¿
Cuánto vale Google ?.
La posible salida a bolsa de Google
centra toda la atención de Wall Street. Lejos de dejarse llevar por la
euforia, los expertos recomiendan analizar la viabilidad a largo plazo
del modelo de negocio del famoso buscador.
(Expansión Directo) La posibilidad de que Google salga a bolsa tiene a
todo Wall Street en ascuas. Cada vez circulan más rumores sobre la
compañía, creada hace cinco años: ¿Factura 800 millones de dólares
(650,72 millones de euros)?, ¿gana 200 millones?, ¿está Microsoft
interesada en comprarla? Hablar de su futuro se ha convertido en una
conversación de ascensor, los analistas tienen dificultades en valorar
sus intangibles y los técnicos alaban la potencial oferta pública de
venta (opv) como si se tratase de una tabla de salvación.
El revuelo se ha intensificado con las visitas que ha realizado la
compañía a diversos bancos de inversión, y se ha encendido del todo al
conocerse la posibilidad de que Google salga a bolsa mediante subasta
y, así, facilitar que los pequeños inversores participen en el
proceso. Al margen de estos grandes planes, ¿cuál será la solidez del
modelo empresarial de Google?
Duda cartesiana
Google lidera el negocio de las búsquedas por Internet, pero la
reciente adquisición de Inktomi (dedicada a la tecnología de búsqueda)
y Overture (especializada en venta de publicidad en los servicios de
búsqueda) por parte de Yahoo! parece señalar un cambio de estrategia.
Amazon también ha entrado en la lucha y ha anunciado la creación de
una nueva división para conseguir las mejores herramientas de búsqueda
por Internet.
Profesores de la escuela de negocios Wharton sostienen que la gran
fortaleza de Google radica en su exclusiva tecnología de búsqueda y su
afianzado buen nombre. Sin embargo, advierten que los modelos
económicos adoptados en la red suelen ser muy volátiles y, por tanto,
predecir los futuros flujos de caja es todo un reto.
Aunque millones de usuarios utilizan Google cada día, muchos se
preguntan si no debería ser más ambicioso. Al fin y al cabo, su
función principal, la búsqueda, puede añadirse a cualquier buscador de
la red o a otro software. “No hay que ir tan rápido”, dice el profesor
de Márketing de Wharton Peter Fader. “Si se echa un vistazo a todas
las cosas que hace Google –búsqueda optimizada de palabras, noticias,
Froogle, etc.–, aparece un conjunto de servicios muy consistente. La
posibilidad de que Google continúe simplemente añadiendo servicios
propios de gran calidad está abierta. Por eso, creo que puede seguir
compitiendo contra Yahoo! con el actual modelo”.
Raffi Amit, profesor de Gestión de Wharton, comparte esta opinión.
“Echemos un vistazo a las etapas iniciales de Yahoo!, eBay y otras
empresas y observemos dónde se encuentran ahora”, señala. “Nadie creía
que el sistema de subastas de eBay se convertiría en un producto
único. Google ya ofrece noticias y otros recursos. Así, la empresa
puede desarrollar el sistema de búsqueda, los contenidos de pago, la
optimización de ránkings y convertirse en uno de los principales
portales. La duda es si Microsoft puede hacerle a Google el daño que
hizo Netscape: con su poder de márketing y tecnología, desarrollar un
algoritmo, añadirlo a Internet Explorer y acabar con Google. Ése es el
riesgo que deben asumir los inversores”.
El profesor de Derecho de Wharton Dan Hunter explica que “contemplar
este peligro carece de sentido, ya que desde el escritorio se puede
crear un acceso directo a todos los motores de búsqueda. Google
dispone de ese recurso, lo que ha contribuido a su éxito. Microsoft
podría bloquear estas tecnologías, pero después debería enfrentarse a
una demanda contra la competencia. Como ya tiene sobre sus hombros la
experiencia de haber perdido una demanda similar con los navegadores,
dudo que quiera probar suerte de nuevo”.
“Google ha logrado sobrevivir a otros buscadores”, afirma el profesor
de Márketing de Wharton Jagmohan Singh Raju. “El miedo es que cuando
cotice el funcionamiento del buscador pase a ser menos importante que
otras fuentes de ingresos”.
Cómo se valora en Internet
“La principal ventaja de salir a bolsa es el acceso al capital”, dice
John Percival, profesor asociado de Finanzas en Wharton. “Sin embargo,
no está del todo claro que en este caso se necesite un mayor acceso al
capital. Se podría argumentar que incluso Microsoft no hubiera
necesitado salir a bolsa”. Salir a bolsa facilita a los directivos de
Google la tarea de adquirir empresas, añade Percival, “aunque no está
claro qué empresas adquirirían. Es un servicio interesante y válido
temporalmente, pero no se sabe cuál será el flujo de caja. No está
claro que los contenidos de pago o la publicidad sean suficientes como
modelo empresarial”.
Lejos de temer una nueva burbuja en la valoración de Google, Amit
destaca que “la burbuja ya explotó, los inversores ahora serán más
precavidos”. Las cifras que maneja la prensa sitúan el precio de la
compañía entre 10.000 y 25.000 millones de dólares.
“Un enfoque para valorar la empresa consistiría en intentar dividirla
en varios negocios –motor de búsqueda, contenidos de pago,
publicidad–, y calcular el valor de cada uno”, dice Raju. Pero
Percival previene de que valorar la empresa dividiéndola sólo funciona
si no existe relación alguna entre esas partes que a su vez añada
valor . “Al principio del boom nos dijeron que ahí fuera había algo
nuevo, que los viejos métodos no funcionaban, que debíamos utilizar
nuevos instrumentos. Pero sólo existe una manera de valorar una
empresa y consiste en calcular los flujos de caja futuros”, afirma
Percival.
“Podrías coger cualquier cifra y deducir qué flujos de caja se
necesitarían para llegar a tal cifra”, añade. “Puede incluso que esos
flujos de caja sean factibles durante cierto tiempo; pero no son
sostenibles. Simplemente, no existe suficiente demanda para el
producto o servicio que los justifique. Y si la hay, en algún momento
alguien va a intentar copiarte con menores costes”.
La posible elección de una subasta para salir a bolsa puede favorecer
a Google. “Toda la atención que está recibiendo, incluso si al final
acaban siendo habladurías, proporciona a los ejecutivos de Google una
gran credibilidad, ya que da la sensación de que tienen la mente
abierta”, añade Fader. Pero Amit advierte que “lo importante es qué
ocurre en el largo plazo con las acciones, algo que depende
habitualmente de la cobertura de los bancos de inversión. Si subastas
la empresa, probablemente no haya ningún analista dispuesto a
respaldarte, y los inversores instituciones básicamente dependen de la
cobertura de los analistas”.
Pero Google podría ser la excepción. “Esto sería un problema menor en
el caso de una gran oferta pública inicial como la de Google, ya que
se realizarán muchas compraventas y, por tanto, habrá cobertura de
todas formas. Así, es posible que lo que al final ocurra es una
especie de oferta pública inicial híbrida. Google podría asignar
algunas acciones a la subasta y ofrecer las demás a través de la vía
tradicional de la banca de inversión. Eso presionaría en cierto modo a
los bancos de inversión a no aplicar descuentos excesivos, pero al
mismo tiempo proporcionaría confianza al pequeño inversor, ya que hay
empresas de probada reputación respaldando la operación. No he visto
ningún precedente de esta fórmula híbrida, pero podría resultar muy
interesante”, añade Amit.
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