Subastan agendas y
objetos personales de Hugh Hefner, el creador de Playboy
A medida que
el hombre en pijama comienza a hojear sus viejas libretas telefónicas
por primera vez en 40 años, es posible darse cuenta de que los nombres
que figuran en su interior no son cualquier nombre. Figuran allí el
fotógrafo Richard Avedon, el diseñador Oleg Cassini, el músico Nat
King Cole y la escritora Rona Jaffe, entre otros.
De repente se topa con una anotación que hace que su cerebro acelere
los recuerdos. "Rubia grandota de Mujeres Salvajes del Wongo" dice en
la libreta.
El hombre sonríe y explica que se trata de "una película sin
presupuesto que se hizo en Miami". ¿Y la rubia quién era? le
preguntamos. "Ni idea", contesta con nostalgia. "Al parecer, nunca
conseguí su número de teléfono".
Aunque no tengan la estatura de la primera edición de un gran autor,
estas libretas, que pertenecieron alguna vez al hombre de pijama, Hugh
Marston Hefner, no son libretas telefónicas comunes.
Son las libretas personales del hombre que inventó toda una nueva
estética de la fantasía para el hombre moderno y una revista
que este año cumplió 50 años y que sigue siendo la revista
masculina más vendida del mundo.
Estas curtidas libretas no más largas que la palma de la mano, útiles
para una cita rápida en alguna noche de sábado en Chicago, pasaron
a convertirse en reliquia histórica. Y, en cierta medida, lo mismo
puede decirse del hombre que las armó alguna vez, hecho que admite con
una mezcla de orgullo, humor y un dejo de tristeza.
"Imaginen mi desilusión", nos dice desde el dormitorio de su enorme
suite de hotel "cuando llamo a estos números y ya nadie contesta el
teléfono".
El próximo miércoles podrían llegar a pagarse más de 10.000 dólares
por cada una de estas libretas telefónicas con números borroneados
y números inconexos, durante un remate en la casa Christie's en
el que se subastarán más de 300 manuscritos, cartas, fotos,
historietas, objetos de arte y otros artículos memorables de los
archivos de la revista Playboy, que Hefner fundó en su departamento
de Chicago en 1953.
La venta incluye numerosos originales de notables autores, como Ian
Fleming, Ray Bradbury, Arthur C. Clarke, Jack Kerouac y Allen Ginsberg.
Esta subasta, que será parte de los festejos por el 50ø aniversario de
la revista, pondrá en exhibición una suerte de collage de un amplio
espectro de la cultura norteamericana de la última mitad del siglo XX.
Se podrán ver cartas de Frank Sinatra, Ayn Rand, Timothy Leary y Barry
Goldwater, historietas de Little Annie Fanny, un manuscrito de Jack
Kerouac (con correcciones), una toma en una piscina de Sofía Loren
desnuda, el croquis de una mariposa hecho por Vladimir Nabokov y una
melancólica pintura al óleo de Telly Savalas, que tiene todo el
aspecto de un Buda rayado. (Todos estos objetos estarán en exhibición
en Rockefeller Plaza, en Nueva York, entre este sábado y el próximo
martes).
En el lote de esta subasta también podrán verse varios de los
efectos personales de Hefner .
Cuando un funcionario de la casa Christie's sugirió llevarle a Hefner
al hotel Pierre una o dos caricaturas, él enseguida estuvo de acuerdo.
Eran cerca de las 13.30 y Hefner, de 77 años, se veía algo dormido y
resfriado. Estaba vestido de la forma en que la gente esperaría verlo.
Es decir, con un pijama de seda negro, pantuflas negras y una chaqueta
tipo smoking color bordó.
Hefner apareció rodeado por un sinnúmero de asistentes —publicistas,
guardaespaldas, encargados de archivo, fotógrafos y dos novias jóvenes
(rubias) que se fueron temprano—. Hefner parecía la única persona
serena entre todos ellos.
Mostró con admiración una caricatura dibujada por él en sus
primeros años en la revista, en la que puede verse a dos
estudiantes de arte observando una pintura abstracta. Uno de ellos le
dice al otro "¡qué buenas formas que tiene, por Dios!".
"Esa frase lo dice todo", explica Hefner sobre una de sus primeras
caricaturas.
Al preguntarle si alguna vez lamentó no haber continuado trabajando
como dibujante, tanto él como todos los que estaban en el interior de
su habitación estallaron en risas.
"Sé muy bien cómo es la vida de un dibujante y sé también cómo es mi
vida ahora", contesta.
TRADUCCION: SILVIA S. SIMONETTI
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