Conoció a su esposo canadiense en Internet sin sospechar que la
asesinaría
Los restos
mortales de la joven chilena Ana María Salinas Norbakk retornaron
este viernes a Santiago, desde donde partió enamorada a Canadá para
casarse hace tres meses con el hombre a quien conoció por la red
Internet, sin sospechar que la asesinaría.
"Se veía un joven muy caballero y que quería mucho a mi hija", dijo
atribulada a la prensa local la profesora noruega Gunn Norbakk,
madre de la joven que en marzo del año pasado conoció por el "chat"
de Internet a Jean Philippe Mailhot, un estudiante de Historia de 22
años, que trabajaba en la oficina postal de Montreal.
La joven, de 26 años, que estudiaba Medicina Veterinaria en la
Universidad de Las Américas, de Santiago, mantenía conversaciones a
diario con Jean Philippe a través de la red, hasta que ambos se
enamoraron y se integraron a
un grupo de cibernautas.
Tras un intercambio de fotografías, Ana María viajó a Canadá en
abril pasado a conocer a Jean Philippe, entregando en ese momento a
su madre la tuición de su hija Juliana, de 3 años, fruto de una
relación anterior. Se casaron el 13 de agosto en Montreal.
"Estaban muy enamorados. Su familia la había aceptado como una
hija", recordó Gunn Norbakk. "Esa fue la última vez que la vi y,
como madre, me dio un extraño presentimiento", agregó.
Dos meses después de la boda, el 13 de octubre, Ana María fue
asesinada y desfigurada por su marido con un puñal, en
circunstancias que investiga la policía canadiense.
Después de alegar su inocencia en los primeros interrogatorios, Jean
Philippe confesó a los agentes ser el autor del crimen, según
fuentes de la policía chilena.
"¡No entiendo qué fue lo que pasó. Recién habían terminado su luna
de miel!", exclamaba su madre vestida de riguroso luto, mientras
acariciaba una fotografía de Ana María, ataviada con su traje de
novia junto a su esposo.
El medio hermano de la joven, Johnny Wueseth Norbakk, en
conversación con el diario Las Ultimas Noticias, recordó que Jean
Philippe "tenía una colección de sables y cuchillos en su casa. Era
extraño, pero jamás pensamos en algo malo".
Los restos de la joven que interrumpió sus estudios universitarios,
por el amor que encontró en Canadá, fueron retirados de la morgue
canadiense por el consulado de Chile en Montreal.
Sus cenizas llegaron la tarde del viernes a Santiago, donde sus
familiares aguardaban su retorno con serena resignación: "ahora
estamos más tranquilos", dijo su madre
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