Una aurora boreal
tiñó el cielo de Noruega
Es consecuencia de la tormenta solar |
Ocurrió por la interacción de partículas
del sol con el campo magnético terrestre
No implica riesgo para las personas
El fenómeno tampoco afectó las
comunicaciones
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WASHINGTON (AP).- Finalmente, y tal
como habían prometido los astrónomos, la intensa tormenta solar que
envía plasma magnético de ese astro hacia nuestro planeta produjo su
más extraordinario espectáculo: las auroras boreales, una paleta de
rojos, verdes, amarillos y azules que esta vez eligieron como
escenario una isla del norte de Noruega.
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Ayer, el cielo de Kvaloya, isla cercana a la ciudad portuaria de
Tromso, en el extremo norte de Europa, se tiñó de una lluvia de
colores asombrosa.
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Las tormentas solares o magnéticas pueden producir alteraciones en las
comunicaciones y complicar el funcionamiento de satélites y radares,
como de otros instrumentos de navegación marítima y aérea.
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Las explosiones eyectadas por el sol envían al espacio a velocidades
increíbles -en este caso, la nube de gases solares se desplazó a unos
8 millones de kilómetros por hora- una lluvia de partículas de
distinta clase (electrones, protones y diferentes tipos de iones) que
interactúan con el campo magnético terrestre. Por eso sus efectos son
más fuertes cerca de los polos de la Tierra, que son zonas de alto
magnetismo.
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La platea privilegiada de los habitantes del hemisferio norte, sin
embargo, depende de factores humanos.
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"Las auroras boreales pueden verse más en el Norte -explicó el doctor
Marcos Machado, jefe de Proyectos Científicos de la Comisión Nacional
de Actividades Espaciales (Conae)- porque es una zona más densamente
poblada que el hemisferio sur."
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La Administración Nacional de Océano y Atmósfera de los Estados Unidos
indicó, por su parte, que la tormenta solar registrada a partir del
martes último puede ser caracterizada como la tercera explosión más
intensa llegada a la Tierra desde 1976.
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- OSLO – Los
deslumbrantes colores que cubren la solitaria isla noruega de
Kvaloya son producto de las más fuertes tormentas solares que
hayan alcanzado a la Tierra desde 1989
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