Crearon huesos sintéticos que son "absorbidos" por
el cuerpo
Científicos
suizos dieron otro paso adelante en el desarrollo de materiales
sintéticos que sirven como soporte para la regeneración de tejido
óseo. Se estima que el nuevo producto, que es biorreabsorbible,
podrá cubrir defectos más extensos que los materiales que se conocen
hasta el momento.
Elaborado con un polímero y partículas de cerámica, y tan
poroso como los huesos, se coloca mediante una cirugía. Cumple, en
forma provisoria, la función de sostén del hueso. Y también sirve
como soporte para la regeneración del tejido vivo: las nuevas
células óseas colonizan el material, al mismo tiempo que éste
va reabsorbiéndose, y cediendo su lugar al hueso natural que va
creciendo.
La investigación fue realizada por equipos médicos y técnicos de la
Escuela Politécnica Federal de Lausana, del Centro Hospitalario
Universitario de Vau, y del Hospital Ortopédico de la Suisse Romande.
Fue financiada por el Fondo Nacional Suizo de Investigación
Científica.
Un accidente, por ejemplo, puede causar pérdidas importantes de
masa ósea, que sólo puede ser repuesta mediante implantes óseos.
Esos tejidos óseos pueden ser tomados previamente del mismo
paciente, o bien obtenidos de un banco de huesos alimentado por
donantes fallecidos.
En ambos casos, la disponibilidad de implantes es limitada. Además,
estas técnicas presentan algunos inconvenientes: la extracción de
tejido óseo para un autoimplante provoca dolores persistentes; y el
implante de hueso donado acarrea riesgos de trasmisión de
enfermedades.
Cuando la pérdida de sustancia ósea es pequeña o moderada, una
alternativa es el implante de material óseo sintético reabsorbible.
"Existen también materiales sintéticos derivados del coral y otros,
similares a una esponja, que hacen que, al crecer, el nuevo tejido
óseo lo penetre y lo rellene", cuenta el doctor Víctor
Francone, director del Banco de Huesos del Hospital "Teodoro Alvarez"
y profesor adjunto de Ortopedia y Traumatología de la Facultad de
Medicina de la UBA. El crecimiento del tejido óseo se produce en
aproximadamente tres meses.
Pero si se trata de un hueso de carga —es decir, que debe soportar
peso—, como el fémur o la tibia, el sustituto óseo sólo es viable
cuando el implante es menor al 20 % de la circunferencia del cuerpo
cilíndrico del hueso.
Si la pérdida es mayor, explica Francone, ya hay que realizar un
trasplante de hueso de donante, o colocar una prótesis especial,
llamada megaprótesis. También se recurre al banco de huesos
cuando hay que reemplazar prótesis flojas, y se ha perdido bastante
sustancia ósea.
El doctor Francone considera que el compuesto elaborado por los
científicos suizos podrá cubrir pérdidas de masa ósea más amplias
que con los materiales disponibles hasta el momento.
El compuesto se obtiene calentando la mezcla fundida de polímero y
cerámica en un molde, colocado en un recinto lleno de gas carbónico
a alta presión. El gas se expande y se disuelve en parte en la
mezcla; después se lo deja salir del recinto. Cuando afloja la
presión, se forman burbujas en la mezcla, la que se convierte en una
espuma.
En forma simultánea se enfría el recinto, para solidificar la
mezcla. Como el enfriamiento es más rápido en la periferia, la
porosidad aumenta hacia el centro, como en los huesos naturales.
La mayor densidad de la periferia permite soportar cargas elevadas.
La porosidad interior, en cambio, minimiza el peso. Los poros —cuyo
diámetro varía entre 0,2 y un milímetro—, están orientados en el
sentido del esfuerzo.
En el proceso no se utiliza ningún disolvente, ya que podría
dejar residuos potencialmente tóxicos. El doctor Francone señala
que, en la evolución de los materiales óseos biorreabsorbibles —que
existen desde hace varios años—, se ha cuidado cada vez más que sean
biocompatibles y no acarreen alteraciones, ya que "algunas
cerámicas o metales aumentan los valores en sangre".
"Para obtener el material óptimo tuvimos que probar numerosas
combinaciones asociando un polímero y una cerámica —relata
Pierre-Etienne Bourban, coordinador del proyecto en el Laboratorio
de Tecnología de Compuestos y Polímeros—. También experimentamos con
diferentes tiempos de despresurización y de enfriamiento, hasta
determinar los más favorables. Así logramos obtener un material con
la estructura y las propiedades requeridas: por ejemplo, que los
poros queden abiertos, es decir, que se comuniquen entre sí y de
este modo permitan que las células proliferen y colonicen con mayor
facilidad el hueso sintético".
En forma simultánea, otra de las líneas del trabajo implicó la
realización de pruebas de colonización del compuesto con células
óseas humanas. "Los resultados son muy alentadores", anuncia el
doctor Dominique Pioletti, jefe de equipo del Laboratorio de
Investigación en Ortopedia.
Las células son depositadas en la superficie o inyectadas en el
material, el que de inmediato es introducido en una incubadora con
un caldo de cultivo. En tres o cuatro semanas, las células
óseas proliferan y se diferencian. Los análisis demostraron que el
compuesto es biocompatible y soporta la formación de hueso nuevo.
El equipo de Pioletti también estudió el desarrollo de células óseas
en huesos sintéticos sometidos a tensiones similares a las de los
huesos naturales en el cuerpo. Con ese fin, los investigadores
construyeron una especie de prensa que puede ser ubicada en la
incubadora de tejidos.
El paso siguiente será la experimentación en animales. Los
científicos estiman que en cinco años podrán aplicar el producto
en humanos.
Piensan en tres tipos de usos: cubrir pérdidas óseas importantes,
como consecuencia de un accidente o de la ablación de un tumor
canceroso; reconstruir sustancia ósea destinada a recibir un
implante (por ejemplo, cuando es necesario reemplazar una prótesis
de cadera); o incluso corregir un hueso. En este último caso, se
indicaría en una cirugía relativamente frecuente en la actualidad:
enderezar las piernas en X mediante la inserción de un trozo de
hueso sintético en forma de cuña, por debajo del platillo tibial
(ver infografía).
En la actualidad, en otros países se está investigando también en
una proteína morfogenética, que es formadora de hueso. El doctor
Francone anticipa otro camino: "Hay un gran futuro en la ingeniería
de tejidos, que consistirá en transformar una célula madre en una
célula ósea madura. Se considera muy difícil que las prótesis de
reemplazo articular en cadera o en rodilla puedan ser sustituidas,
ya sea por elementos biorreabsorbibles o por formadores de hueso.
Pero probablemente harán innecesarias las megaprótesis".
Fuente: clarin.com
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