El Concorde se desliza por agua en
Nueva York
Cuando el Concorde de British Airways
abandonó el Aeropuerto Internacional Kennedy en la mañana del martes,
los residentes de la zona no despertaron con el rugido de los motores
supersónicos del avión.
El último viaje de este Concorde fue
mucho más corto y más lento que vuelos al doble de la velocidad del
sonido entre Nueva York y Londres.
Transportado en una barcaza de 64
metros, que una vez transportó a la Florida cohetes Saturn V para
viajes a la luna - y viajando lentamente a 3 nudos (5,6 kilómetros por
hora) - el jet de 204 pies (62 metros) y 88 toneladas fue transportado
al Museo del Mar y del Aire Intrepid de Manhattan, construido
alrededor del portaaviones Intrepid.
El Concorde, depositado en la
barcaza, abandonó el aeropuerto Kennedy el lunes a las 6.00 de la
mañana (1100 GMT). El martes, tras deslizarse por la Bahía Gravesend
de Brooklyn, cruzar por debajo del puente Verrazano-Narrows y frente
al puerto de Nueva York, pasar frente a la Estatua de la Libertad y
recorrer el Río Hudson, llegó al museo.
Una vez en el museo, el Concorde,
flotando sobre su propia barzaca, se sumará a la colección que incluye
al Intrepid de 274 metros de longitud, el destructor Edson, el
submarino Growler y más de 25 aeronaves que integran el museo que ya
tiene 21 años.
British Airways y Air France
detuvieron los vuelos del Concorde a finales de octubre por falta de
rentabilidad.
Las aerolíneas lucharon para atraer
pasajerons después del accidente del Concorde de Air France en París,
en el que murieron 113 personas en julio de 2000. British Airways
tiene ocho Concordes y Air France, cinco.
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