Un museo de Chicago resalta
riqueza la cultural de Mesopotamia
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El toro alado domina la
exhibición.
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CHICAGO -- La voluminosa
escultura de piedra --un toro alado con la cabeza de un hombre--
se proponía atemorizar a los que se acercasen al salón del trono
real en la antigua ciudad mesopotámica de Dur-Sharrukin. Todavía
inspira asombro, aun en los confines relativamente más reducidos
del Museo del Instituto Oriental en la Universidad de Chicago.
La escultura, de 40 toneladas y
casi 5 metros de alto, representa un "lamassu" o guardián, y es la
"estrella" de la Galería de la Mesopotamia del instituto, que
reabrió recientemente después de haber cerrado desde 1997 para
someterse a extensas renovaciones.
La Mesopotamia abarca el
territorio que ocupa el moderno Iraq, y por eso los casi 1.400
objetos exhibidos en la galería --que van desde la prehistoria en
el 150.000 antes de Cristo hasta el 650 de nuestra era-- han
asumido nueva significación desde la invasión y ocupación de ese
país.
Muchos de los artefactos son
similares a los que se teme fueron destruidos o robados durante
los saqueos del Museo Nacional Iraquí tras la caída de Bagdad en
abril.
"Mi primera reacción cuando me
enteré sobre los saqueos del museo de Iraq fue.. gracias a Dios
que hay colecciones como la nuestra en varios países, de modo que
la tradición de la antigua Mesopotamia se preservará aunque haya
una catástrofe en algún sitio en particular"', comentó Karen
Wilson, directora del museo.
Gil Stein, director del Instituto
Oriental, opinó que la situación en Iraq ha hecho apreciar más la
cultura de la Mesopotamia, que introdujo conceptos modernos como
la escritura, las ciudades, el gobierno, las matemáticas, la
literatura y la rueda.
Los objetos del instituto, afirmó
Stein, "no son meramente artefactos polvorientos de alguna cultura
oscura, sino que representan el legado de nuestra propia
civilización".
El instituto es uno de los
centros más importantes de Estados Unidos para el estudio del
antiguo Medio Oriente, y la mayoría de los 28.000 artículos de su
colección mesopotámica fueron excavados en la primera mitad del
siglo XX, cuando arqueólogos de la Universidad de Chicago llevaron
a cabo extensas expediciones en Iraq.
Según un sistema convenido hace
tiempo, las autoridades iraquíes escogían los objetos que querían
retener en su museo nacional. A los arqueólogos extranjeros se les
permitía llevarse el resto a cambio de efectuar las excavaciones,
dijo Wilson.
Iraq puso fin a esa política hace
más de 30 años, insistiendo en que ningún artefacto arqueológico
saliera del país, lo que ha hecho más valiosa la colección del
instituto de Chicago.
Hombre de las cavernas
La galería renovada comienza con
una explicación sobre los comienzos de la civilización en el Medio
Oriente con la muestra del hacha de un hombre de las cavernas de
hace 150.000 años manchada con algunos de los vestigios más
antiguos conocidos de sangre humana, según el museo.
A partir de allí, la galería se
divide temáticamente. La sección sobre la vida religiosa presenta
una veintena de "estatuas votivas", figurines con ojos saltones y
manos juntas que se colocaban frente a los templos en actitud de
perpetua plegaria.
Otra sección exhibe el desarrollo
del sistema de escritura cuneiforme con trozos de tabletas de
arcilla desde el año 3200 AC, cuando contaba con unos 1.200
símbolos.
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La muestra también recoge
sellos cilíndricos y rectangulares.
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En el sector de la vida
comercial, las vitrinas muestran una notable colección de sellos
cilíndricos. Estas diminutas piedras circulares --algunas del
diámetro de un dedo meñique-- se hacían rodar sobre arcilla húmeda
o lodo para sellar puertas o recipientes, o para marcar tablillas.
Cada sello tenía el signo característico de identificación de un
individuo o una unidad administrativa y mostraba rebaños de
animales, batallas entre los dioses, banquetes reales y escenas de
la vida cotidiana.
Para ilustrar la complejidad de
los sellos, el instituto amplió la impresión que dejó uno de
ellos. Muestra a hombres luchando con leones y, pese a la
superficie diminuta que tuvo el artista para trabajar, se pueden
apreciar los músculos en el abdomen de los luchadores.
Mientras los sellos cilíndricos
ilustran el desarrollo de una burocracia en Mesopotamia, la nueva
reconstrucción que hizo el instituto del Tribunal de Khorsabad
--con el toro alado de cabeza humana en el centro-- ilustra la
riqueza y poderío de la antigua civilización.
El toro formaba parte de un
palacio real en la antigua Dur-Sharrukin --actual Khorsabad--
construido por el rey asirio Sargón II poco después de asumir en
el 712 AC.
El toro alado era uno de más de
una docena que custodiaban la entrada al trono de Sargón desde un
espacioso patio, dijo Wilson.
Además del toro, el instituto
posee seis de los bajorrelieves en piedra que se alzaban en el
patio, y que representan antiguos cortesanos y extranjeros que
pagaban tributo.
"La Versalles de Mesopotamia"
Todas esas piezas fueron
transportadas con gran dificultad hasta el instituto en los años
30: el tren que llevaba el toro tuvo que seguir un trayecto
tortuoso por el este de Estados Unidos porque la carga no pasaba
por los túneles ferroviarios. Pero debido al formato original del
museo, el toro y los bajorrelieves fueron colocados en salas
distintas.
Según la renovación, el toro y
los bajorrelieves están reunidos en un espacio amplio que da al
visitante una idea de la dimensión monumental de un palacio real.
"Yo la llamaría la Versalles de Mesopotamia", dijo Wilson.
La Galería de la Mesopotamia es
una de varias colecciones del Medio Oriente en el Museo del
Instituto Oriental. Desde que el museo cerró en 1997, se ha
ampliado con una nueva ala para almacenaje y restauración.
Sus colecciones se han reabierto
gradualmente y las colecciones egipcia y persa ya están en su
lugar. Otras dos colecciones –una de Siria y el Levante y otra de
Nubia—reabrirán próximamente. |