Los consumidores
estadounidenses, endeudados hasta el cuello: cada familia debe US$ 19
mil
Mientras
siguen llegando las facturas de las compras de fin de año, los
estadounidenses descubren que las deudas que han acumulado podrían
taparlos más temprano que tarde. De hecho, millones de consumidores de
los Estados Unidos están en problemas, ya que sus deudas se han
multiplicado salvajemente en la última década, estableciendo un nuevo
record histórico. Por ejemplo, para Bruce y Lorraine Esbenses, de
Clifton Heights, Pensilvania, la debacle comenzó hace 6 años, cuando
decidieron casarse, gastaron una enormidad en la boda y pronto
empezaron a atrasarse en los pagos de sus cuentas. “Los acreedores
llamaban y sabíamos que, si le pagábamos a uno, no podíamos pagarle a
los otros. Era tan angustioso que llegamos a no atender el teléfono”,
contó Lorraine. Sus asesores de crédito les elaboraron un plan de
pagos que les llevó 4 años cumplir. “Todavía hoy seguimos viviendo al
día", dijo.
Según la Reserva Federal de los EE.UU. (www.federalreserve.gov),
en octubre del 2003, las deudas de los consumidores locales alcanzaron
los 1,98 billones de dólares. Los saldos impagos, que incluyen los
compromisos contraídos con tarjetas de crédito y los préstamos para
compra de autos, aunque excluye a las hipotecas, equivale a casi 19
mil dólares por hogar. A la vez, el Gobierno informó que, en el primer
semestre del 2003, la tasa de ahorro de los estadounidenses bajó a
apenas el 2 por ciento de sus ingresos, lo que implica que millones de
personas carecen de medios para hacer frente a emergencias financieras
y, mucho menos, a su retiro laboral. “Las nuevas generaciones no saben
cuidarse y están socavando las bases de lo que hizo grande este
país'', se lamentó Howard Dvorkin, de la organización sin fines de
lucro Consolidated Credit Counseling Services (www.consolidatedcredit.org
) de Fort Lauderdale.
Robert Mannin, profesor de sociología en el Instituto de Tecnología de
Rochester, EE.UU., autor del libro “La nación de las tarjetas de
crédito: las consecuencias de la adicción de los EE.UU. al crédito” (www.creditcardnation.com),
dice que el problema viene de los años 80, cuando las instituciones
financieras empezaron a extender tarjetas de crédito y préstamos a
personas que no habrían calificado para ello unas décadas antes. “La
gente creía tener derecho a superar a la generación precedente. Les
parecía natural lograr un mejor nivel de vida que sus padres y los
bancos los ayudaron”, sostiene Mannin. Hoy, las deudas de tarjetas de
crédito ascienden a 735 mil millones de dólares, lo que implica que
cada familia debe unos 7 mil. Y, como cada mes el 40 por ciento de los
usuarios paga el total de sus deudas, los compromisos de los hogares
morosos suman casi 12.000 dólares.
“Durante los años del despilfarro, nos convertimos en grandes
consumidores y ahorristas minúsculos'', dice Joel Greenberg, director
de la organización sin fines de lucro Novadebt (www.novadebt.org),
con sede en Freehold, Nueva Jersey. Lo sorprendente de la deuda
nacional es que ha seguido creciendo pese al nuevo récord de
refinanciaciones hipotecarias establecido entre 2001 y 2003, muchas de
las cuales han entregado fondos adicionales a los consumidores, que
los emplearon para pagar sus deudas crediticias. Mark Zandi, de
www.economy.com,
destaca que la tasa de crecimiento de las deudas de tarjetas ha caído
“porque la gente está utilizando sus viviendas como máquinas de
fabricar dinero”. Y agrega: “Lo malo es que, aunque estos arreglos han
permitido a las familias de mayores ingresos poner sus cuentas en
orden, no han ayudado a las de menores ingresos, que no tienen esa
opción, y viven en problemas”.
De hecho, las bancarrotas de los consumidores han excedido el millón
anual desde 1996 y, en 2002, superaron el millón y medio. De hecho,
actualmente, los estadounidenses están gastando un porcentaje record,
el 18,1 por ciento de sus ingresos netos, para pagar sus deudas,
incluidas sus hipotecas. Eso limita su capacidad para tomar más dinero
prestado y es un hecho que los gastos de consumo representan los dos
tercios de la economía. El economista Sung Won Sohn, de Wells Fargo (www.wellsfargo.com),
dice que, por ahora, la mayoría de los estadounidenses está bien y eso
debería seguir siendo la fuerza impulsora del crecimiento económico.
De todos modos, cree que “el nivel de deudas es para preocuparse: a la
larga, es una bomba de tiempo''. Y advirtió: “En algún momento, cuando
se produzca algún fuerte revés en la economía o una fuerte alza en las
tasas de interés, la deuda traerá inestabilidad para todos.”
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