DICEN QUE INTERNET
NO CAUSA ADICCIÓN
Allá por 1995 Internet recién empezaba a asomar
como fenómeno masivo y ya se la culpaba de provocar adicción. El
psiquiatra estadounidense Ivan Goldberg fue el primero en describir
los síntomas de esa supuesta nueva patología: disminución
generalizada de la actividad física y de la sociabilidad, deseo
permanente de estar frente a la computadora, cambios drásticos en los
hábitos de vida, y otras cosas por el estilo. Los consultorios de
psiquiatras y psicólogos de todo el mundo empezaron a atender a
internautas que creían padecer de este mal.
Casi una década más tarde, sin embargo, "la adicción a Internet"
sigue sin aparecer en los manuales de diagnóstico de desórdenes
mentales. Es más: algunos ya dicen que directamente se trata de la
más pura sanata.
Uno de los primeros que lo dijo con todas las letras fue el psiquiatra
Facund Fora, miembro de la clínica Teknon de Barcelona. Hace una
semana, en un congreso sobre Internet y nuevas tecnologías que se
llevó a cabo en España, Fora abrió la polémica: "La adicción a
Internet actualmente es un mito".
Explicó, además, que la enorme mayoría de internautas que buscan ayuda
médica en realidad son adictos al sexo o al juego (porque
visitan casi exclusivamente sitios pornográficos o casinos online) y
sufren problemas psicológicos que no son causados por Internet,
como fobia social o trastorno obsesivo compulsivo. La Web sería,
entonces, nada más que un vehículo. En otras palabras: si alguien es
adicto al agua, no hay que echarle la culpa al vaso.
En la Argentina esa polémica ya desembarcó. "La verdad es que no se
puede hablar de adicción porque Internet no es una sustancia como el
alcohol, el tabaco o la cocaína", opinó el psiquiatra Mario Kiektik,
quien tuvo algunos pacientes que encajaban al dedillo en el criterio
de lo que se consideraba "ciberadictos".
Atendió, por ejemplo, a una adolescente de 16 años que, cuando sus
padres la castigaron quitándole el modem de su computadora destrozó,
de madrugada, la vidriera de un cibercafé para poder entrar a chatear.
¿Ese no sería un claro caso de ciberadicción? No para Kiektik. "En
todos estos casos cuando empezás a explorar llegás a la conclusión de
que el paciente sufre en realidad de trastornos de ansiedad o
afectivos".
El director del Plan Provincial de Adicciones de Mendoza, el psicólogo
Miguel Conocente, es uno de los que sigue creyendo que la "ciberadicción"
existe. "Internet es totalmente adictiva. Traté a 9 personas que se
pasaban no menos de 10 horas diarias conectadas. Constituían
claramente casos de adicción. No soportaban no estar conectados y
cuando no lo estaban mostraban los síntomas de abstinencia de
un adicto: sudoración en las manos, palpitaciones, irritabilidad y
cero tolerancia a la frustración."
Eduardo Kalina, psiquiatra y director del posgrado en Adicciones de la
Universidad del Salvador, también está de acuerdo con que, más allá de
si existe como tipología, Internet crea adicción. "Sin duda crea
dependencia psicológica", aseguró a Clarín. Y agregó: "Hay
gente que tiene problemas en su vida y encuentra en Internet un
mundo de fantasía, un refugio fascinante que les permite huir de
la realidad".
El psiquiatra y psicoanalista Gabriel Jure está en la vereda opuesta.
Según el especialista, Internet no es más que un vehículo que
sirve para las adicciones que padece la gente. "Si alguien apuesta
todos los días en un casino online, si de algo sufre es de una
adicción patológica al juego. La adicción de esa persona, la ludopatía
en este caso, en realidad sólo cabalga sobre Internet".
Jure atendió un paciente que prefería tener relaciones sexuales una
sola vez por semana con su novia. "El resto de la semana se contentaba
con masturbarse mirando pornografía en Internet. Pero en esto no se
puede culpar a Internet. Este paciente —explicó Jure— ya tenía una
fijación con lo autoerótico y el onanismo; Internet no era más que la
forma que él encontraba para concretar su desviación sexual".
Laura Siri, autora del libro Internet: búsquedas y buscadores,
tampoco tiene dudas de que la "ciberadicción" no es más que un mito:
"Es algo que inventó algún psiquiatra que quería ganarse sus buenos
dólares".
Cuando se ideó esta supuesta patología se decía que pasarse conectado
más de 38 horas semanales debía considerarse como una conducta
adictiva. Enrique Carrier, director de la consultora Carrier y
Asociados, supera por cuestiones de trabajo esa marca. Pero está
lejísimos de verse como un "ciberadicto". "Es tan disparatado
como decir que soy un adicto al escritorio porque me paso el día
trabajando en el escritorio".
FUENTE :
www.clarin.com
Compartir este articulo : | | | | |
Ver historial completo de
noticias destacadas. |
|