Desde los años setenta en la capital francesa no se han erigido grandes edificios. Ahora, se busca una alternativa para preservar la ciudad museo y, al mismo tiempo, albergar a más pobladores.

“¿París-New York o París-París?” Una nueva polémica sobre la oportunidad de construir o no nuevos rascacielos en la ciudad luz arrecia en la capital francesa. El alcalde de París, el socialista Bertrand Delano, que dirige la municipalidad desde hace dos años y medio (tras dos decenios de reino ininterrumpido de la derecha) es criticado desde dos frentes. Unos le reprochan el querer autorizar la construcción de nuevos rascacielos, excluidos de París desde los rotundos fracasos de proyectos de los años 60 y 70. Otros, lo acusan de inmovilidad al ceder ante un fenómeno de moda en un sector de la clase media alta, el llamado "bobó" (burgueses-bohemios), con el riesgo de que la capital se transforme en un santuario para ejecutivos.