En la práctica, y aunque la
descarga de un archivo se haya desarrollado con total
normalidad y el usuario pueda estar empleando su nuevo
programa sin ningún problema, el equipo puede haber sido
afectado por algún código malicioso. Estos pueden ser desde
troyanos diseñados para robar datos o crear puertas traseras
en los ordenadores, hasta spy-ware o programas espía.
La primera norma básica para descargar archivos de forma
segura desde Internet viene de la mano de la prudencia.
Existen multitud de páginas "underground" que ofrecen a los
navegantes la posibilidad de descargar interesantes
aplicaciones. Sin embargo, el origen de las mismas es muy
dudoso y muchas de ellas se encuentran infectadas por algún
virus. Por ello, lo más conveniente es evitar cualquier
descarga desde este tipo de páginas.
Asimismo, debe prestarse atención al tamaño de los archivos
descargados, sobre todo a través de redes P2P. Normalmente,
los archivos que, en realidad, son virus camuflados, suelen
tener un tamaño muy pequeño, que en absoluto se corresponde
con el del archivo que aparentemente ha sido descargado.
En cualquier caso, la medida más recomendable es contar con
un software antivirus de reconocido prestigio, que pueda ser
actualizado al menos una vez al día. Sólo de esa manera
podremos asegurarnos de que las descargas desde Internet no
representan una amenaza para nuestro sistema