Los hackers
dan la cara y revelan fechorías
Encuentro en el DF; grandes firmas
buscan contratar a los más hábiles
AGUSTIN SALGADO Y ANTONIA ESQUIDE
En el mundo de los hackers
(piratas informáticos) es posible modificar páginas de Internet,
ingresar a bases de datos de empresas multinacionales e incluso
bloquear sistemas de telefonía celular. Ellos se conciben como
''apasionados de la investigación que luchan por el libre acceso a la
información" y se dividen en tres tonalidades: buenos (white),
malos (black) e intermedios (gray).
Por ello, lo que les otorga
reconocimiento mundial y la posibilidad de ser contratados por grandes
empresas es su historial de irrupciones en diversos sitios.
Ya famosos gracias a su sobrenombre (nickname),
durante sus convenciones anuales dan a conocer su identidad y en
algunos casos la empresa para la que laboran. Los hay de varias
nacionalidades: estadunidenses, brasileños, argentinos, suecos,
españoles y mexicanos.
Sus edades varían entre 17 y 31 años
y, a pesar de haber intercambiado por la red infinidad de archivos,
contraseñas (passwords) y testimonios de sus actividades como
hackers, son pocos los que se conocen físicamente.
La concepción que se tiene de ellos
es generalmente negativa; mucha gente los considera vándalos
cibernéticos, aunque ellos se esfuerzan por difundir que no
necesariamente lo son.
El pasado fin de semana se realizó la
segunda Convención Anual de Hackers, en la que participaron
jóvenes provenientes de diversos países. Las empresas organizadoras
fueron G-Con2 y Kelsi Siler, ambas dedicadas a ofrecer servicios de
investigación y desarrollo en seguridad informática.
Arrogantes algunos, introvertidos la
mayoría, todos los hackers coinciden en algo: recibieron su
primera computadora a muy temprana edad.
Muchos niegan utilizar sus
conocimientos con fines destructivos o para defraudar empresas, aunque
hay quienes aceptan haber pertenecido a algún grupo underground
que únicamente se dedicaba a cometer "estupideces".
Pero el hacker sabe que el
cúmulo de conocimiento que ha adquirido durante horas al frente de un
monitor le abre un gran abanico de posibilidades que van desde
realizar manifestaciones de carácter político, intervenir sistemas de
seguridad de empresas o ser contratado por firmas transnacionales,
gobiernos e incluso miembros de la delincuencia organizada.
Mas información en:http://www.jornada.unam.mx/052n1con.php?origen=index.html&fly=1
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