Final sin gloria para el gran remate de objetos, manuscritos y primeras ediciones de Jorge Luis Borges en Londres. Sin gloria: más del 40 por ciento de las 239 piezas ofrecidas se quedaron en los estantes. Y la piedra del escándalo —el ejemplar de Fervor de Buenos Aires denunciado como robado a la Biblioteca Nacional— fue retirado del remate por Bloomsbury, la subastadora.
Todo empezó cuando apareció el catálogo de la gran subasta y el coleccionista argentino Alejandro Vaccaro creyó reconocer la descripción y la imagen del ejemplar de la primera edición de Fervor de Buenos Aires: según él, era el mismo que en el año 2000 apareció como robado de la Biblioteca Nacional. De Caro, entonces, vino con el libro a Buenos Aires y acá intervino el juez Jorge Ballestero, que lo retuvo para hacer una pericia.

Ayer había argentinos en Bloomsbury. Entre ellos, el embajador Federico Mirré, que compró ediciones del Martín Fierro y de El compadrito, su destino, sus barrios para la Biblioteca Nacional. También fueron el librero Víctor Aizenman y el coleccionista Alejandro Vaccaro.

Y en el remate, el lote 20 —el de Fervor...— pasó sin agitaciones. "Con todo el barullo que hubo sobre el librito este, a nadie le importó un coco", dijo ayer a Clarín Javier Molina, curador de la colección. "Antes del remate, la Universidad de Virginia, de Estados Unidos, vino, husmeó en la colección entera, pero al final no la compraron porque se les había acabado el presupuesto del año".

Alejandro Vaccaro contó que "en la sala había 30, 35 personas y casi no hubo pujas. Se hizo rapidísimo, en una hora cuarenta".

Vaccaro también dio algunas cifras: "Los 16 manuscritos se vendieron en 165.000 dólares; un ejemplar de Discusión anotado, en 25.500 dólares; uno de Cuaderno San Martín en 5.100 dólares y el folleto sobre la leche cuajada (que escribió con Adolfo Bioy Casares), en 4.000. Pero alguien pagó 700 dólares por El libro de arena, que en Buenos Aires vale 150 pesos. Raro."