“Fiestas caseras”:
una nueva ola, económica y bohemia, enciende la noche porteña
De
día, son departamentos, quintas y casas de familias comunes y
corrientes. De noche, convertidas en “boliches amateurs”, ostentan
barras prefabricadas, puestitos con comida comprada en el supermercado
coreano del barrio y sólo tienen algunas habitaciones clausuradas (es
decir, cerradas con llave) “por seguridad”. Convocados por e-mail o
tentados por el boca a boca, cientos de jóvenes porteños de algo menos
de veinte y de hasta treintaypico se suman cada semana a la tendencia,
atraídos por los buenos precios (los tragos cuestan menos de la mitad
que en cualquier disco) y, sobre todo, por el ambiente (más cómodo,
bohemio, simpático y, sobre todo, menos “careta” que el de la noche
“oficial”).
"Quizás no tengamos tanta convocatoria como los boliches, pero, acá,
la gente se divierte mucho más", dice Agustina Alvarez, corajuda
anfitriona que ya organizó más de diez fiestas en su casa (“Ninguna
mansión...”, aclara), la última para más de 200 personas. Reconocidas
como pioneras en el ambiente “casero” porteño, las ya clásicas
“Veladas Hogar Dulce Terraza” se realizaban en la casa del DJ Fabián
Dellamónica y su mujer, Vilma Rodríguez, en la calle Honduras al 4900,
en el barrio de Palermo. Según sus habitués, “empezamos porque
queríamos disfrutar de la caída del sol en la terraza y ver cómo iba
estrellándose el cielo mientras algunos amigos pasaban música... Y
terminamos marcando tendencia”.
Aquel ya legendario ciclo de fiestas caseras terminó al cabo de 13
encuentros, montados entre 2002 y 2003. De allí en más, el fenómeno
comenzó a popularizarse: “Aunque el fuerte era la terraza, podías
tomarte un trago en la cocina, que hacía de bar (son sandwichitos
naturales y ponche a precios razonables) o inmiscuirte en el living,
suerte de ‘chill out’ con balcón incluido”, dice Gustavo Alvarez Nuñez,
uno de sus mentores. La posta de las “Veladas...” fue tomada por las
“Seven party”, (www.sevenparty.com.ar),
organizadas por la gente de la revista “Seven magazine”, eje de la
movida antiboliche: “Hacíamos una cada tanto, pero, ahora, por pedido
de la gente, hacemos una por mes”, explican, entusiasmados.
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