Los “nanorobots”
hacen que la NASA sueñe con una misión tripulada a Marte para 2020
En un futuro
no muy lejano pequeñísimos “nanorobots”, capaces de manipular
moléculas o estructuras atómicas del tamaño de una millonésima de
milímetro, podrán habitar el interior del cuerpo humano y estar
siempre atentos a enfrentar cualquier virus o enfermedad que pudiera
aparecer. En la NASA, que anunció una estación orbital permanente en
la Luna y que sueña con una misión tripulada a Marte, están
entusiasmadísimos con la idea: esta sería la fórmula para prolongar la
vida de sus astronautas en el espacio.
La nanotecnología dará vida a microscópicos “médicos” capaces de
adentrarse en el interior de una célula para diagnosticar o atajar un
mal. De este modo, podría convertirse en la llave que permita a los
astronautas sobrevivir a la radiación cósmica y a la falta de gravedad
durante viajes prolongados. Una misión a Marte duraría unos tres años
(http://marsrovers.jpl.nasa.gov/home/index.html).
Ocho meses en el viaje de ida, un año y medio de permanencia, y el
regreso, que recién se produce cuando la Tierra y el planeta rojo
están alineados.
En el espacio, se sabe, los líquidos del cuerpo (como el agua y la
sangre) ya no son atraídos hacia la parte interna en las áreas del
estómago y el pecho; sino que empiezan a moverse hacia la cabeza, por
lo que los rostros se “inflan” y lucen diferentes. Además, los
astronautas pierden entre 1 y 2 por ciento de su densidad ósea cada
mes: sus músculos se debilitan porque no realizan gran esfuerzo debido
a la ingravidez. Ni hablar de la radiación cósmica que deben soportar,
niveles que jamás se experimentan en la Tierra, causantes de cánceres,
cataratas y daños al sistema nervioso.
Con todos estos inconvenientes, hoy es imposible una misión tripulada
a Marte. Por eso la NASA apuesta por la nanotecnología: si logra
prevenir y controlar los posibles problemas de salud de los
astronautas, la colonización sería casi un hecho. Dentro de algunos
años, los nanotecnólogos podrán crear pequeñísimas máquinas de
funcionamiento real, dotadas de minúsculos "brazos" capaces de
manipular moléculas y cerebros electrónicos que les dirán cómo hacer
las cosas. Equipado con el software apropiado, un “nanorobot” podría
construir casi cualquier cosa. Un dispositivo que circule por el
torrente sanguíneo humano para detectar, por ejemplo, depósitos de
colesterol en los vasos y disolverlos, o encontrar virus y
destruirlos.
La carrera espacial retomó impulso con el amartizaje de la zonda “Spirit”.
Para los próximos años, la NASA (http://www.nasa.gov)
ya tiene planificadas ocho visitas más al cuarto planeta de nuestro
sistema solar y, para el 2020, la frutilla del postre: una misión
tripulada llegará a Marte para permanecer allí por casi dos años.
Preparándose para ese crucial momento, la agencia espacial
estadounidense estudia, según un reciente documental de Discovery
Health (http://www.discovery.com),
la posibilidad de que por el torrente sanguíneo de los astronautas
circulen los “nanorobots”.
Aunque parezca más ciencia ficción que realidad, la nanotecnología (www.nanotech-now.com)
no sólo cambiará drásticamente la exploración espacial, permitiendo
viajes prolongados, sino que revolucionará la ciencia y la medicina en
su conjunto. El tratamiento para combatir virus y bacterias, entonces,
podría consistir en inyectar una dosis terapéutica de nanorobots
suspendidos en un fluido que seguirán al pie de la letra las órdenes
del médico.
También enfermedades como el cáncer y el sida podrían recibir un
ansiado antídoto e incluso estos mini robots serían utilizados en
campos tan disímiles como las comunicaciones, los negocios o el
militar. Los científicos más críticos opinan que la proliferación de
estos pequeños robots podría volverse imparable y la especie humana
podría quedar a su merced (www.iespana.es/gaiaxxi/rep-nanorobots.htm).
De todos modos, entre los apocalípticos y los utópicos parece haber
coincidencia en que la nanotecnología impulsará una nueva revolución a
nivel mundial, que podría cambiar significativamente la vida en la
Tierra.
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