Tres consejos
básicos para mejorar la calidad de las fotografías digitales caseras
La exposición, el color y la calidad de
las impresiones son tres de los factores a tener en cuenta a la hora
de obtener buenas imágenes digitales. Aquí, un trío de “tips” para no
abandonarse al azar.
Hoy
en día, las cámaras fotográficas digitales pueden rivalizar en muchos
aspectos con las mejores cámaras ópticas, pero eso no significa que
las fotos salgan buenas por arte de magia. Los problemas de
exposición, de color y de impresión (nunca coincide lo que se imprime
con lo que se ve en la pantalla de la computadora) son muy comunes,
independientemente de la calidad y el valor de la cámara que se use.
Sin embargo, con algo de habilidad y un puñado de herramientas, es
posible mejorar las fotos y convertirlas en impresiones más que
dignas.
Basta con encuadrar y presionar el botón del obturador para lograr una
fotografía aceptablemente expuesta. Pero eso no siempre resulta: una
persona fotografiada ante una pared blanca suele salir oscura, pues el
diafragma de la cámara se cierra automáticamente ante el exceso de
luz. Por eso, la mayoría de las cámaras digitales permiten escoger
entre varias opciones para fotografiar a una persona u objeto contra
un fondo muy luminoso. Claro que, todavía, los equipos carecen del
refinamiento necesario para representar un color determinado bajo
diferentes condiciones de iluminación.
Por ejemplo, un lápiz amarillo fotografiado bajo la luz del sol lucirá
diferente que a la luz de un tubo fluorescente. Para suavizar este
tipo de distorsiones, muchas cámaras digitales incluyen un ajuste de
“balance de blanco” que permite “manejar” diferentes condiciones de
luz ("nublado", "soleado" o "iluminación incandescente"). ¿Por qué la
misma fotografía se ve distinta en un monitor de PC que en una laptop?
¿Por qué las fotos se ven diferentes en la pantalla que impresas sobre
papel? La razón principal es simple: la pantalla y la impresora no
tienen los colores calibrados.
La calibración del color es uno de los puntos débiles de la
informática aplicada a la fotografía, por lo que resulta
imprescindible calibrar la pantalla de la computadora y programar la
impresora. El objetivo se alcanza sin invertir demasiado echando mano
a programas como el Adobe Gamma, que viene gratis en muchos productos
gráficos de Adobe (www.adobe.com).
Para una calibración más sofisticada, se puede recurrir a programas
que miden los colores de pantalla, como EyeOne Display, de
GretagMacbeth (www.gretagmacbeth.com)
o MonacoOptix (www.monacosys.com/products/monacooptix).
El próximo paso en materia de calibración será crear “perfiles” para
la impresora. Se trata de reunir grupos de datos y almacenarlos en la
memoria para que le indiquen a la impresora cómo interpretar los datos
que recibe de la computadora. Generalmente, crear un perfil es más
complicado que calibrar la pantalla. La buena noticia es que varios
fabricantes de impresoras proporcionan gratuitamente perfiles
optimizados para determinados tipos de papel. Una de las herramientas
más usadas para crear perfiles también está disponible en el sitio de
GretagMacbeth, cuyo paquete EyeOne proporciona todo lo necesario,
tanto para pantallas como para impresoras.
La mala noticia es que este súper software híper específico es,
obviamente, muy caro (1.300 dólares en los Estados Unidos). Perfilar
la impresora implica la impresión de un test con la máquina y el papel
que se va a utilizar. El escaneo del test y su filtración a través de
un software también específico, determina la variación entre el
resultado impreso y los ajustes predeterminados. Se puede generar así
un perfil que, luego, podrá ser usado por los programas de impresión
para indicar a la impresora exactamente qué colores debe llevar al
papel.
También hay fabricantes de papel fotográfico que proporcionan perfiles
para la mayoría de las impresoras y, en Internet, se ofrecen servicios
como Cathy's Profiles (www.cathysprofiles.com),
que emplean costosos equipos para crear perfiles a la medida de una
cierta impresora y un determinado tipo de papel. Perfilar es complejo
pero es fundamental (en la red hay manuales, como el disponible en
www.i1colour.com/knowledge, que pueden guiar los primeros pasos),
pero el esfuerzo valdrá la pena: mejorarán los resultados y habrá
reducción de costos derivados del ahorro de los que se desperdician en
cada prueba fallida.
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