Detectan cuál es la zona del cerebro que crea los sueños
Privado, casi
inasible, el acto de soñar estaría a punto de mostrar sus secretos
al mundo. Así lo cree el doctor Claudio Bassetti, director de un
equipo de investigadores británicos y suizos de la Universidad
Hospital de Zurich, que localizaron cuál es la parte del cerebro
encargada de crear los sueños. En un paper publicado el viernes
en los Anales del Instituto de Neurología Británica, Bassetti afirma
que los sueños no tienen tienen su origen en viajes astrales,
premoniciones o visitas al más allá, sino en las muy concretas
profundidades de la zona posterior del cerebro.
El descubrimiento se produjo mientras el equipo trataba a una mujer
que, luego de un ataque cerebral, dejó de soñar, además de padecer
una ceguera pasajera. Para entender mejor su afección, los
científicos monitorearon sus ondas cerebrales mientras dormía, para
localizar qué partes del cerebro habían sido afectadas. La
investigación los condujo hacia el lóbulo occipital y el tálamo
posterolateral derecho, dos zonas que intervienen en la percepción
normal de de rostros y paisajes, pero también en procesos
emocionales y de memoria visual, afirmaron.
A pesar de la importancia de su descubrimiento, Bassetti reconoció
que "aún no sabemos cómo se generan los sueños o para qué propósitos
fisiológicos sirven. Pero estos resultados describen por primera vez
cómo una lesión produce la pérdida del sueño en ausencia de otros
déficits neurológicos".
La incapacidad de soñar luego de algún daño cerebral ya había sido
estudiada en 1880 por los neurólogos Jean-Martin Charcot (quien
trabajó junto a Sigmund Freud) y Hermann Wilbrand, conociéndose
desde entonces como el síndrome de Charcot-Wilbrand. Sin embargo,
esta vez los científicos descubrieron un detalle novedoso. Es que,
pese a no soñar, la paciente siguió produciendo el típico parpadeo
conocido como Movimiento Rápido de Ojos (REM), que tiene lugar en el
momento en que las personas sueñan.
Ese dato resultó de enorme importancia, ya que hasta hoy se suponía
que el REM era un indicador directo e inseparable de la producción
onírica. Ahora, los científicos entienden que se trata de dos
procesos neurológicos generados por distintas partes del cerebro.
La paciente tiene 73 años y asegura que antes del accidente
cerebral soñaba por lo menos unas tres y cuatro veces por semana.
Ahora, dijo, ha vuelto a soñar sólo de vez en cuando, y sus sueños
perdieron el caracter intenso y vívido que solían tener.
El doctor Bassetti admite que es muy difícil establecer si es que la
mujer ha dejado de soñar, o es que simplemente ha perdido la
capacidad de recordar sus sueños. De hecho, los investigadores
hicieron la prueba de despertarla durante los momentos de REM, ya
que así los recuerdos del sueño resultan especialmente vívidos. Sin
embargo, ella no logró recordar nada.
Si, como afirmaba Calderón de la Barca, la vida es sueño y los
sueños sueños son, entonces los caminos entre un estado y otro no
deberían ser tan tortuosos. Lo que es seguro es que, lejos de toda
especulación filosófica, el descubrimiento traerá pingües aportes a
la ya millonaria industria farmacológica mundial.
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