El
consumo moderado de cerveza no engorda y aumenta el colesterol bueno
El
consumo moderado de cerveza no incrementa el peso corporal y para
colmo incrementa los niveles del llamado colesterol bueno.
Al menos eso parece desprenderse de las conclusiones de un estudio del
Grupo de Inmunonutrición del Departamento de Metabolismo y Nutrición
del Instituto del Frío del Consejo Superior de Investigaciones
Científicas (CSIC).
El estudio, que ha sido presentado en el marco de un curso de
inmunonutrición que se celebra esta semana en Tenerife, ha valorado el
efecto de un consumo moderado de cerveza, el equivalente a 330
mililitros por día en mujeres y 660 en hombres, sobre diferentes
parámetros relacionados con el síndrome metabólico y otros como la
respuesta inmunológica del organismo.
La investigación se llevó a cabo sobre 57 voluntarios sanos que
durante un mes estuvieron sin consumir ninguna bebida alcohólica y
durante el siguiente mes consumieron de forma moderada cerveza, el
equivalente a lo que se define como consumo moderado de alcohol.
Como conclusiones, se observó que no se produjeron cambios
significativos en el perímetro de cintura, niveles de glucosa ni
triglicéridos; si bien se apreció una mejora de los niveles de
colesterol bueno tanto en hombres como en mujeres, lo que se traduce
en la mejora de la salud cardiovascular.
UN MITO FALSO
Con respecto a los niveles de masa corporal, durante el mes en el que
se consumió cerveza de forma moderada, no se registró ningún aumento
ni de peso ni de índice de masa corporal, tanto en hombres como en
mujeres. Además, el consumo moderado de cerveza durante un mes no
modificó los hábitos alimentarios de las personas que se sometieron al
estudio.
De hecho, la aportación calórica de la cerveza es muy inferior a la de
otras bebidas alcohólicas (una caña de 200 mililitros aporta 90
kilocalorías) y similar a la de bebidas refrescantes a base de cola o
extractos de fruta.
EFECTO CARDIOPROTECTOR
El organismo humano no posee ningún sistema enzimático capaz de
degradar la molécula de colesterol. Su exceso debe ser eliminado a
través del hígado por vía biliar, y es necesaria la existencia de una
ruta metabólica que transporte el colesterol sobrante de los tejidos
periféricos hacia el hígado. Esta vía de transporte está a cargo del
colesterol bueno, por lo que una elevación de estas lipoproteínas de
alta densidad inducida por el consumo de alcohol se convierte en uno
de los componentes esenciales para evitar la formación de placas de
ateroma y de ahí su efecto cardioprotector.
Para la doctora Julia Wärnberg, colaboradora del Grupo de
Inmunonutrición del Instituto del Frío del CSIC y coautora del
estudio, "durante el periodo de consumo moderado de cerveza, se
comprobó una elevación de los niveles de HDL o colesterol bueno y, por
lo tanto, podría ejercer un efecto cardioprotector, como muchos
estudios señalaron anteriormente". Tras la experimentación, también se
observó que un consumo moderado de cerveza en adultos sanos no produce
ningún tipo de alteraciones en los marcadores hepáticos.
LA CERVEZA Y EL SISTEMA INMUNOLOGICO.
Si bien es sabido que el consumo de alcohol excesivo deprime el
sistema inmune, del estudio se desprende que el consumo moderado de
cerveza en adultos sanos puede tener ciertos efectos beneficiosos
sobre la respuesta inmune. Además, se observó un aumento de los
leucocitos (glóbulos blancos) y linfocitos, así como una tendencia
generalizada al incremento de linfocitos T.
Durante el periodo de experimentación, se observó también una mejora
significativa de los parámetros de la serie roja (hematíes,
hemoglobina y hematocrito) tras el consumo moderado de cerveza, en
comparación con la situación de partida. Este hecho se aprecia con
mayor relevancia en el grupo de mujeres que en el de hombres. Valores
anormales de estos parámetros podrían producir sintomatologías de
anemia.
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