Un bibliotecario
robó 3 mil libros durante 10 años: se murió y lo descubrieron por
culpa de su viuda
Como en un thriller de Umberto Eco",
comentó el diario "Politiken" de Copenhague, Dinamarca, luego de que
se destapara un robo “hormiga” sin precedentes. Miles de libros de
valor incalculable habían sido sustraídos de la Biblioteca Real
Nacional en la capital danesa. Pasaron nada menos que 30 años sin
ningún indicio sobre la desaparición de unas 3.200 piezas, entre ellas
manuscritos del filósofo Immanuel Kant y varios atlas del siglo XV,
pero el afán de lujo de la viuda alemana de un bibliotecario y sus
hijos daneses aportó de repente claridad sobre un caso que parecía
perdido.
La mujer y otros tres sospechosos están en prisión, luego de que en
septiembre la prestigiosa casa de subastas londinense Christie's (http://www.christies.com)
llamara a Copenhague para averiguar si algunos de los libros antiguos
que se le habían ofrecido por tres millones de coronas (560.000
dólares) provenían de la Biblioteca Nacional danesa. Desde entonces,
para los investigadores todo fue un juego de niños. En casa de la
oferente, al norte de Copenhague, la policía encontró sin grandes
esfuerzos 1.650 libros en 74 cajas de mudanzas: la mitad de las piezas
desaparecidas desde hace más de un cuarto de siglo.
No se necesitó investigar mucho. El único ladrón pudo haber sido el
esposo de la oferente, que entre 1960 y 1970 trabajó en la biblioteca
como especialista en temas orientales. Consternados, los periodistas
daneses calcularon que el hombre, considerado respetable, sincero,
intachable y simpático por sus colegas, se llevó al menos un libro
valioso por día durante diez años. En la selección de las obras aplicó
un criterio claro: dinero. En aquel entonces, para disgusto del
personal, se sospechó de todo elmundo, pero nunca del verdadero
ladrón.
“De acuerdo con los valores actuales, el botín cotiza entre 150 y 300
millones de coronas (25 y 50millones de dólares), comentó el jefe de
la biblioteca”, Erland Kolding Nielsen que contó que entre los textos
desaparecidos, hasta entonces apenas asegurados contra robos, se
contaban las primeras ediciones de Martín Lutero y de los astrónomos
Johannes Kepler y Tycho Brahe, entre otras reliquias.
El ladrón tuvo los nervios suficientes de guardar su botín durante
casi 20 años, antes de ofrecer al mercado los primeros libros poco
antes de su muerte. La policía sólo fijó su atención en ese hecho
cuando la viuda alemana, su hijo, su nuera y un conocido se dirigieron
con la mercancía directamente a Christie's.
"Eso fue incomprensiblemente tonto", dijo asombrado el rematador danés
Sebastian Hague Lerche en declaraciones a "Politiken".
Queda por averiguar si el fallecido actuó solo o tuvo cómplices. La
policía encontró también algunos textos robados en casa de un amigo de
la viuda en Alemania, y hasta se habló de una posible mafia
especializada en libros. "Politiken" marcó una importante diferencia
entre la historia real ocurrida en Copenhague y la inventada de "El
nombre de la rosa" del italiano Eco, en la que también se trata de
robos misteriosos de libros en la biblioteca de un monasterio: “A
fines de la Edad Media los robos ocurrían porque los libros eran
considerados peligrosos, en el caso del ladrón de Copenhague, en
cambio, eran terriblemente valiosos”.
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