido, pero carece de los apartados
técnicos de otros títulos como tuneo, actualización y
personalización de autos. Sega GT incluyó la porción técnica, pero
no entregó en cuanto a gameplay realista
y entretenido. La Xbox necesitaba un Gran Turismo, en pocas
palabras, algo que la PlayStation 2 viene disfrutando desde el 2001
y que hace apenas unos meses se renovó con Gran Turismo 4.
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Forza Motorsport es un clon de Gran Turismo y sus desarrolladores no
se tomaron ni un minuto para esconder este hecho. Los menús de
carreras y actualizaciones son iguales, posee más o menos los mismos
modos de juego y las mismas líneas de progresión. Resulta un poco
ridículo comparar ambos juegos ya que representan lo mejor del
género en sus respectivas plataformas, pero inclusive si los ponemos
frente a frente es difícil determinar un claro ganador. Si buen
Forza hace bien muchas de las cosas que Gran Turismo ha dejado en el
olvido, como el modelado de daños y una dificultad mas elevada, es
imposible comparar la escala épica de GT4 y sus cientos de autos y
más de cincuenta pistas. Ambos juegos tienen puntos muy fuertes y
ninguno es ampliamente superior al otro. Es, más bien, un tema de
gustos y disponibilidad.
El modo principal de Forza es la típica carrera que comienza con un
poco de dinero en el banco para un automóvil básico, que ganando
carreras y más dinero podremos actualizar para que sea más
competitivo o directamente reemplazarlo por otros coches de
diferentes categorías. De a poco vamos armando todo un garaje con
varias decenas de los autos mas deseados del mundo, incluyendo todas
las marcas conocidas como Ferrari, Porsche, Ford, Renault, BMW,
Mitsubishi, Toyota, Subaru, Dodge y montones de otras, todos con sus
modelos mas veloces y famosos. La lista de coches disponibles supera
los 230, un número muy jugoso considerando que casi todos son
versiones únicas.
Las carreras, desparramadas por casi una treintena de pistas reales
e inventadas, están divididas en
diferentes categorías que requerían
distintos autos para participar. Por ejemplo, algunas están abiertas
solo para autos con tracción delantera, otras solo para determinadas
marcas o coches con cierto límite de potencia o peso. Esto nos
obliga a mantener un garaje variado para poder participar en todas
las carreras y seguir destrabando nuevos coches y campeonatos.
Realismo mágico
Fuera de la interesante cantidad de contenido, el verdadero valor de
Forza Motorsport se hace evidente en la pista. Pocos juegos se
sienten tan reales y precisos como este, con una respuesta muy fina
a los controles y una física espectacular. Gracias a la enorme
variedad de autos, con distintos sistemas de tracción, suspensión y
peso, cada coche tiene una personalidad muy marcada y es un placer
descubrir lo bien que se manejan algunos modelos poco conocidos.
Cada pista se juega completamente diferente con un estilo de autos
distinto. Río de Janeiro, una de mis carreras favoritas, es
completamente diferente con un Tuner liviano como un Nissan
Skyline o un Mitsubishi Lancer Evo que con una bestia
pesada como un Dodge Viper. Si a eso le sumamos que cada
coche tiene decenas de actualizaciones posibles y directamente miles
de posibles configuraciones de caja de cambios, motor, frenos,
suspensión y hasta ángulo de alerones, la variedad es interminable y
el juego se adapta perfectamente al estilo de conducción de cada
uno.
Simuladores de este tipo generalmente son bastante chocantes para
gente con un interés más casual, ya que un mínimo despiste en una
curva resulta en una derrota inmediata. Para contra-arrestar esto
Forza tiene una característica que realmente lo hace mucho más
accesible: la línea de recomendación. Cuando esta opción esta
activada, vemos una línea superpuesta en la pista marcándonos el
mejor camino en cada trecho, incluyendo el color verde para marcar
cuando debemos acelerar, el amarillo cuando tenemos que quitar el
pie del acelerador (o el dedo del gatillo, en este caso) y el rojo
para indicar frenos. De esta manera, los novatos puede ser bastante
competitivos y los veteranos pueden adaptarse mas rápido a las
pistas desconocidas. De todos modos, es importante no depender mucho
de esta función ya que no solo es una suerte de trampa sino que en
muchos casos es mejor tomar las curvas de un modo distinto al
indicado en la línea, como eligiendo entrar lento y corto para luego
salir con un ángulo mas cerrado en relación a la recta y cortarle el
paso a un oponente.
