Según un libro,
Bush se vuelve cada día más religioso: dijo que Dios lo eligió
presidente
Firmado por un
escritor cristiano, “La fe de George W. Bush” analiza el
comportamiento del presidente norteamericano y detalla una serie de
incidentes que grafican lo profundas que son sus convicciones
religiosas.
Hace
unos días, en el Centro de la Juventud Cristiana de Dallas, Estados
Unidos el presidente George W. Bush se paró frente a una multitud
exaltada para dar un discurso. ¿De qué habló? De su renacimiento como
cristiano: “Si a uno le cambian el corazón, puede cambiar el
comportamiento. Yo puedo dar fe”, dijo, en referencia a su propia
conversión, de bebedor empedernido a ex bebedor empedernido. Detrás de
Bush había dos pancartas. Una de ellas decía “Rey de reyes”. La otra,
“Dios de dioses”. El simbolismo que rodeaba al hombre más poderoso del
mundo no podía ser más fuerte.
Pocos presidentes norteamericanos fueron tan abiertamente religiosos
como Bush. Y ahora se acaba de publicar un libro que demuestra lo
profundas que son sus convicciones cristianas. Seguramente, el libro
abrirá una nueva polémica, sobre todo, teniendo en cuenta que la
administración Bush quiere convencer a todo el mundo de que su “guerra
contra el terrorismo” no es religiosa. El libro describe a un
presidente que reza todos los días y que está convencido de que es “un
elegido de Dios”, por lo que dará que hablar a los opositores, que
acusan a la gestión presidencial de “muy influenciada por el
cristianismo extremista”.
De hecho, Bush ya está en la línea de fuego tras autorizar la
designación del general William Boykin para liderar la búsqueda de
Osama bin Laden. Alguna vez, Boykin, que suele hablar en reuniones
cristianas evangélicas, dijo que la guerra contra el terrorismo era
“una lucha contra Satanás”. También se le escuchó decir a un soldado
somalí: “Mi Dios es más grande que el suyo. Yo sabía que mi Dios era
un Dios real, mientras que el suyo sólo era un ídolo”. Bush también
fue acusado de una “cristianizar” los programas del gobierno cuando,
en septiembre, su gobierno envió más de 60 mil millones de dólares a
diversas entidades religiosas de beneficencia.
Los críticos dicen que, a diferencia de las entidades seculares, estos
grupos utilizarán ese efectivo para promover su religión. Una de las
iglesias que resultó beneficiada por estos créditos presentó un
proyecto penitenciario a ser aplicado en el estado de Iowa, que
autoriza a los presidiarios a tener televisión, baño privado y
computadora si, a cambio, toman clases sobre la Biblia. Ahora, Bush
tal vez sea el centro de un intenso escrutinio. El libro, “La fe de
George W. Bush”, fue escrito por el cristiano Stephen Mansfield y
detalla diversos incidentes que demuestran que la fe del presidente es
el eje de su pensamiento político.
Entre las revelaciones de Mansfield figura un encuentro privado en
Camp David, durante el que Bush y el primer ministro británico, Tony
Blair, rezaron juntos. Blair siempre dijo que nunca había rezado con
Bush, pero Mansfield insiste en que sí lo hizo: “Según los testigos,
no cabe duda de que compartieron las escrituras y oraron juntos”. El
libro también revela que, antes de anunciar su candidatura a la
presidencia, Bush le confesó a un evangelista texano que había tenido
la premonición de que los EE.UU. iban a sufrir un desastre nacional.
Bush le dijo a James Robinson: “Siento que Dios quiere que sea
presidente. No puedo explicarlo, pero tengo la sensación de que mi
país me va a necesitar. Y Dios quiere que lo haga”.
Mansfield también cuenta que el domingo de ramos de 2002, mientras
regresaba de El Salvador a bordo del Air Force One, Bush se dio cuenta
de que llegaría a tiempo a la iglesia. Algunos funcionarios sugirieron
improvisar una ceremonia religiosa y, enseguida, se reunieron en la
sala de conferencias del avión. El servicio estuvo a cargo de
Condoleezza Rice. El libro confirma otra anécdota: mientras recorría
el Centro Médico Walter Reed, Bush le tocó el muñón a un joven que
había perdido una mano en Irak, se arrodilló junto a su cama y rezó.
Luego, lo besó en la frente y le dijo que lo amaba. “Eso resume sus
creencias. Bush piensa que Jesús vive en su mente y su corazón”, dijo
Mansfield.
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