Roman Abramovich,
el millonario ruso dueño del Chelsea, quiere hacer pie en la F-1 y
contratar a Schumacher
Tras una
serie de reuniones que el magnate ruso Roman Abramovich mantuvo con el
millonario de la Fórmula 1 Eddie Jordan se despejaron los nubarrones
acerca de su supuesta intención por adquirir el equipo del irlandés y
luego atraer al séxtuple campeón del mundo, Michael Schumacher para
pilotar sus autos. El dueño de Chelsea, que el pasado año gastó más de
350 millones de dólares para adquirir, entre otros, a los futbolistas
argentinos Juan Sebastián Verón y Hernán Crespo, planea invertir ahora
280 millones de dólares para ingresar al mundo de la F-1.
“Abramovich está a punto de cerrar este negocio. Incluso después de
haber comprado Chelsea, la Fórmula Uno es el deporte preferido de
Roman”, declaró una fuente allegada al multimillonario ruso al
periódico inglés The Sun. "Una vez que haya adquirido la escudería
Jordan, comprará los mejores automóviles, los mejores técnicos y
conductores. El dinero no es ningún obstáculo”, agregó el informante.
Abramovich habría analizado la posibilidad de adquirir Jordan pero
también podría optar por Minardi o Sauber. Lo que sí ha decidido es
desembarcar en la F-1.
Abramovich, de 38 años, es poseedor de la segunda mayor fortuna de
Rusia. De la mano de sus millones va cosechando algunos éxitos
comerciales en el mundillo deportivo. Todavía es poco lo que se conoce
sobre su vida personal o sus orígenes, pero cada vez tiene más espacio
en la prensa. Mientras hace un tiempo sólo unos pocos periodistas
rusos valientes escribían artículos muy críticos en los que
cuestionaban sus laberínticas actividades comerciales, ahora, con su
nuevo perfil de empresario del deporte, Abramovich, que se hizo
explotando las leyes híbridas de la transición de Gorbachov a Yeltsin,
es noticia a diario.
"No es cierto, como se ha escrito, que Abramovich y Jordan se
encontraron en cuatro ocasiones, hubo solo dos reuniones, una en un
partido de fútbol y otra en ocasión de un gran premio de F-1, pero lo
concreto es que el interés en comprar la escudería existe", admitió un
portavoz del constructor de origen irlandés. Abramovich ya había
mantenido conversaciones con Paul Stoddart, propietario del equipo
European Minardi, sobre todo en ocasión del pasado Gran Premio de
Italia corrido en el autódromo de Monza, pero las negociaciones no
avanzaron.
Se estima que su fortuna actual ronda los 7 mil millones de dólares y,
aunque enfrenta una investigación del fisco ruso, esto no sería
obstáculo para que sus negocios deportivos lleguen también a su país.
El presidente Vladimir Putin, ordenó días atrás que se investigue a
Abramovich, junto con otros empresarios de su país, por presuntas
irregularidades fiscales en la última época del gobierno de Boris
Yeltsin pero apoyado en sus contactos y en sus millones, el
multimillonario anunció que tiene pensado construir el primer circuito
de competición para la F-1 en Moscú, algo que ha despertado una
inusitada expectativa.
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