La inteligencia artificial de los oponentes es por momentos
brillante y por otros aburridamente predecible y estupida. Se nota
que le quisieron dar mucho énfasis al “cuerpeo” de las carreras, con
contrarios que nos cortan el paso o que nos utilizan para cortar el
aire y luego pasarnos rápidamente en las rectas. Todas las sorpresas
que dan a la hora de pelear por su posición en la manada se van al
demonio en algunas curvas, en especial las “S”, donde todos menos
los últimos oponentes frenan de mas y pierden valiosísimos segundos,
los suficientes como para entregarnos una ventaja cómoda. Tenemos la
opción de entrenar a un “Driveatar” para que corra como nosotros y
participe de las carreras en nuestro lugar, que es una linda función
en papel pero que realmente no tiene mucho sentido ¿Quién quiere un
juego que se juega solo? Si es para comparar nuestra performance
contra nosotros mismos, el sistema de fantasmas es mucho mas
practico.
Un detalle que realmente contribuye a la intensidad de las carreras
es el modelado de daños. No se trata solo abolladuras visuales y
raspadas de pintura, que las tiene, sino que el juego simula la
destrucción de los sistemas vitales del auto, como la suspensión y
la caja de cambios, y nuestras chances de ganar se van disminuyendo
a medida que vamos chocando. Inclusive si chocamos sin recibir daños
que obstruyen la performance, simplemente deformando la carrocería,
se nos multa al final de la carrera así que nada de usar otros autos
como almohadas o rebotar contra las paredes para no tener que
frenar. En Forza Motorsport la única manera de ganar es
conduciendo consistentemente rápido y con precisión, no hay trucos
baratos para llegar a la cima.
Forza Motorsport representa uno de los picos en calidad visual de
esta generación de consolas. A pesar de que no hay dirección de arte
ya que el juego intenta emular la realidad, es realmente un placer
verlo corriendo con sus modelos de alta resolución y su framerate
estable. Los autos están idénticos a los originales y los podemos
modificar bastante con un editor de vinilos, pero el gran premio de
gráficos se lo llevan las pistas, las mejores siendo Río de Janeiro,
Nurburgring y New York. Rio y New York son increíbles
representaciones de ambas ciudades, tanto que hasta podemos
encontrar algunos restaurantes y locales famosos. El ‘Ring, que
recientemente fue presentado en varios juegos de carreras, nunca se
sintió tan real y proporciona uno de los mejores retos de todo Forza
ya que esta es la versión de 20 Km., que con sus 73 curvas fue
declarado muy complicado y peligroso para la Formula 1.
A pesar de que es el mejor juego de su género en Xbox y que
inclusive es un claro candidato al mejor de cualquier plataforma,
Forza Motorsport tiene un par de inconsistencias. Su principal
problema es que sigue demasiado de cerca de la formula de Gran
Turismo y por eso carece de personalidad y deja pasar la oportunidad
de innovar en una serie de aspectos que realmente necesitan
novedades. Por ejemplo, ¿Qué cuernos les cuesta poner los paneles de
cada coche en la cámara de adentro? ya a esta altura me contento con
un bitmap fijo del volante y los indicadores. Estilos de carrera más
variados serian muy bienvenidos, sobre todo considerando que
actualmente en algunos lugares el Drifting es más común que las
carreras normales. ¿Por qué no representar esa variedad en el juego?
La progresión del juego también es un poco ridícula. Debido a que no
quisieron obligar al jugador a tener que asegurar licencias como en
Gran Turismo, aplicaron un sistema de autos “trabados” que es
sencillamente absurdo. Las licencias de GT a pesar de ser
frustrantes son una excelente manera de evitar que el jugador acceda
a los coches más poderosos ni bien comienza a jugar, obligándolo a
que refine sus habilidades en las primeras carreras pero sin ponerle
barreras invisibles. Aquí no necesitamos licencias, pero para evitar
que corramos 20 veces la misma carrera y juntemos dinero para el
auto de nuestros sueños decidieron que tenemos que destrabar el 95%
de los coches ganando carreras particulares. Esto le quita todo el
sentido a amasar dinero ya que no lo podemos gastar en lo que
queremos. Son inconsistencias secundarias al gameplay, pero podrían
haber sido evitadas.
Gracias a su aberrantemente profundo modo online (solo para aquellos
pocos con Xbox Live!), su impresionante cantidad de contenido y su
énfasis en el realismo, Forza Motorsport tomará de rehenes a los
adictos a la velocidad por meses. Hay tanto para correr, coleccionar
y retocar que aquellos apasionados de la velocidad nunca estarán
satisfechos hasta tener todo un garaje colmado de coches modificados
y personalizados. Es dudoso que antes de la salida de la próxima
Xbox alguien pueda superar a este juego, así que probablemente será
consagrado como el primer y ultimo gran simulador de carreras de la
consola de Microsoft y un juego absolutamente esencial para los
fanáticos de los fierros.
mas información sobre simuladores y videojuegos
Fuente:
clarin.com
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