Proliferan
los misiles portátiles: son baratos, letales y entran en cualquier
bolso
Cuestan alrededor de 10 mil dólares, se
consiguen relativamente fácil y muchos de ellos están en manos de
grupos terroristas. Los EE.UU. decidieron atacar el problema. Pero la
solución parece muy lejana.
Durante
una serie de seminarios masivos de entrenamiento antiterrorista que se
llevaron a cabo en Bangkok, Tailandia, a comienzos de mes, se le pidió
a un grupo de 5 mil taxistas que miraran detenidamente una bolsa de
palos de golf. En su interior, había un tubo de plástico y, dentro del
tubo, un misil anti aéreo portátil. “Si no hubiera estado entrenado,
no habría sabido cómo es un misil. Sólo los había visto en las
películas”, dijo uno de los taximetreros. Sin embargo, para muchos
gobiernos y expertos en seguridad de todo el mundo, la amenaza de los
misiles portátiles no sólo no es un argumento de ficción. Todo lo
contrario. Es demasiado real.
La prueba de la bolsa de palos de golf se realizó después de que
varios informes advirtieran que habían entrado a Tailandia 6 misiles
portátiles de contrabando; presuntamente, para ser aplicados a un
ataque terrorista a una cumbre económica mundial que se llevó a cabo
en ese país la semana pasada. Los funcionarios norteamericanos que
asistieron al encuentro lograron que los otros países presentes se
comprometieran a limitar el comercio internacional de misiles
portátiles, pero la presencia de este tipo de armas en el mercado
negro global podría forzar la toma de medidas mucho más serias e
inmediatas al respecto.
“Entra en la categoría de los problemas difíciles que no tienen
solución”, dijo Charles Peña, director de estudios de defensa del Cato
Institute, una organización de investigación de Washington, EE.UU., de
orientación ultraliberal. Las armas son relativamente baratas (se
pueden conseguir modelos no muy sofisticados por menos de 10 mil
dólares) y, además, hay muchas dando vueltas. “El misil ni siquiera
tiene que dar en el blanco. Basta con que corra la noticia de que se
disparó uno de estos proyectiles contra un avión para lograr un efecto
catastrófico sobre la industria aeronáutica y, por ende, sobre toda la
economía,” dijo Peña.
La cantidad exacta de misiles portátiles fuera del control de los
gobiernos es imposible de calcular. Un buen número de misiles robados
o comprados ilegalmente se mueve en los mercados de tráfico de armas,
mientras que varios cientos de estos dispositivos forman parte del
arsenal de no menos de 25 grupos terroristas e insurgentes de todo el
mundo. Muchos de ellos, incluso, son remanentes de guerras pasadas,
como los que les ofrecieron y cedieron los EE.UU. a los combatientes
afganos para que resistieran la ocupación soviética en los años 80.
Mas información en:
http://www.clarin.com/diario/hoy/t-649167.htm
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