Los textos más
ridículos que vienen en el packaging
Un grupo de abogados
estadounidense sitúa en un ranking los textos más ridículos que los
consumidores encuentran en los packagings y premia a quien envíe la
advertencia más absurda que haya encontrado.
Como si fueran medicamentos
las instrucciones de los envases de los más variados
productos, pueden producir efectos colaterales. Pero no
se trata de una enfermedad, muy por el contrario, pueden
producir gracia y vergüenza ajena, pero eso sí, nunca,
nunca un mal entendido.
Las leyes exigían que no
falten explicaciones en los envases para prevenir
pleitos millonarios que, por falta de advertencias, los
consumidores suelen devolver a las empresas –en muchos
casos con total descaro-. Según publicó en 2003 la
revista finlandesa M-Real “La tendencia a poner
instrucciones en los envases ha crecido después de un
caso de McDonald´s en 1944, en el que una mujer demandó
a la empresa por quemarse con el café. La compañía
comenzó a etiquetar sus productos con advertencias
obvias luego de llegar a un arreglo amistoso con la
mujer”
Parece que los fabricantes respondieron al refrán: mejor
que sobre y no que falte. Las instrucciones que rozan lo
absurdo abundan en los packagings de todo el mundo.
Tanto que, para que no pasen al olvido las más
ingeniosas, hay un concurso desde hace ocho años que las
sitúa en un ranking.
El premio lo organiza
Michigan
Lawsuit Abuse Watch, una ONG cuyo espíritu es
“trabajar en revelar cómo los pleitos legales, han
creado la necesidad de generar advertencias sobre el
sentido común en el uso de productos” Se refiere a
ejemplos como su actual primer puesto en el top five,
que corresponde al texto “no utilizar para higiene
personal” La leyenda no llamaría la atención si no
estuviera impresa en un cepillo de tocador.
Algunas etiquetas y envases son tan explicitas que
parecen estar hechas –según las normas populares APB (A
Prueba de Bobos). Así, no es extraño encontrar en un
envase de pastillas para dormir la advertencia “puede
producir somnoliencia”.
El segundo puesto en el
podio 04 fue para un monopatín de niños cuya etiqueta
advierte: “Este producto se mueve cuando se utiliza” Lo
curioso es que lo absurdo de las explicaciones parece no
tener fin y como cada año se recicla el ranking, el
concurso premia a quien remita la etiqueta o packaging
original más ridículo con 500 dólares y un libro
titulado: La muerte del sentido común.
Otro famoso ganador del concurso fue la advertencia de
un cochecito de bebé que anunciaba: “quite al niño antes
de plegarlo”. El premio destaca el ingenio de aquellos
que saben observar con astucia lo que consumen. Por
supuesto que el ranking tiene cuerda para rato porque
con esta filosofía de hacer juicio a quien se pueda “es
mejor prevenir que curar”.
mas información sobre packaging
Fuente:
clarin.com
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