Alemania: un "reality
show" con estrellas decadentes, nueva cumbre de la "TV basura"
"Bahía de Guantánamo de la televisión basura", la calificó el
semanario alemán "Der Spiegel". "TV Asco" y "TV Tortura", tituló, en
días consecutivos, el periódico sensacionalista "Bild". Pero, lejos de
perder espectadores, la primera edición del programa "La selva de los
famosos", que terminó el martes pasado en Alemania, amplió todas las
fronteras de la “telerrealidad” en un país en el que todavía se emiten
programas culturales en horario central. Y, tal vez por haber sido tan
denostado como visto, el programa, protagonizado por estrellas del
espectáculo y del deporte venidas a menos, agudizó el debate sobre los
límites de la televisión que mira todo el mundo.
Vuelta de tuerca escatológica al estadounidense “Survivor”, versión
híperdesarrollada y extrema de nuestro “Expedición Robinson”, las
escenas más criticadas del programa mostraron a los competidores
comiendo lombrices, atravesando pantanos de caca y metiendo la cabeza
en cajones de vidrio llenos de cucarachas. Y, al tiempo que las
imágenes encendían la hoguera de la polémica, “La selva de los
famosos”, que estuvo apenas dos semanas en pantalla, incrementó
significativamente y a diario, sus espectaculares niveles de
audiencia, que alcanzaron los sorprendentes 8 millones de televidentes
por programa.
El público alemán siguió las pruebas a las que fueron sometidos los
participantes con una mezcla de curiosidad, cinismo y compasión. Y
gastó fortunas en incontables llamadas telefónicas destinadas a apoyar
a sus candidatos favoritos. "Soy una estrella. ¡Sáquenme de aquí!",
resultó ser la “frase símbolo” del programa y, por lo tanto, la
sentencia de cabecera de millones de alemanes, que la repetían, en
broma pero sin cesar, en bares y oficinas. Paralelamente, conforme iba
aumentando la morbosidad de las llamadas "pruebas de valor" (el
ganador embolsó cerca de 60 mil euros), más voces se alzaron contra el
planteo del polémico "reality show".
A tanto llegó el escándalo que distintos organismos alemanes dedicado
al control de los medios de comunicación, numerosos diputados y
ministros regionales pidieron la suspensión del programa, alegando que
atentaba “contra los derechos de las personas”. Incluso, un
congresista interpuso una denuncia judicial por “violación de la
dignidad humana”. Y Los protectores de animales tampoco se quedaron
atrás: pusieron el grito en el cielo por el maltrato dispensado a
tanto insecto y reptil. Por su parte, los medios no escatimaron
epítetos para con el nuevo formato, ilimitada brecha abierta hace 4
años por el ya legendario "Gran Hermano".
Según Bernd Gaebler, director del Instituto de Investigación de Medios
y Comunicación Adolf Grimme, de Alemania, “con este programa, la TV
alcanzó una nueva dimensión, pero persisten ciertos tabúes que no se
rompen, como la muerte o el dolor intencional”. Gaebler puede estar
tranquilo ya que, a pesar de las discusiones que rodean al programa,
los “tabúes” seguirán siendo puestos a prueba en los próximos meses:
el canal que emite "La selva de los famosos" anunció la puesta en
pantalla de "Fear factor" ("Factor miedo"), formato por el estilo que
se emite en 70 países y se basa en pruebas diseñadas a la medida de
las fobias de los participantes.
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